por Tímido Celador
– ¿Tú sabías que el Guru sabe sánscrito?
Carlota siempre está muy puesta en cosas budistas, y además se ha acostado con él. Seguro que puede saciar mi curiosidad.
– Sí- me contesta encendiendo el cigarro de media mañana.
Está lloviendo y estamos bajo el porche de la cocina. Yo no fumo, pero me gusta ver fumar a las mujeres, por eso la acompaño con frecuencia cuando me cruzo con ella y me dice: ¿un cigarrito?
– Es una eminencia en esos temas, estuvo unos años dando clases de sánscrito y otras cosas en una escuela de pensamiento de Inglaterra. Ayudó a mucha gente.
– ¿Te lo ha dicho él?
– No.
Carlota me mira calibrando si soy digno de lo que va a contarme y yo adopto mi mejor cara de buen chico que desayuna cereales y sabe guardar secretos.
– Mi hermano estuvo en su…- busca una palabra que no encuentra, pone comillas con los dedos y concluye- secta.
– Jo-der. ¿Secta?
– Eso dijeron después, que era una secta. Pero no hacían daño a nadie. Al contrario, mi hermano se desenganchó del caballo gracias al Guru- dice expulsando el humo y siguiéndolo con la mirada-. Tiene gracia que el gilipollas de Charlie le haya puesto ese mote, porque era un gurú de verdad. Todavía lo es, sino, tú no estarías haciendo tantas preguntas.
– Entonces ¿tú estás aquí por él?
Carlota se toma un tiempo para contestar. Busca la respuesta en la lluvia, que sigue cayendo. Esta luz plomiza la favorece, debió ser una mujer muy guapa, todavía lo es.
– Estoy aquí por la vida. En el mismo año murieron mi madre, mi hermano y me divorcié. Busqué al Guru que nos había devuelto a nuestro Pepe a la vida para que disfrutáramos de su presencia quince años más. Me dijeron que estaba aquí. Necesitaban una enfermera, yo no estaba contenta en mi hospital, necesitaba cambiar, romper con mi vida, y eché un currículum. Por eso estoy aquí desde hace diez años.
– Y ¿quién es la Sacerdotisa?
Da una última y larga calada al cigarro, y lo tira a un charco del jardín, donde se apaga con ruido de pequeño sifón.
– Tú quieres saber mucho. Volvamos al tajo, anda.
Para ver todos los artículos de esta serie, pincha aquí
0 respuestas a «El guru y otras hierbas, 10»
Hola, me ha encantado. Está muy equilibrado y los diálogos están perfectos. La escena es muy visible, y los personajes tambien. Y vas haciendo crecer la intriga…engancha.
Muchas gracias, compañero/a.
A ver dónde nos llevan estos simpáticos personajes. No tengo hoja de ruta, voy publicando los capítulos a medida que los voy escribiendo.
Si crees que a tus amigos podría gustarles, reenvíales esta dirección, por favor:
https://proscritosblog.es/category/series-2/el-guru-y-otras-hierbas/
Ah, ¿pero iba en serio?
Que si va en serio ¿el qué?
No, que al principio creí que era un texto de esos para pasto de los críticos de La Profecía del Laurel, pero luego, viendo los comentarios… nada, no he dicho nada.
Hola Mefisto, por favor, me gustaría mucho leer lo que escribes. ¿Tienes blog?. Da la cara. Gracias.
¿Blog? No, tengo bloc, pero está lleno de notas y pronto me tendré que comprar otro.
Ah, y no te pierdas ésta: uno que firma XXX me pide que dé la cara. Pues ni la cara ni lo otro. (A educado y bien hablado no me gana nadie).
Mefisto, elogiar desde un anónimo me parece de mejor estilo que esconderse tras un pseudónimo para la crítica destructiva. Si escribes y no te quieres exponer a la crítica, me parece perfecto. Solo por eso te preguntaba por el blog. Para ver qué pasaba. Ya lo he visto. Saludos.
Coño, la que se ha liado.
XXX, si te consuela, a mí no me importa la crítica destructiva. Y la verdad, me había creído que Mefisto se había despistado nada más, no tomé su comentario como un desprecio. Pero en fin, como ya dije en anteriores capítulos, sólo soy un cachorrito.
Haya paz, hermanos.