por Patricia Danjou
Estuve dos días sin tomarme el whisky que me acompaña cuando escribo por las noches.
No por nada en especial. Simple y sencillamente, me apeteció más tirarme a ver la tele o irme a la cama a leer.
Y hoy me habían desaparecido las bolsas de las ojos.
Me miré en todos los espejos de la casa para asegurarme de que no eran imaginaciones mías.
Curioso.
El día que decida parecer más joven, dejaré de beber y fumar.
Mientras, Johnnie y yo seguiremos escribiendo como el par de viejos que en realidad somos.