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Domingo de amoniaco

por hijadecristalero
Imagen en contexto original: decosfera
amoniaco.jpg

Abrí la botella de amoniaco y se me escurrió de entre los dedos.
Cuando llegó al suelo, el líquido salió rebotado del envase de plástico como un surtidor y me abrasó los dos ojos.
Todo fue muy rápido. No podía abrirlos y al mismo tiempo sentía que necesitaba abrirlos para que dejasen de arder. ¿Qué va a ser de mis hijos si me quedo ciega?. Pensé en ellos antes que en mí, es un flipe esto de ser madre. Y me puse a dar alaridos hasta que se presentaron en el salón. Si hubiera habido algún adulto, le habría pedido que me llevara corriendo al hospital, pero yo soy el único adulto de la casa y del mundo mundial ¡Llama al 112 y pregunta qué hay que hacer cuando te cae amoniaco en los ojos, corre!

Esperaba que mi hijo delegara el marrón en alguien adulto en cuanto le contestaran, esperaba que dijera: ¡estamos solos con mi madre y se le ha caído amoniaco en los ojos! Pero ha cogido el teléfono mientras bajaba el volumen de la música- que seguía sonando con alegría, ajena al drama-, y ha preguntado con voz muy serena: por favor ¿me pueden decir qué hay que hacer cuando a alguien le cae amoniaco en los ojos? Ni él ni su hermana -que me espera levantada cuando salgo por la noche-, han perdido los nervios.

Tardaban mucho en ponernos con el médico, yo sentía la imperiosa necesidad de echarme litros de agua en los ojos, pero no me atrevía, por si acaso era contraproducente. Ya podía empezar a entreabrirlos, pero no tanto como para poder ver.
– Dame el teléfono y busca en Internet, corre- he dicho.
– ¡Agua!- me ha dicho cuarenta segundos después-¡Lávate los ojos con agua!

He colgado a la máquina automática del 112 y me he lavado mucho tiempo, hasta que los ojos han vuelto a ser casi los que eran. Al rato me llamó el médico para decirme que me echara agua y, si me seguía doliendo, fuera a urgencias.

Me alegra que el operativo familiar haya funcionado.
Le he prometido a mi hijo que le enseñaré a conducir en el pueblo de la abuela. Por si algún día la cosa no se calma sólo con agua.
Es divertido esto de ser, también, padre.

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