por Claudio Molinari Dassatti
Histórica, e incluso turísticamente, Bélgica es un país que uno atraviesa únicamente si se ve obligado por la necesidad a llegar a otro sitio.
Los franceses atraviesan Bélgica si quieren llegar al aburrimiento. Los alemanes atraviesan Bélgica si quieren llegar a París. Los ingleses la atraviesan si quieren llegar a Waterloo o huir de los alemanes. Los turistas lo hacemos porque el viaje en tren a Holanda es más cómodo que pasar seis horas de espera en un aeropuerto.
Bélgica y Holanda están allí para separar a los franceses de los alemanes. Luxemburgo está allí para separar al dinero de los impuestos.
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