Texto: Carmen K. Salmerón.
Foto: Manugón.
Por comensal:
– 2 Filetes de marrajo congelado por persona (también valen: tiburón, pintarroja, tintoreta, cazón, jaquetón… son todos primos hermanos).
– 1 cebolla partida en láminas de 1/2 cm aproximadamente, no es necesario medir con rigurosa precisión.
– 1 tomate rojo, hermoso y maduro cortado en rodajas parecidas a las de la cebolla.
– 1 diente de ajo muy laminado.
– 1 guindilla.
– Perejil fresco picado.
– Aceite de oliva virgen extra.
– Sal yodada.
– Pétalos rojos de geranio (pero dados los fríos, nos conformaremos con los pétalos de flor que tengamos a nuestro alcance).
Descongelamos los filetes de marrajo la noche anterior. Si la memoria nos falló, podemos descongelarlos en el microondas. Los tiempos de descongelación dependen de cada aparato. Si tenemos la opción de conseguir el marrajo, tiburón, cazón, tintoreta, jaquetón (¡qué bello nombre!) fresco, no la desestimaremos. Es un pescado hasta hoy muy económico, sabroso y que se encuentra “disponible” todos los días del año.
Una vez descongelado el marrajo, lo ponemos en una plancha o sartén bien caliente, con un chorrito de aceite para que no se agarre y unos granos de sal. Damos prácticamente vuelta y vuelta (no más de 1/2 minuto por cada lado). Emplatamos. En otra sartén o plancha, igualmente bien caliente, con el chorrito de aceite y los granos de sal, colocamos los vegetales, con la guindilla partida en trozos. Vuelta y vuelta, más bien al dente que carbonizados. Los colocamos con cierta gracia en el plato, junto al marrajo o jaquetón y decoramos con unos pétalos de geranio, que al igual que nuestro tiburón, es bien mediterráneo. ¡Qué ustedes lo disfruten bien!
PROPIEDADES
Todas. El tiburón y sus familia, conocidos como la ternera del mar, es bueno para todo. Apenas tiene calorías. Semi-graso. Nada de colesterol. Es de fácil digestión, buen sabor y textura. Posee un alto porcentaje en proteínas de alta calidad, casi todas las vitaminas del grupo B. Grandes cantidades de vitaminas A y E, amén de fósforo, potasio y hierro.
Así pues, el temido tiburón, previene todo tipo de enfermedades relacionadas con el sistema nervioso (a tener en cuenta en estas fechas) y el sistema óseo. Mantiene la piel en estado óptimo (vitamina A y E). Al carecer de colesterol, es uno de los alimentos estrella para enfermos cardíacos, hipertensos, diabéticos, celíacos, obesos, anoréxicos…
Altamente recomendado para quienes deseen descendencia: favorece la fertilidad.
Su cartílago contiene propiedades antiinflamatorias e inmunoestimulantes.
¡Quién se lo iba a decir a Steven Spielberg!