Categorías
General Lecciones de la vida

Caretas de humo

por Kurtz

Dale a play para leer, el video son fotos fijas. Lo importante es la música

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=nA3xkwcSJQ4&hl=es&fs=1]

Algunas noches de madrugada, antes de volver a casa, me dejo caer por un pequeño antro cargado de años y buen jazz, con la rutinaria esperanza de encontrar alguien que caliente mis solitarias sábanas. Suelo avanzar sigiloso entre las nubes de humo, hasta un pequeño balcón al final de la barra, donde sin mucho esfuerzo puedo contemplar bien el escaparate de noctámbulos que se agitan al ritmo de la música.

Sentado en un taburete, mientras me confundo con el pringoso mobiliario del bar, me sirven un par de chupitos de tequila con una insinuante sonrisa. El José Cuervo es duro a primera vista, pero una vez que rompes el hielo y tu garganta se habitúa al chorro de lava que te abrasa, puedes tomarte tres o cuatro machacantes sin llegar a notar sus efectos.

La camarera que me ha servido es una cría presumida a la que le gusta actuar para todos los hombres : regalando escote, contoneando el culo y disparando besos de mentira a los mirones calenturientos que babean la barra. Aún no lo sabe, pero sin su escote no es nada. Muchos días la veo irse a casa sin vida, desinflada, tan cansada como si hubiese hecho el amor con todas las miradas lujuriosas que han pasado esa noche por su cuerpo. Entonces, desearía salir tras ella y acompañarla para desabrochar con delicadeza el sujetador de su miedo. Desmaquillar su impostura y observar su temblor delante del espejo cuando se viera con la cara lavada por primera vez.

Hace falta mucha vida para que los ojos inquisidores que nos miran no nos despisten de quienes somos y no nos sintamos obligados a construir caretas que a menudo no somos capaces de llevar.

La música y alcohol barren la vergüenza de cuantos creemos que las noches nunca acaban en los brazos de un amante. A escasos metros de distancia descubro una mujer que sabe fumar con mayúsculas. El humo caliente que sale de su boca me emborracha de deseo. Su mirada no interpreta ningún papel. Dicen que la mirada es el espejo del alma, pero para mi no es más que la entrada principal al maravilloso mundo del sexo. La suya es una mirada con voz propia. Ella y lo que ven mis ojos son la misma cosa. Sin dobleces. Las personas sin caretas suelen dar miedo a los demás, pero yo esta noche estoy dispuesto a quemar todas las banderas.

Decidido a la conquista, me pongo el traje de Hernán Cortés. Mis ojos clavados en los suyos. Paso firme y decidido. Media sonrisa dibujada en la cara y un contundente ”hola”, es toda la artillería que llevo preparada para que esa mujer me deje ser el humo de su cigarrillo, y perderme en sus ojos y entre sus piernas. Animado por su sonrisa invitadora me acerco a ella sin complejos, pero antes de que haya podido pisar tierra firme, escucho:

– Si te quitas ese estúpido disfraz quizás te invite a una copa.

0 respuestas a «Caretas de humo»

Anoche ,decidí acompañarme a tomar una cerveza…
me gusta acompañarme pues así vamos a nuestro ritmo
y si nos enfadamos o nos contentamos, es algo que
solo a nosotras atañe. Llovía bastante y empezaba
a tener pereza pero tiré de míy finalmente agarré
las llaves del coche y carretera y manta… aparqué en la misma plaza de garaje en Plaza Mayor, es mi punto de referencia, de allí a cualquier lugar o local del centro en unos minutos. Salí del parking y allí tumbados en el
suelo a escasos metros del resto del mundo,envueltos en su mundo y entre mantas y cartones dormían o simplemente se aislaban de sí mismos o de mí … o de todos nosotros, unos
indigentes. Baje hasta Arenal y allí visite un local
que un amigo me había presentado, este, siempre me acoge alegremente, justo al bajar las escaleras, allí estaba Blind Willie Johnson dándome la bienvenida, Leroy Carr se aproximó y prometió dedicarme una de las suyas, también estaban Skip James y muchos más…todos. Con ellos dialogo abiertamente compartimos ideales, sentimientos…ellos me enseñan de la vida y yo intento aprender.

Allí sentada en la barra, me tomo mi cervecita y observo y, sigo aprendiendo. Un tal Juan ¨sin miedo¨ se aproximó
y allí cerca de mí su whiski se tomó, miraba tranquilamente pues él,también se acompañaba… me volvió a mirar y me dijo, tu también estas sola,le dije, no, estoy bien acompañada, me volvió a mirar a los ojos y ambos sonreímos juntos, me dijo,el martes hay una buena actuación,empieza a las 22:45… acabé mi cerveza y según me dirigía a subir las escaleras, mi querida amiga Billie Holiday me dijo… I’ll be seeing you…

Leo hoy en un dominical de El Periódico una entrevista a una psicóloga/sexóloga que afirma que el éxito en la seducción está en mostrarse realmente como uno es.
Muy pocas personas se muestran realmente como son. Por miedo al rechazo, a la burla, a que no les entiendan (quizás lo que más duele), a hacer el ridículo…
Yo también fui así durante años, la mayor parte de mi vida. Pero a veces ocurren cosas, “hechos traumáticos” los llama un amigo mío. Y mi careta de humo se desvaneció en el vendaval que sobrevino a mi vida. Una vez llegado al punto en que ya no te importa nada, tocando fondo y sólo gracias a un leve impulso que te empuja de nuevo hacia arriba, afloras una vez más a la superficie, sin careta. Soy así ¿qué pasa? A quien no le guste que pase de mi. Y lo curioso del caso es que gusto mucho más así, tiene razón la entrevistada. Y tiene razón Kurtz, hace falta mucha vida para no caer en la tentación de construir nuevas caretas.

Harían falta más vida de las que disponemos para llegar al punto de no necesitar esa máscara….. el hecho de creer no necesitarla, ya está en si , creando una mascara, una mascara protectora hacia la fragilidad la belleza… a este estado que llegamos después de una mala experiencia
que nos marque la vida, se le llama escudo , antídoto.. y también mascara aunque no necesariamente a de ser bella…

Una máscara es un escudo protector contra el pudor. Y el pudor es una de las curiosas cosas que nos separan de los animales. Todos somos pudorosos en mayor o menor medida. Todos necesitamos unas normas para vivir en sociedad. Todos utilizamos una tarjeta de presentación. Todos tenemos miedo.

Nuestro tipo de peinado es una máscara; como lo es nuestra ropa; nuestras palabras; nuestros escritos; nuestros tics, nuestras manías; nuestros espejos.

No existen hombres sin pudor. No existen hombres sin careta.

“[…] Por el momento toca el jazz; no hay melodías, sólo notas, una mirada de breves sacudidas. No conocen reposo; un orden inflexible las genera y destruye, sin dejarles nunca tiempo para recobrarse, para existir por sí. Corren, se apiñan, me dan al pasar un golpe sexo y se aniquilan. Me gustaría retenerlas, pero sé que si llegara a detener una, sólo quedaría entre mis dedos un sonido canallesco y languidecente.”
La nausea. JPSartre

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *