por Antonio Santos
Fotografía en contexto original: 7lunas
El deseo es el estado natural del hombre, el orgasmo es el estado natural de Dios.
El deseo en cada hombre es distinto, el orgasmo hace a todos los hombres iguales.
El deseo teme a la muerte, el orgasmo justifica la muerte.
El deseo es la promesa de la felicidad, el orgasmo es la experiencia de la felicidad.
El deseo borra la memoria del orgasmo, el orgasmo borra la ansiedad del deseo.
El deseo es la ruta hacia el orgasmo, el orgasmo es el oasis del deseo.
El deseo insatisfecho es el infierno, el orgasmo alcanzado es el cielo.
Al orgasmo se llega por la senda del deseo y cada cual tiene su propio mapa.
No importa la ruta seguida, ni la duración del trayecto, ni si vas solo ó acompañado: cuando llegas al final, todo se desvanece.
Durante unos segundos, el subidón de endorfinas se convierte en un tsunami interior que arrasa la conciencia del ego, arrastrando sus temores y debilidades, trascendiendo el tiempo y el espacio, anulando pasado y futuro; durante el orgasmo, no eres ni rico ni pobre, ni guapo ni feo, ni blanco ni negro, ni hombre ni mujer.
Desaparece el miedo a la vida, se reconcilia uno con ella.
Se recrea la vida.
0 respuestas a «El orgasmo»
…. lo alucinante es, que cada uno de ellos es distinto al siguiente, independientemente de con quien se comparta e incluso si ni tan siquiera es compartido. Tiene voluntad propia y poderes para apropiarse de la nuestra, nos lidera a su territorio, ese territorio tan reducido pero tan inmenso a la vez. Es un breve recorrido que en segundos revitaliza cada una de nuestras células, uno se siente a si mismo de dentro a afuera, nos reconfirma que estamos vivos.