por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: frasesdiariasdeprosperidad
Mi amigo tiene una pequeña empresa de reformas.
Hablamos hace dos meses y me contó que había echado a casi todos los operarios y se había quedado con dos, porque no entra trabajo, porque la gente no le paga y los bancos le acosan. Ya entonces se le veía preocupado. En contra de lo que suele creer la mayoría de la gente, no es plato de gusto para ningún empresario honrado poner al personal en la calle.
Pero la realidad es así: si los clientes no pagan, si no entra más trabajo, no hay de donde pagar los sueldos de unos empleados que han de estar mano sobre mano porque no hay nada que hacer. El empresario de este relato no conduce un todoterreno de quince millones de pesetas de las de antes, no juega al golf, no tiene yate ni cuentas en paraísos fiscales. Su mujer también trabaja, tienen un hijo y han conseguido comprarse un chalecito casi en Guadalajara, que era lo que se podían permitir.
Él es autónomo, pertenece a esa raza valiente y emprendedora que levanta el país produciendo y dando empleo a otros a costa de no tener vacaciones, no tener privilegios- como ponerse enfermo o cobrar el paro, por ejemplo- y pagar muchos impuestos.
Hace tres semanas volvimos a hablar, estaba más alegre: había firmado dos obras y sólo estaba esperando las licencias después de pagar todas las tasas y pasar todas las condiciones que le ponían los respectivos Ayuntamientos, gobernados por dos partidos distintos. Incluso hablaba de sacar a alguno de los recién despedidos de la cola del paro.
Esta mañana me llamó hundido: ha tenido que despedir a los dos empleados que le quedaban. Las tasas están pagadas y los papeles en regla, pero los Ayuntamientos tardan más de un mes en trasladar la licencia del despacho en el que se le ha puesto el último sello al despacho en el que hay que recogerla.
Mi amigo lleva una semana descargando camiones por la noche y limpiando cristales por la mañana, por si acaso cuando le den las benditas licencias, los clientes se hayan visto afectados también por la crisis, y decidan dejar la obra para más adelante.
– Hace meses daba trabajo a cinco personas y ahora soy yo el que pide trabajo. Y lo peor es que he tenido que despedir a las dos últimas personas teniendo trabajo, joder, que tengo trabajo y es la Administración la que me busca la ruina. Si hubieran llevado la puta licencia de un despacho a otro en un tiempo prudencial, yo habría sacado a otras dos personas del paro. De esta manera, han aumentado en tres , incluyéndome a mí, el número de parados ¿Así van a ayudarnos a salir de la crisis? Y vete a un banco a decir que eres del ramo de la construcción y que sólo estás pendiente de que te den en mano la licencia de obras, que ya verás lo que te dan los banqueros: una patada en el culo ¿Dónde está el dinero que hemos dado a los bancos para que ayuden a la pequeña empresa?
Después hemos hablado de que sólo saldremos de ésta ayudándonos los unos a los otros, porque ni el Estado ni los bancos nos van a ayudar.
Revolución.
0 respuestas a «El autónomo y el ESTADO»
esta es la puñetera realidad. Lo suyo es q este no tuviera dado de alta a nadie hasta que tenga la pasta en el bolsillo.