Creo que la información ordinaria, entregada de manera ordinaria, gravitará rápidamente en torno a los soportes digitales. Y que la información extraordinaria, presentada de un modo extraordinario, se convertirá en el futuro de lo impreso”. (John Plunkett, fundador y director creativo de la revista Wired )
Con esta cita abrió Antonio Jesús Luna la Fiesta de la literatura famélica que celebramos el 10 de abril en la trinchera proscrita*.
Juan Hoppichler, autor de «Notas de un transterrado» fue muy breve y se limitó a transmitir su deseo de que a los lectores les gustara su obra. Era lógico que se encontrara un poco cohibido: a su natural timidez se unía el hecho de que él es el único de los cuatro oradores que no pertenece al núcleo duro proscrito.
Miguel Pérez de Lema autor de Vidas de escritores proscritos I y II y de Manual de conspiranoia, compartió sus reflexiones con todos nosotros, y dijo que en el holocausto nuclear los grandes mueren y sólo sobreviven las cucarachas y los roedores. «Estos librillos hechos en una impresora que acabará en un museo, con cartulina de la papelería del barrio y grapados a mano». Resistimos. Los proscritos somos la cucaracha que sobrevive. El grupo Prisa, «que ya no cree en los escritores y acaba de vender las empresas literarias de Santillana al primero que pasaba por la puerta», es el mastodonte que se extingue.
Hasta entonces yo había estado demasiado ocupada en imprimir, encuadernar, grapar y doblar ejemplares de los tres títulos que presentábamos esa noche; en preparar las flores que me trajo Carmen, una antigua alumna que no iba a poder asistir; en hacer la compra, las tortillas, los sándwiches y las medianoches; en que hubiera suficiente cambio en la caja, en coordinarme con la gente de Día Autoservicio Descuento para que las cervezas ya estuvieran frías a las siete de la tarde… Estaba demasiado cerca.
Pero la cita elegida por Antonio y la reflexión de Miguel me devolvieron la perspectiva y la razón por la que estamos aquí.
Además, el elogioso comentario de Antonio sobre «Contingente», el segundo cuento de la antología El dinero sólo es dinero, reavivó el fuego literario que me alienta; y el hecho de que Miguel hiciera público su reconocimiento a mi trabajo proscrito, hizo que renovara mis votos editoriales.
Por último, quisiera hacer mención a quienes acudisteis a nuestra llamada y estuvisteis allí, arropándonos.
Vuestro apoyo es viento en nuestras velas.
Mil gracias a todos.
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* trinchera proscrita: Proscritos, c/ Real, 41. 28250 Torrelodones (Madrid). Tél: 918549328