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Pedrojota y la última cocacola del desierto

FAMOSOS DESFILE DE LA FIRMA "AGATHA RUIZ DE LA PRADA"

Miguel Pérez de Lema

En los albores de la guerra por las audiencias de los grandes periódicos en Internet, elmundo.es optó por la estrategia acertada y tumbó a la armada invencible de elpais.com. La apuesta de elmundo.es de abrir todos sus contenidos, mientras elpaís.com se aferraba a la delirante idea de que la gente pagaría por acceder a su medio, se saldó con una aplastante derrota del grupo Prisa, que perdió tiempo y mucho dinero en retractarse. El error era tan completo que lo solucionó a lo grande, giró 180 grados abriendo todos sus contenidos y, de un plumazo, fichó a toda la redacción de elundo.es, que con el éxito de audiencia se había convertido también en la más eficaz.

Esta victoria se grabó en la mente de los internautas y elmundo.es mantuvo siempre la consideración de ser la mejor marca.

Pues bien, pasaron los años y los dos grandes periódicos entraron en barrena, junto al resto de la prensa nacional, local y mundial. La publicidad se fue agotando, primero la real y luego la mamandurria institucional, y las dos grandes cabeceras, y con ellas sus grupos (Unidad Editorial y Prisa) que además hicieron compras absurdas, devinieron inviables: sus deudas son muy superiores a su valor. En cualquier otro sector estarían en concurso de acreedores hace mucho tiempo, pero la prensa tiene sus «diferencias», que le permiten alargar la agonía.Y en esto están, renegociando deudas, malvendiendo partes, masacrando redacciones…

Los ejecutivos han desahuciado la prensa de papel y sólo apuestan -y con muy poca fe- por la viabilidad de los medios en Internet. Pero todos los que siguen este negocio con un poco de atención saben que sólo los digitales con una estructura ínfima (los ‘confidenciales’) han sido capaces de alcanzar la rentabilidad y manteniendo siempre una filosofía espartana. Es sabido que la facturación por publicidad en Internet no permite mega diarios, ni mucho menos grupos cosmodemónicos, y que si bien crece, lo hace moderadamente y hasta hay quien cree que se está estancando y el formato no da para crecer más.

En esta situación, alguien en Unidad Editorial, tuvo la idea de cobrar por el acceso a ciertos contenidos. En la que quizá sea la mayor operación de autobombo de la historia del periodismo español, se lanzó Orbyt, que ofrecía parte de los contenidos a los usuarios de pago. Orbyt no ha arreglado nada, pero al menos ha molestado poco a los usuarios porque la mayoría de la información sigue en abierto.

Lo que sí ha permitido Orbyt a los directivos de más de 50 años, es mostrar que son modernos y llevan tablets a las reuniones, y hablan de apps y de cosas, mientras su empresa sigue cayendo en picado, se ha despedido a la mitad de la plantilla y la deuda aumenta como una metástasis. Cada día que abren el chiringuito hay que poner más de lo que se recauda.

Pero las cosas pueden empeorar. Lo último, según publicitan ahora desde elmundo.es, es un «cambio de piel». Se les ha ocurrido la idea de restringir mucho más los contenidos -aun no se sabe si totalmente o sólo mayoritariamente- y cobrar por ellos. Esto es, recuperar a finales de 2013 la estrategia que empezó utilizando elpais.com, y que fue un fracaso absoluto hace una década.

Y hacerlo en un entorno en el que ha aparecido una plaga ¿cuantos: 15, 34, 50? de diarios digitales gratis total, muchos de ellos consolidados económicamente y con muy leales partidarios.

De pronto, en un momento en que hasta el twitter de mi hija tiene más prestigio que un diario de tirada nacional -y compite como emisor de información- alguien se ha mirado en el espejo y ha decidido decirnos que es la última cocacola del desierto, y que la gente se va a lanzar en masa a pagar por poseerla. Y vuelven al autobombo.

Parece como si alguien hubiera decidido usar su última bala, de oro y diamantes, metiéndosela en el paladar.

3 respuestas a «Pedrojota y la última cocacola del desierto»

El problema no es una minucia. En mi experiencia (prácticamente sólo leo prensa digital, y en inglés), la prensa de hoy tiene que ofrecer algún valor añadido para sobrevivir. Pero no hay fórmulas mágicas. Algunos enseñan la puntita nada más, y para leer el resto hay que suscribirse, pero eso no lo pueden hacer todos. The Economist, por ejemplo, ofrece información y análisis excelentes para un público *mundial* de nivel cultural alto (que en la geografía hispana es numéricamente exiguo). Quizá si La Monda o El Pis ofrecieran un servicio de tapas a domicilio o sortearan entradas para el fúrbol conseguirían ser rentables. De otro modo, no podrán nunca competir con los fascinantes telediarios, llenos de accidentes aparatosos, política al mejor postor, consejos paternalistas, humor para oligofrénicos y violencia de género.

Lo que hay es lo que hay. Al fin y al cabo, ¿para qué es necesario saber leer? Con saberse las señales de tráfico y los iconos del android ya va uno sobrao, hombre.

Hace unos meses JL Rodríguez, en sus «foros de la nueva….economía, etc» programó una serie de desayunos en el Ritz.
Con una Teleco de sponsor, la serie de desayunos iba de lo que describe el artículo de Miguel pero comentado por un directivo de un medio escrito. Asistí a un par de ellos. El Corriere-El Mundo y lo de Forbes-España. En todos los desastres hay nichos más o menos interesantes.

Como en tantas otras cosas el «down sizing» sólo resuelve mal el corto plazo. A largo plazo lo que se produce es un cambio cosmológico o de paradigma de tal forma que las cosas dejan de ser como eran y todo se reordena de otra forma que tardamos en reconocer. Es crucial imaginar bien el futuro y posicionarse en él mentalmente.

Me temo que lo que sucede en la prensa escrita pasa también en otros lugares y que los diagnósticos no ayudan si son parciales y se circunscriben al objeto de nuestra preocupación inmediata: prensa, Fagor, Pescanova, empleo, política, partidos, bodas y divorcios notariales, etc.

No voy a ofrecer aquí solución porque mi frivolidad no llega a tanto, pero sí relacionar el artículo de Miguel con el del «Jalouín» más abajo. El enigma del «Jalouín» es fascinante y ni por asomo se me ocurre que pueda ser fruto del azar.

El modelo de comunicación vigente es, ¿era?, de «Broadcast» de «Emisión» jerarquizada. De unos pocos a todos.
Esto se ha roto hoy día (resulta más interesante escuchar a estos chicos http://www.youtube.com/watch?v=z-sdO6pwVHQ que a Obama) pero hemos de recordar que Internet nace en los años 50 y que la decisión de «socializarlo» comenzando por el mundo académico, fue una decisión política y geopolítica. De repente, lo que nunca fue posible –que el poder disponga de nuestras conversaciones digitalizadas per in secula seculorum– es realidad.

O que la capacidad de comprensión lectora occidental sigue más o menos como hace 60 años (o peor) y en muchos países como el nuestro es enorme y creciente el analfabetismo funcional.
Y que lo que funciona, también por diseño, son los cientos de millones que han visto estas joyitas.

http://www.youtube.com/watch?v=rX372ZwXOEM

http://www.youtube.com/watch?v=wcLNteez3c4

Ojo, un respeto, Corea suele ser el ganador de la Olimpiada Matemática juvenil de cada año. España es el 60, Finlandia (que tanto se aplaude) el 65. El primer Europeo es Holanda, el 23.

En fin, que esto es para hablarlo despacito porque es posible que haya campo, pero probablemente el negocio será para quienes sean capaces de crear «Jalouines» porque leer ha dejado de ser atractivo para el poder.

Saludos

Vencer a los nacionalistas sería fácil porque sólo son el 8% de la población, pero ¿podrán vencer a los gigantes PP-IU-PSOE? Dependerá de la concienciación de los españoles. Por mi parte cabe decir que El Capitán Trueno no se rindió jamás en su combate contras las injusticias.

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