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El quinto poder

por nidiosniamo

El caso del affaire Carlos Mulas-Amy Martin-Irene Zoe Alameda es sólo una anécdota si lo comparamos con lo realmente grave: que a la cabeza de la Fundación Ideas estuviera un tipo que trabaja para el FMI y que, en su informe sobre Portugal, recomendó los recortes que está sufriendo el pueblo portugués. Un rojo de los de toda la vida, vamos. De las cuatro letras del PSOE, tres son mentira: ni son socialistas (S), ni representan al obrero (O) y cada día son menos españoles (E). La P es la única letra que dice la verdad sobre lo que son: el Partido.

Lo mismo puede decirse del Partido Popular: le basta la primera P para definirse. Los dos son el Partido, sólo los colores de sus carteles electorales son diferentes: obsérvese que el Gobierno de Rajoy –presuntamente liberal-está aplicando sobre los españoles una receta muy similar a la que el socialista Mulas propuso para Portugal.

De vez en cuando algún gran medio destapa algún caso de corrupción, pero tampoco ellos son inocentes: nos dejan saber aquello que beneficia a sus intereses, que siempre coinciden con los de uno u otro clan de el Partido.

En teoría la Justicia debería controlar a el Partido e impedir sus desmanes. Pero no existe una separación real de poderes, y los corruptos tienen barra libre para saquearnos. Además ahora, con las tasas del faraón Gallardón, la Justicia se ha vuelto inaccesible para una gran mayoría de los españoles.

Para muestra del justo funcionamiento de nuestra imparcial sistema judicial, un botón: estos días el Gobierno ha indultado, incomprensiblemente, a un kamikaze que causó la muerte de un joven. Cuando nos enteramos de que su abogado trabaja para el mismo bufete que el hijo de Gallardón y que, además, es hermano de un antiguo secretario de Estado de Justicia del PP, el asunto empieza a resultarnos más comprensible. Y a darnos más miedo: ya no estamos hablando sólo de dinero. La familia de la víctima ha tenido que empezar pagando 440 euros de tasas para reclamar justicia ante el Tribunal Supremo.

Por esa razón vuelvo a escribir hoy sobre los chicos de Café amb Llet, porque ellos son un soplo de aire fresco en estahedionda cueva. Ellos personifican como nadie la lucha de David (el pueblo) contra Goliath (la casta). Os contamos hace meses que desde su pequeña revista de ámbito local, vienen denunciando la corrupción del sistema sanitario. Y que esto les ha costado una multa de 10.000 euros, que es la forma que adopta ahora la censura: no te prohíbo escribir sobre nada, pero te va a salir tan caro que vas a preferir estar callado.

Otros, en su lugar, habrían tirado la toalla.
Ellos no. Inasequibles al desaliento, han decido convertir esa multa en un boomerang que se vuelva contra quien pretendía cerrarles la boca con un proyecto que se llama: Artur Más ¿dónde está mi dinero? . Han abierto una cuenta para recaudar fondos, y estamos todos tan hartos, que en poco días han recaudado más de 18.000 euros.
Ellos y gente como ellos son nuestra única esperanza.

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