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El mítico debate entre Esther Vilar y Alice Schwarzer

Miguel Pérez de Lema

Corría 1975. Esther Vilar ganó el debate, pero las Schwarzer del mundo tomaron el poder y hoy estamos peor que entonces. A nivel de pajinismo, y tal -que parece que se han ido, pero siguen ahí, agazapadas-. Una en cada casa, como si dijéramos.

Lo que más me gusta de la Vilar es que no deja de sonreír mientras sacude. Esa es la actitud.

Y era guapa. Y tenía clase. Y le gustaba provocar al miura de la intransigencia progre y la dictadura feminazi. Y se notaba lo mucho que estaba disfrutando, ganando pasta con el personaje que sus enemigas popularizaban. Cada amenaza, 1.ooo ejemplares más de «El varón domado» que se vendían.

Quede claro que sus opiniones y las mías no son las mismas, si bien pueden coincidir en algún caso. No me hagan responsable de lo que puedan escuchar. Y saquen sus propias conclusiones.

http://www.youtube.com/watch?v=TvnxvAwSu-0

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Miguel Pérez de Lema es autor de Manual de conspiranoia

14 respuestas a «El mítico debate entre Esther Vilar y Alice Schwarzer»

Pues para mi lo importante es saber «que fue de» todos nosotros y fue un desastre.
La Schwarzer se ha clonado y casi 40 años después sus tópicos y sus tácticas y su amargura son la puta Biblia.
Qué ilusión me hace ver en el debate que esta tiparraca ya usaba el «ere una facitta» para descalificar al contrario.

Y la Vilar, me pone.

Si yo nunca he acabado de leer el Varón Domado, es porque me pasa con la Vilar lo mismo que me pasa con las reflexiones sobre las mujeres de Ortega y Gasset: hablan de las mujeres de la clase alta, las mujeres de lo que hoy podríamos llamar «élites extractivas».
Las mujeres del pueblo llano jamás han disfrutado de los privilegios que la Vilar denuncia: tenían que cocinar con carbón, lavar la ropa a mano, buscar comida hasta debajo de las piedras -porque con lo que ganaba el marido muchas veces no era suficiente-, bregar con los niños y, si además vivían en el campo, trabajar en la huerta, dar de comer a las gallinas, recoger los huevos, ordeñar la cabra… (eso en el caso de que se pudieran permitir tener una cabra).

Ninguna de las mujeres que me antecedieron, ni por vía materna ni por vía paterna, vivieron nunca como la Vilar denuncia. La Vilar no habla de mujeres reales, sino de princesitas de la clase alta. Y la Schuwarzer habla de mujeres trabajadoras. Que sea una feminazi es otra cuestión.

Vilar también se refiere a ellas. Dice que una mujer fea, por lo tanto pobre, explota al hombre pobre. En otras palabras, la situación de la mujer es mala o muy mala, pero la de su pareja, el hombre pobre, siempre será peor.

A lo mejor si lees entero…

Pero sí es cierto que era un libro para las clases medias (¿te acuerdas de lo que era eso?), como lo eran por otra parte casi todos los libros que se publicaban en el mundo.

Discrepo. Yo no he hablado de clases medias, he hablado de clase alta.

La clase media no ha durado ni un siglo.
Y se ha nutrido de dos tipos de gente: la gente rica venida a menos -que es lo que tú crees que es una clase media que ha existido siempre, cuando en realidad sólo es gente que cayó de la clase alta-, y la gente pobre que llegó a la clase media peleando.
Yo soy hija de dos personas que nacieron en la clase baja, que pasaron frío y hambre en la infancia y adolescencia.
La clase media ha sido un paréntesis de cuarenta años en mi árbol genealógico. Ninguna de las mujeres de mi familia ha vivido jamás como las mujeres que dice Vilar: ni mi abuela, que era casi analfabeta, ni yo.

la nación: esther vilar después de «el varón domado»

Al cumplirse más de 25 años del lanzamiento de su primera obra, Vilar hizo una versión revisada, oportunidad en la que le preguntaron si aún existe «el varón domado». «Existe, pero un poco diferente», dijo. «Ahora hay más mujeres que trabajan. Somos más independientes; hemos cambiado un poquito pero no hasta el extremo de no compadecernos a nosotros mismas», añadió.

En el prólogo de la nueva edición, Vilar sostiene que, por absurdo que parezca, los hombres necesitan el feminismo más que sus propias esposas. «Las feministas son las únicas que aún describen a los hombres como a éstos les gusta verse a sí mismos: egocéntricos, obsesionados por el poder, despiadados y sin inhibiciones en lo que se refiere a la satisfacción de sus instintos», explica.

En resumen: la Vilar y nosotros hacemos «sociología de puchero, y que bien lo pasemos».

se puede encontrar con subtitulos en portugues, que leido se entiende bastante, vale la pena, la verdad es que la logica de la Vilar supera con creces a su rival.
pero es logico, todo el feminismo es pura contradiccion y doble moral, es facil refutarlo con la logica, lo dificil es que han logrado imponer su doble moral de una forma totalitaria y ya no se acepta ni la posibilidad de cuestionar su discurso.
ese debate y el libro de E Vilar hoy en dia seria inmeditamente sensurado.

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