Miguel Pérez de Lema
Si tuviera tiempo -dinero, dinero- escribiría un ensayo sobre los puntos básicos del lavado de cerebro del nacionalismo, y su permanencia en Europa.
El mesianismo, el mar de banderas, el enemigo insidioso que «nos roba», la superioridad, la demanda de unidad, la idea de momento histórico, la idea de reparación de un daño del pasado, la aparición de un ser elegido para iniciar el cambio, el mito de la ventana de oportunidad, la exaltación del folklore popular, la revisión interesada de la historia, el idioma como herramienta de guerra y segregación, la persecución legal y señalamiento público de los que se oponen a la unidad y al exclusivismo, el control de los medios de comunicación, el deporte como exaltación de los valores nacionales, las demostraciones populares de adhesión, la estética de las multitudes, la profusión de campañas públicas de adoctrinamiento, la expansión territorial, la promesa de un futuro idealizado que compense los sacrificios del presente, la conversión en una casta superior de los promotores de la causa que se favorecen de su posición y crean una red clientelar, y esa apropiación del espíritu de todo un pueblo que hace el líder carismático…
Ya digo que esto daría para otro de esos libros que jamás podré escribir. A ver si alguien me lo apesebra.
Ejercicio de hoy: Buscar 7 sintonías entre ambos documentos:
La voluntad de un pueblo
http://youtu.be/WjdfCvBHtLE
El triunfo de la voluntad
http://youtu.be/5iH3ZPI-xaE
Una respuesta a «Nacionalismos de ayer y de hoy»
El futuro de cualquier país son sus chonis y sus jenifers:
youtube
Y de la cradora de «No me subas el IVA, bájame las bragas» nos llega
Artur Mas ¿dónde vas?