Miguel Pérez de Lema
Estos super gurús dejaron grabada su profecía en 2007. Muestran la sabiduría del pueblo castellano, profundamente conservador, desconfiado, experto. No somos país de filósofos ni de predicadores. Nuestra sabiduría perenne no habla del tao, ni de el ser, habla de los garbanzos y es precisa y leal a la realidad. No falla nunca ni progresa jamás, «al pan pan y al vino vino». Es la cultura de un pueblo que desterró la usura de su suelo como primer paso fundacional. Y luego, a trabajar.
Castilla es el realismo seco y la cultura española ha estado larvada, narcotizada, desarraigada, borracha, cuando ha querido desentenderse de sí misma más allá de los encontronazos geniales con la modernidad. Una vez que se perdió el núcleo y quedó sólo modernidad, o peor, posmodernidad, nos encontramos haciendo una tortilla sin yema. Ahora, la raíz amarga y genial de Castilla solo puede volver en toda su negrura, en su honrada y paciente vuelta al paisaje inmenso, desolado y cruel del refranero.
Recuerdo a la abuela de una familia que les amargaba las fiestas a sus parientes en cada celebración. Cuando todos parecían felices, levantaba un dedo y advertía: «ya lo pagaremos».
16 respuestas a «Se veía venir»
Miguel, «la Castilla esencial» a la que haces referencia, si acaso existió como tal segun modelo o imagen que quisieron tener los noventayochistas, ya no queda ni una miga. Y lo que puede venir no va a ser eso, como tampoco se desterró la usura en el pasado, cualquier expulsión, sea de donde sea, y cuando sea, es un quítate tú para ponerme yo.
Pues sólo existiría en la imaginación de los noventayochistas, pero yo desciendo por rama materna de una familia castellana que, como muy bien dice Miguel, personifica a la perfección ese realismo seco, esa austeridad y esa dureza.
Y estos señores, entonces ¿son actores?
¿y cuantos años de vida les queda a la generación de estos señores? ¿y cuántos nietos de estos señores se han comportado como ellos dicen que ha y que hacer, cuantos nietos han ahorrado 4 duros de cada 5 que ganaban y cuantos han comprado el coche de 20.000 a crédito? etc.
Conozco la antigua mentalidad castellana, de la gente mayor, y todos se estan muriendo de viejitos, y sus nietos son los que llenaban la plaza del pueblo los puentes y festivos con el coche comprado a crédito.
Estos abueletes me han recordado a mí «El disputado voto del señor Cayo» de Miguel Delibes.
Me ha encantado. Yo me llevo al de la izquierda a mi casa.
No dudo del talento de Miguel para sublimar la charla de unos pobres vejetes y convertirlos en gurús de la sabiduría popular. Puede que sea de sabios sobrevivir en una tierra árida, inerte, inhóspita. De ahí la dureza de sus gentes, no se está para tonterías cuando la temperatura baja de cero o cuando se está todo el día doblando el lomo para sacarle algo a la tierra. Hasta que punto es de sabios tener una vida de sacrificios, llena de privaciones y en definitiva de dolor. No creo que hayamos venido a este mundo a sufrir , eso es lo que los curas nos quieren hacer creer para que no protestemos.
Ariadna, discrepo.
Esta gente vive mucho. Mi abuela -de un pueblito de Ávila- murió con cien años hace un par de meses.
Yo, su nieta, no debo nada a los bancos. (Tampoco tengo gran cosa, pero no me ata ninguna gran deuda). Y no enciendo la calefacción porque no puedo. Como ellos en su juventud, caliento la cama antes de meterme en ella.
Como Pepe, tampoco creo que hayamos venido a este mundo a sufrir. Mi abuela, que pasó las de caín como estos viejos del vídeo, decía que sí, que hemos venido a sufrir.Tiene que haber un punto medio: ni a sufrir ni a partirnos la caja todo el rato.
Yo creo que hemos venido a aprender.
Y aprender, como crecer, duele.
Cuando te acostumbras al dolor, le coges el gustillo.
Y os pongáis como os pongáis, los viejos del vídeo sabían hace 7 años lo que iba a pasar hoy.
Lo hicieron venir:
liberacionahora
“La historia del mundo rural popular tradicional de los pueblos peninsulares ha sido falseada a gran escala (recordemos lo de “atónitos palurdos sin danzas ni canciones” del jacobino Machado, o “Tierra sin pan” del ultra-moderno Buñuel), con fines políticos y económicos inconfesables, reaccionarios.
Dado que la sociedad, cosmovisión y personalidad media de la ruralidad era incompatible con el estatolátrico ideario de la Ilustración, el capitalismo y el liberalismo, tal como se expresa en la Constitución de 1812 y sus actualizaciones posteriores, la totalidad de la vida campesina fue sometida a un proceso de denigración despiadada en la que los pedantes de turno, desde Jovellanos a Ortega, competían en arrojar cieno sobre ella.
Ha llegado el momento de restaurar la verdad posible sobre aquella formación social, hoy ya desaparecida por desgracia, presentando lo que fue con respeto, afecto y admiración.”
Félix Rodrigo – felixrodrigomora.net
Me gusta mucho lo que copias de ese tal Rodrigo, sólo con el regalo la palabra «estatolátrico» ya cumple, pero además toca un asunto que me interesa mucho y es el de la organización social de los pueblos de Castilla antes de la modernidad.
Lo que no entiendo es por qué usa la palabra reaccionario para definir a los que quisieron desmontarla, cuando yo creo que eran modernos, o progresistas. Y que por eso fue un error. Pero en todo caso, interesante.
Marisol, si yo no discrepo de los señores del vídeo, ni de que anunciaran o no la crisis. Yo de lo que discrepo es de cómo lo interpreta Miguel. (oye, que lo mismo soy yo la que malinterpreto a Miguel…en fín)
Pues sigue escarbando:
dotsub
vimeo
el proyecto matriz
¿Todavía crees que la vidad es como nos han contado en casa, en la escuela, en la universidad, en los parlamentos, en los bancos, en los mass mierda …? Lo ganadores escriben la historia, y los del 75 son los mismos que nos gobiernan hoy, incluso cuando se vestían de pana.
No es que el mundo rural fuera una Arcadia feliz , pero en algunos puntos las mancomunidades diferían bastante del Estado central: convivencia frente a competencia, trabajo comunal frente trabajo asalariado, trueque frente a dinero, ecologismo frente a productivismo, autogobierno frente a gobierno de unos pocos… Parece ser que no fue fenómeno generalizado en toda la península ibérica y, curiosamente, según las investigaciones de Rodrigo Mora el aniquilamiento de este mundo rural autosuficiente empezó con el liberalismo del XIX.
Esta es la primordial verdad negada por los historiadores subsidiados. Los motivos principales por los que la resistieron fueron 16 según Felix Rodrigo Mora:
1. Abolió la autonomía del municipio.
2. Negó personalidad jurídica al concejo abierto.
3. Destruyó el comunal.
4. Prohibió el control popular de la vida económica local.
5. Desarticuló los sistemas de ayuda mutua.
6. Impuso las quintas (servicio militar obligatorio).
7. Elevó colosalmente los impuestos pagados por el pueblo.
8. Organizó el régimen patriarcal.
9. Derogó los fueros territoriales.
10. Creó jurídicamente la propiedad privada absoluta y con ella el capitalismo.
11. Condenó al pueblo a la miseria material.
12. Generalizó el trabajo asalariado.
13. Negó toda forma de participación política a los hombres y a las mujeres de las clases populares.
14. Hizo del ejército el poder soberano de facto.
15. Inició la construcción del Estado policial.
16. Operó siempre por medio del terror.
Frente al convivencialismo, colectivismo, comunalismo y los muy numerosos sistemas de ayuda mutua propios de las clases populares peninsulares, la Constitución de 1812 impuso el individualismo burgués, el egoísmo, la amoralidad, el desprecio por el prójimo y la hobessiana “guerra de todos contra todos”, que hoy están destruyendo nuestras vidas. Lo hizo no sólo al establecer la propiedad privada absoluta y al proclamar la centralidad de la razón de Estado sino por otros muchos procedimientos. Eso ha significado pasar a un tipo de existencia sin afectos, solitaria, DESHUMANIZADA.
LA OTRA HISTORIA DEL MUNDO RURAL:
vimeo
La historia no es como nos la contaron en casa, en la iglesia, en la escuela, en la universidad, en el banco, en el trabajo, en los massmierda…
El que gana escribe la historia, y nada ha cambiado desde el 75, ni siquiera cuando estuvieron los de la pana.
La Constitución de 1812 la redactaron en las Cortes de Cádiz (1810-1813) una amalgama de jefes militares, eclesiásticos, aristócratas, altos funcionarios, abogados y ricos propietarios. Eso evidencia que el pueblo no poseía (y sigue sin poseer) el poder legislativo, que estaba en manos del Estado. La Constitución de 1812 fue impuesta por éste al pueblo a punta de bayoneta, con un colosal derramamiento de sangre.
El ejército fue el principal actor del proceso constituyente gaditano, y el principal beneficiario, ya que el régimen ordenado en dicha Constitución fue de facto una dictadura militar, con los sanguinarios “espadones” (Riego, Espartero, Prim y otros) ordenándolo todo. Quienes celebran el Bicentenario están loando el militarismo.
El pueblo, los pueblos peninsulares, con su obrar rechazaron por amplia mayoría la Constitución de 1812, al ser una imposición e ir en contra de sus formas de vida. Esta es la primordial verdad negada por los historiadores subsidiados. Los motivos principales por los que la resistieron fueron, sobre todo, 16:
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1. Abolió la autonomía del municipio.
2. Negó personalidad jurídica al concejo abierto.
3. Destruyó el comunal.
4. Prohibió el control popular de la vida económica local.
5. Desarticuló los sistemas de ayuda mutua.
6. Impuso las quintas (servicio militar obligatorio).
7. Elevó colosalmente los impuestos pagados por el pueblo.
8. Organizó el régimen patriarcal.
9. Derogó los fueros territoriales.
10. Creó jurídicamente la propiedad privada absoluta y con ella el capitalismo.
11. Condenó al pueblo a la miseria material.
12. Generalizó el trabajo asalariado.
13. Negó toda forma de participación política a los hombres y a las mujeres de las clases populares.
14. Hizo del ejército el poder soberano de facto.
15. Inició la construcción del Estado policial.
16. Operó siempre por medio del terror.
La Constitución de Cádiz fue una declaración de guerra del Estado al pueblo. Como éste la resistió con todos los medios a su alcance, el ejército y los cuerpos represivos nacidos de ella, en particular la criminal Milicia Nacional, hicieron matanzas continuadas, asesinando en ocasiones a todos los habitantes de una misma aldea. Donde más resistencia encontró fue en el mundo rural y por eso los gobiernos constitucionales llevaron adelante una estrategia de exterminar sobre el terreno a quienes discrepaban y resistían, a veces partidas enteras de cientos de hombres y mujeres que se habían echado al monte. La Constitución de 1812 chorrea sangre y eso nadie lo puede negar. Apoyarla es dar respaldo a un genocidio.
A través sobre todo de los procesos privatizadores de los bienes comunales, de los cambios en la legislación, de la acción económica del ejército y del incremento descomunal de los tributos, la Constitución de 1812 y las que la continuaron (de 1837, 1845, 1869, etc.) establecieron la propiedad privada absoluta, que antes era débil y muy poco común, y con ella el capitalismo. Todo eso ocasionó una etapa de enorme miseria popular, de 1840 en adelante, con gran aumento de la mortalidad, con hambre y otras muchas calamidades.
La privatización de los comunales, con las leyes de 1813 (surgida también de las Cortes de Cádiz) y luego la de desamortización civil 1855, originaron una catástrofe ecológica, con destrucción de millones de hectáreas de arbolado autóctono, expansión irracional de la agricultura, demonización del consumo de hierbas y frutos silvestres, declive de la fertilidad de los suelos, reducción de la pluviosidad, desertificación y erosión. Hubo, por tanto, un cambio climático, se hundió la biodiversidad y se crearon espacios casi por completo deforestados, hasta hoy. “La Pepa”, por tanto, fue ecocida.
Frente al convivencialismo, colectivismo, comunalismo y los muy numerosos sistemas de ayuda mutua propios de las clases populares peninsulares, la Constitución de 1812 impuso el individualismo burgués, el egoísmo, la amoralidad, el desprecio por el prójimo y la hobessiana “guerra de todos contra todos”, que hoy están destruyendo nuestras vidas. Lo hizo no sólo al establecer la propiedad privada absoluta y al proclamar la centralidad de la razón de Estado sino por otros muchos procedimientos. Eso ha significado pasar a un tipo de existencia sin afectos, solitaria, DESHUMANIZADA.
Miguel: el último comentario lo hice pensando que no se había registrado el anterior. Son parecidos, pero no excluyentes.
Si me gusta este blog es por lo que se aprende. Picalagartos eres un máquina y a partir de ahora veré la sacralizada «pepa» con otros ojos. Mi pregunta es: ¿sería posible volver a esos tiempos?
Pepe, no ni ná. El craneo privielgiado es Rodrigo Mora.
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Esto es así, compadre:
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No sé si volveremos a esos tiempos. En cualquier caso, estamos aviaos:
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De lo que no cabe duda, es que aquello era otra cosa:
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