Por Marisol Oviaño
Fotografia en contexto original: tiradastarotgratis
Lleva dos años trabajando en una novela en la que el protagonista muere.
Está inspirado en alguien que la escritora conoce muy bien.
Alguien a quien amó.
Alguien que siempre quiso ser personaje en su ficción.
Pero ni siquiera ella puede salvarlo: está sentenciado desde la primera línea.
La novela, en realidad, es el último cabo que podrá arrojarle.
Después tendrá que dejar que que se ahogue.
La novela está casi acabada desde hace meses, pero ella vuelve a pulirla una y otra vez.
Y cuando le faltan cuatro páginas para llegar al momento en que él muere, empieza a corregir de nuevo desde la primera página.
Tiene miedo de lo que escribe.