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La novia

Por Marisol Oviaño
Los invitados a la boda que tengan claves, pueden ver las fotos en agacatering

Viéndola ayer vestirse de blanco, ilusionada y nerviosa como todas las novias que se casan enamoradas, me parecía mentira todo lo que hemos vivido juntas. Nuestras aventuras darían para una película de las buenas.

La llevé en mi coche hasta el jardín en el que tendría lugar la ceremonia, me senté cerca de ella y lloré en silencio como una madre cuando la alcaldesa comenzó a leer un texto sobre el amor. Yo ya no creo en él y muy probablemente no vaya a volver a enamorarme jamás, pero me hace muy feliz que ella todavía sea capaz de latir por el hombre que vive para ella.

En un momento dado su mano me buscó y yo la cobijé entre las mías.
Y así, cogiditas de la mano, entramos en su nuevo estado civil de mujer casada.

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