Por Ratón de biblioteca
Fotografía en contexto original: love-lite.biz
Corrían los años 60 en EEUU y Ken Kesey, el americano ejemplar, se ofreció como cobaya humana para los primeros experimentos científicos con LSD. Le pagaban con las mismas drogas, que él comenzó a dar a conocer entre los demás.
Aquella experiencia cambió su vida para siempre. Escribió “Alguien voló sobre el nido del cuco”, alcanzó un gran éxito y se lanzó a recorrer EEUU en un autobús pintado con colores fluorescentes, equipado con un potente equipo de sonido y habitado por los Merry Prankserts (Alegres Bromistas) unos variopintos seres iluminados por su líder y el ácido, entre ellos Neal Cassady (el Moriarty de En el camino, de Kerouac). Todos le trataban como a un profeta, que tenía la misión de acabar con la realidad establecida ayudando a los demás a traspasar las fronteras de ésta con el LSD, y de realizar La Película, la gran obra que reflejara su comunión con el Uno-Todo-Universo. (Rodaron muchísimas horas que nadie ha sido capaz de montar) seguir leyendo