Por hijadecristalero
Éramos 13 viendo la final de la Eurocopa. 12, si tenemos en cuenta que Patricia es demasiado pequeña para entender por qué todos estábamos pendientes de la televisión que, extraordinariamente, estaba en el chill out de Cris y Jose.
Entre los adultos éramos cuatro madrileños, un canario, un argentino y una catalana. Entre los niños: tres madrileños hijos de españoles, un madrileño de padre argentino, una madrileña de padre senegalés. Nadie iba con Alemania, qué le vamos a hacer. Y gritábamos con miedo al unísono cuando los alemanes (ese panzer que se iba convirtiendo en un velocípedo, según los comentaristas, esos poetas) llegaban a nuestra puerta, y vibrábamos cuando la roja ponía en peligro la portería teutona. Qué bonito, qué difícil el gol de Torres que nos ha dado la victoria.
De regreso a casa, mis hijos agitaban sus banderitas españolas por la ventanilla, y yo pitaba el clásico pa-pa-papapa-papapapa-papá a quien me lo pitaba a mí, por todas partes había gente con banderas y ganas de celebrar.
Como si mañana nos fueran a doblar el sueldo a todos.
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La selección española ha dado una gran lección: ha salido al campo para hacer lo que saben, jugar bién al futbol creyendo que así se ganan los partidos.
El seleccionador, ignorando demagogias y politiqueos, ha sabido trasmitirles las claves: esfuerzo, trabajo en equipo y confianza en si mismos.
Los jugadores le han creido, le han obedecido y han ganado.
Que tomen nota nuestros dirigentes. En las grandes crisis, a los problemas propios de la situación, paro, inflación, etc., se añade como factor negativo agravante el miedo de la gente a perder lo que tienen . No se piensa en ganar, sino en no perder y eso, en la vida como en el futbol, conduce a la derrota. Es en esos momentos cuando los políticos, partiendo de un análisis objetivo de la realidad y de sus posibilidades para mejorarla, desde la humildad y la honestidad, deberían trasmitir un mensaje de serenidad que ayudase a los ciudadanos a recuperar la confianza…justo lo contrario que ha hecho el gobierno actual. Aprendamos de los chicos de rojo: salgamos cada día
al campo a jugar bién, a disfrutar de lo que sabemos hacer, encajando los goles ajenos
sin dejar de meter los nuestros, con la confianza en la victoria por méritos propios…
y ganaremos. En cuanto a nuestro deplorable entrenador y su equipo técnico, ya los echaremos en las próximas elecciones.