Miguel Pérez de Lema
Evolución del paro en Alemania 1928-1939
1928 – 900.000
1929 – 1.800.000
1930 – 3.000.000
1931 – 4.500.000
1932 – 5.575.492
……………………….
1933 – 4.804.028
1934 – 2.718.309
1935 – 2.151.039
1936 – 1.592.655
1937 – 912.312
1938 – 429.461
1939(finales de julio) – 38.379
La destrucción de empleo en nuestro país sólo tiene un precedente similar dentro de la historia contemporánea de Europa, en la crisis de Alemania tras el crack de 1929. En Alemania, la tendencia se invirtió bruscamente a partir de 1933, con una dura política económica que centraba todos los esfuerzos del Estado en el estímulo de la creación intensiva de empleo.
El paro en Alemania llegó a su máximo en 1932, con 5.575.492 desempleados, para una población de 67 millones de habitantes. El paro en España en 2012, según la última EPA, es de 5.273.600 desempleados, para una población de 47 millones de habitantes. Ya hemos superado ampliamente a aquella Alemania en porcentaje de desempleados forzosos, sin que se atisbe la mínima reacción creíble para detener este suicidio de la nación, ni mucho menos una verdadera Política de Estado a la altura del desafío.
La oportunidad de estudiar el caso alemán se debería tener en cuenta.
El grave problema del «ejemplo alemán» es que tras su derrota en la II Guerra Mundial, todo aquel período ha quedado sumido en una desaprobación absoluta y generalizada. Sin embargo, algunas medidas tomadas en esos años para refundar la economía alemana -como el apoyo a la industria nacional, el desarrollo de las infraestructuras y el saneamiento de la Hacienda pública resultante de la suma de ambas- podrían ser hoy, para nuestro país extenuado, de máxima utilidad, casi de vital importancia.
Un ejemplo de los beneficios inmediatos de aquellas políticas puede ser ilustrativo. Se estima que el despliegue del proyecto de autopistas emprendido en Alemania -el primero que se hizo en el mundo, acompañado además por sendos programas de desarrollo de la industria automovilística y del apoyo a la compra por parte de la creciente clase media- se financiaba en un 35% con lo que el Estado se ahorraba en pagar subsidios a los trabajadores desempleados -que lograban empleo en esos años-, y en otro 30% con el aumento de la recaudación de los impuestos derivados del crecimiento del consumo de todo tipo de productos en una economía en expansión.
La absoluta excepcionalidad de la situación de España, y las perspectivas de intenso deterioro inmediato, podrían hacer que nuestros poderes económicos rescatasen algunas ideas de la Alemania de 1933. Por supuesto las situaciones tienen importantes diferencias y no bastaría con copiar las medidas, algunas de las cuales -la burbuja de la industria armamentista- se mostraron contraproducentes y condujeron finalmente a un callejón sin salida a Alemania.
No obstante, el pánico a ser asociados con la más mínima medida del régimen de la Alemania de los años 30, disuadirá fatalmente a nuestros gobernantes de intentar probar alguna de sus recetas en materia económica. Somos todos nosotros, los españoles, los que probablemente castigaríamos a quien lo intentara, incapaces de deslindar la cualidad técnica de la «mancha» ideológica, y quienes, por tanto, también nos veremos privados de los posibles beneficios que reportarían estas medidas.
Mientras, el tiempo pasa cada vez más deprisa y las posibilidades de supervivencia, para cada vez más españoles, se hacen más remotas. No es fácil predecir el desenlace en un futuro a medio plazo de nuestra total falta de reacción ante el hundimiento completo de nuestro sistema económico. Pero no sería descabellado pensar que no «contaminarnos» un poco ahora, con este tipo de medidas, a modo de vacuna, puede acabar infectándonos de manera absoluta cuando estemos tan debilitados que cualquier propuesta «salvadora» se imponga de manera totalitaria.
Se trata de evitar que eso suceda.
(Autopista alemana con gasolinera, construida entre 1933 y 1939)
34 respuestas a «El paro alemán desde la Gran Depresión hasta la 2ª Guerra Mundial, y la molicie española»
Creo que no se pueden comparar épocas que igual en el tiempo no son tan lejanas si en cuanto a estructuras económicas y sociales. Hay una serie de problemáticas enquistadas de difícil solución. Hasta que no se solucione el problema energético, la dependencia del petróleo de los países desarrollados lastra y condiciona la economía y la política. Haría falta una revolución energética, también ayudaria que el crecimiento de la economía no se base ni en el consumo ni en la deuda. Pero lo más aterrador de nuestra situación es la absoluta incapacidad de los gobiernos para controlar algo en cuanto a lo económico. La bola de nieve tiene un tamanho y una velocidad imparable, quienes la empujaron ya no pueden controlarla, tampoco les importa. La era postindustrial esta cambiando el tablero. En el nuevo parece que las orillas del mediterráneo pintarán poco.
Desde que leí ayer este artículo estoy pensando cuales son las «grandes industrias españolas» en la que podría intervenir «a saco» el Estado en España, a estas alturas de la peli, y nada, que no las encuentro. Necesito que se me refresque la memoria.
…Y dicen que van a privatizar Paradores, Aena y Loterías, «emblemas» de nuestra «¿industria? nacional».
Ejemplos
Las energías renovables -que acaba de asesinar el Gobierno- son una respuesta a ambos.Teníamos hasta este año la mayor industria de renovables del mundo. Se puede apostar por liderar la fabricación masiva de vehículos eléctricos y sus redes -China está en ello-. También tenemos varias de las mayores empresas de infraestructuras del mundo y empresas de bienes de equipo capaces de hacer proyectos llave en mano para exportar. Tenemos un sector agrario enorme pero atomizado pendiente de mejoras industriales y concentraciones y una ley de distribución justa. En biotecnología hay oportunidades. Se puede recuperar el sector naval y potenciar el aeronáutico. Políticas de repatriación -con compensaciones económicas-. Rehabilitación de los cascos urbanos históricos deteriorados que dan trabajo en la construcción y aumentan del turismo. Incentivar con rebajas fiscales la fabricación en España de las mega empresas textiles. Capitalizar el inmenso potencial del envejecimiento de la población…
Se pueden hacer tantas cosas…
Bastaría con decir que Hitler practicó un keynesianismo a ultranza, orientado a una economía de guerra y bajo un sistema totalitario. También Stalin levantó Rusia de sus cenizas gracias a una combinación de dictadura y entusiasmo popular, pero yo no me apuntaría a ninguna de las dos soluciones. Para mí, habría que rehabilitar el concepto de responsabilidad, tanto individual (hipotecas desaprensivas) como empresarial (bancos desaprensivos) e institucional (políticos desaprensivos). Quien ha tomado malas decisiones, o por malicia o por temerariedad, debería cargar con las consecuencias de sus actos. Los bancos, quebrar. Los políticos, ir al talego. Y los fantasmas de chalet con jacuzzi y piscina comunitaria, irse a vivir a un zulo por una temporada.
Si no hacemos eso ahora -y dudo que lo hagamos-, el descalabro, o un desmadre aún peor, retornará tarde o temprano. El problema de Europa, a mi entender, es una burbuja de paternalismo sovietoide que ha convertido a sus ciudadanos (¿súbditos?) en borriquitos de palo y zanahoria.
Amigo Mango ¿Sabría decirme cuántos -aprox.- de nuestros 5.273.600 desempleados se ajustan al perfil «fantasmas de chalet con jacuzzi y piscina comunitaria que deberían irse a vivir a un zulo por una temporada»?
¿Y el resto?
Me gusta mucho este blog, aprendo de los artículos y comentarios que aquí se vierten. Además cualquiera puede opinar. Me parecen muy válidas las ideas de Miguel para salir de esta, lo que pasa es que ¿de que sirve tener buenas ideas?. En este caso opino que (como dijo ayer Sampedro en el programa «salvados») el capitalismo, tal y como estaba montado, está agotado. El problema es que no sabemos que es lo siguiente y tenemos miedo a intentar algo. Suena a utopía pero no lo es. Lo cierto es que para el que se queda en paro, (yo mismo) el capitalismo ya no sirve, para el que pierde la casa porque se la quita un banco, el capitalismo ya no sirve, para el que coge la comida de los contenedores de basura, el capitalismo ya no sirve, etc… podría seguir poniendo ejemplos. Esto no es ninguna defensa del otro único sistema que la sociedad concibe como es el comunismo, (el mismo perro con distinto collar) es la constatación de una realidad para mucha gente, tanta como 5 millones y pico, de que no queda mas remedio que intentar otra cosa y pronto.
Buenas noches.
No tengo muy frescos aquellos años pero creo recordar que Hitler dejó de pagar la deuda derivada del tratado de Versalles por la Guerra del 14 y, a pesar de ello, Hjalmar Schacht, –un excelente banquero, presidente del banco central alemán y luego ministro–, usó sus excelentes relaciones con el Banco de Inglaterra y la Fed para que las cosas no se salieran de su cauce.
El resto fue una combinación de Deficit Financing, (Keynes a lo bestia) y fervor patriótico más la lenta expulsión de los judíos que legislativamente, poco a poco, fue arrancando ya desde el 33.
Otros tiempos. Sospecho que el fervor patriótico no nos va a funcionar a nosotros. Para empezar votamos a presidentes que no saben qué es una nación pero dominan la compra de votos como nadie.
La verdad es que el asunto es grave, que va a estar con nosotros varias generaciones, que probablemente estamos al comienzo de un siglo muy movido como fue el XVIII en Francia, que nadie desde el establishment se ha atrevido a hacer un diagnóstico serio y que llevamos cinco años y, a estas alturas, no se ha tocado un pelo de las estructuras políticas o burocráticas. Ni en España ni en Europa y seguimos a vueltas con el Euro como si fuera la Santísima Trinidad.
En fin.
Me parece que viene a cuento reproducir esta tribuna de Paul Krugman -el último keynesiano- publicada en New York Times y El Páis.
TRIBUNA: PAUL KRUGMAN
El desastre de la austeridad
PAUL KRUGMAN 31/01/2012
La semana pasada, el Instituto Nacional de Investigación Económica y Social, una fundación británica, publicó un gráfico alarmante que comparaba la depresión actual con recesiones y recuperaciones anteriores. Resulta que según un indicador importante -los cambios en el Producto Interior Bruto (PIB) desde que empezó la recesión- a Reino Unido le está yendo peor esta vez de lo que le fue durante la Gran Depresión. Tras cuatro años de depresión, el PIB británico había vuelto a alcanzar su máximo anterior; cuatro años después de que empezara la Gran Recesión, Reino Unido no está ni mucho menos cerca de recuperar el terreno perdido.
Reino Unido tampoco es la única. A Italia también le está yendo peor que durante la década de 1930, y con España dirigiéndose claramente hacia una doble recesión, tenemos a tres de las cinco grandes economías europeas como miembros del club de los «peores que». Sí, existen algunas salvedades y complicaciones, pero esto constituye, no obstante, un asombroso fracaso de la política.
Y es un fracaso, concretamente, de la doctrina de austeridad que ha predominado en el debate político de las élites tanto en Europa como, en gran medida, en Estados Unidos durante los dos últimos años.
Y bien, en cuanto a esas salvedades: por una parte, el paro en Reino Unido era mucho más elevado en la década de 1930 de lo que lo es ahora, porque la economía británica estaba deprimida -principalmente por culpa de un regreso desacertado al patrón oro- incluso antes de que estallara la depresión. Y por otra parte, Reino Unido sufrió una depresión muy llevadera en comparación con la de Estados Unidos.
Incluso así, superar el historial de la década de 1930 no debería ser un reto difícil. ¿Acaso no hemos aprendido muchas cosas sobra la gestión económica a lo largo de los 80 últimos años? Sí, así ha sido, pero en Reino Unido y en otros lugares, la élite política decidió tirar por la ventana los conocimientos obtenidos a duras penas y confiar en cambio en ilusiones que le convinieran desde un punto de vista ideológico.
Se creía que Reino Unido, en concreto, era un modelo de «austeridad expansionista», la idea de que, en vez de aumentar el gasto del Gobierno para luchar contra las recesiones, hay que recortarlo, y que esto induciría un crecimiento económico más rápido. «Los que sostienen que ocuparse de nuestro déficit y fomentar el crecimiento son de alguna manera alternativas se equivocan», declaraba David Cameron, el primer ministro británico. «No puedes aplazar lo primero para impulsar lo segundo».
¿Cómo podía prosperar la economía cuando el desempleo ya era elevado y las políticas del Gobierno estaban reduciendo directamente el empleo más todavía? ¡La confianza! «Creo firmemente», manifestaba Jean-Claude Trichet -que por aquel entonces era el presidente del Banco Central Europeo y un firme partidario de la doctrina de la austeridad expansionista- «que, en la coyuntura actual, las políticas que impulsen la confianza acelerarán la recuperación económica en vez de obstaculizarla, porque la confianza es el factor clave hoy en día».
Semejantes invocaciones al hada de la confianza nunca fueron plausibles; los investigadores del Fondo Monetario Internacional y de otras instituciones desacreditaron rápidamente la supuesta prueba de que los recortes en el gasto crean empleo. Sin embargo, la gente influyente a ambos lados del Atlántico colmó de elogios a los profetas de la austeridad, y a Cameron en especial, porque la doctrina de la austeridad expansionista encajaba con sus programas ideológicos.
Por tanto, en octubre de 2010, David Broder, quien prácticamente encarnaba la opinión común, alabó a Cameron por su audacia, y en concreto por «no hacer caso de las advertencias de los economistas de que una medicina repentina y fuerte podría frenar en seco la recuperación económica y volver a sumir al país en la recesión». Más tarde, instó al presidente Barack Obama a «hacer una cameronada» y llevar a cabo «una reducción drástica del Estado de bienestar ya mismo».
Sin embargo, por extraño que parezca, esas advertencias de los economistas resultaron ser totalmente acertadas. Y tenemos bastante suerte de que Obama no hiciera, de hecho, una cameronada.
Lo que no quiere decir que todo vaya bien en la política estadounidense. Es cierto que el Gobierno ha evitado una austeridad total, pero los gobiernos estatales y locales, que deben tener unos presupuestos más o menos equilibrados, han recortado el gasto y el empleo a medida que se acababa la ayuda federal, y eso ha sido un lastre importante para el conjunto de la economía. Sin esos recortes del gasto, ya podríamos haber estado en la senda del crecimiento autosostenible; tal y como están las cosas, la recuperación pende de un hilo.
Y puede que el continente europeo, donde las políticas de austeridad están teniendo el mismo efecto que en Reino Unido y donde muchos indicios apuntan a una recesión este año, nos lleve por mal camino.
Lo más exasperante de esta tragedia es que era totalmente innecesaria. Hace un siglo, cualquier economista -o, de hecho, cualquier estudiante universitario que hubiese leído el libro de texto Economía, de Paul Samuelson- les podría haber dicho que la austeridad frente a una depresión era una idea muy mala. Pero los que elaboran las políticas, los expertos y, siento decirlo, muchos economistas decidieron, en gran parte por razones políticas, olvidar lo que solían saber. Y millones de trabajadores están pagando el precio de su amnesia deliberada.
Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel de 2008. © 2012 New York Times News Service. Traducción de News Clips.
Buenos días.
He leído lo de Krugman, Miguel. En estos momentos tiendo a leerle con recelo como a mucho economista de lo que podemos entender como «la ortodoxia». Los residentes en el «paradigma oficial».
Pero es cierto, Paul Krugman hoy día pasa por keynesiano. Claro que hoy es legítimo sospechar que el propio Keynes ya no lo sería.
Nuestro mundo y el de John Maynard Keynes (JMK) son muy diferentes.
Por ejemplo:
JMK era un miembro de la élite del mayor imperio del mundo. En aquella metrópoli se fabricaba gran parte de lo que luego se vendía en el imperio. Aquel imperio, aquel inmenso mercado cautivo, se perdió tras la segunda Guerra mundial tal y como exigió Roosevelt para venir a Europa a guerrear y vencer a Alemania e Italia. Aquella expedición no fue tan gratis o tan altruista como parece.
El pequeño detalle anterior explica por sí solo algo que Krugman achaca al regreso al gold standard (es evidente que no le gusta el patrón oro): El alto paro USA (insuficientes mercados para su capacidad instalada) y el menor paro inglés durante la década de los 30.
Hay muchas otras diferencias pero quizás la más notable, preanunciada por el propio personaje, es la diferencia en el tamaño del estado y en los costes fiscales y de otro tipo que se han producido desde la guerra.
Ya Keynes nos advierte de que ignora si sus predicciones –sobre los efectos de los estímulos de gasto público en el empleo– funcionarían con «una fiscalidad de un 25%». En aquellos tiempos no llegaba al 12 o al 13% de las economías. Hoy no sólo hemos sobrepasado aquel inimaginable 25% sino que Europa ya está en el doble, el 50%.
Fue el propio James Callaghan, el primer ministro laborista, quien en el 77 anuncia a su partido que el keynesianismo había dejado de funcionar: «Produce a la vez, paro e inflación». Lo que se llama «stagflation».
Por si lo anterior fuera poco, resulta que entonces USA y Europa eran las fábricas del mundo y hoy ya no lo son. Una sola empresa china, Foxconn, con 450,000 empleados fabrica casi todos los productos de informática, desde PC’s a Ipads, que hoy consumimos.
Son demasiados cambios sobre los que los gobiernos y los estados occidentales no quieren ni hablar.
Y se debiera hablar de ello porque si no se resuelven nada cambiará a mejor.
Un abrazo, Miguel.
Muy interesante, pero creo que «la cosa» se basa en un cambio drástico programado. Igual que la primavera anuncia el verano, lo que estamos viendo es el aviso de lo que viene. Un cambio total del sistema, del gobierno, de las leyes y de la moneda de cambio.
¿Habeis escuchado hablar del Dragón blanco? ¿De lo que está pasando en Asia, con paises como India, queriendo pagar en oro el petróleo? Es imposible mantener este sistema e inflarlo más. No aguanta. Europa está agotada. Y en el medio de dos corrientes. Si yo tuviera 30 años me iría a México o Brasil, o por ahí cerquita. Allí hay mucho por hacer y los recursos son enormes. Yo viví en México hace años. Brasil aprobará en breve una nueva ley de inmigración para atraer a más de 400.000 técnicos. En México las inversiones dan buen esultado. Costa Rica, Paraguay, Chile, Uruguay etc.. tienen opciones reales. Ellos están acostumbrados a vivir en crisis y tiene mucho más fuelle. Aqui, todo el mundo es bueno y quiere vivir a costa del Estado. No es posible. Añadir a esto el número de plíticos inútiles, corruptos, exagaredamante numerosos, con dietas de escándalo, pensiones, subsidio etc… se acabó. Esto se acabó. Nueva ideas y nueva visión del mundo. Nuevos esfuerzos. Nuevas cosas. Y todos estamos desando cambiar este sistema agotado. Añadir a esto la resonancia Schuman, el calendario maya, la teoría de los ciclos, el cambio de polos magnéticos…… la leche. Menudos momentos que vivimos. Para bien, seguro que para bien de esta humanidad, capaz de lo peor y de lo mejor, cuando es necesario.
En relación al comentario de Pepe, y al de Jags, es cierto, creo, que es muy difícil encontrar una solución y que lo más probable parece ser un deterioro progresivo de la situación.
Mucha gente ya ha comenzado a irse y otros a regresar a sus países de origen.
Parte de lo sucedido, sin duda, es diseño; pero no malintencionado sino simplemente interesado y a muy corto plazo.
No olvidemos que entre lo que se ha hecho hemos de incluir la llegada de ocho o quizás más millones de gentes de otras tierras. En menos de 12 años hemos pasado a ser el país con mayor porcentaje de emigrantes de Europa. Alguno recordará –o puede verla en las hemerotecas– aquella frase del exministro Sebastián en las municipales del 2007, las que perdió con Gallardón: «Aquí cabemos 66 millones». Fuerte, muy fuerte, ¿no?
Aquello fue una clara indicación de que no hubo azar en la avalancha humana: era parte del esquema. Un «shock» de oferta de mano de obra y otro de demanda de todo, desde Sanidad pública a Vivienda propia. Los préstamos para financiarlo llovían y así vivimos mientras duró el humo.
No es quizás este foro literario lugar para estos asuntos pero ¿por qué no? La buena literatura siempre se ocupó de aquello que nos afecta, nos preocupa, nos alegra o nos duele. Y lo que está pasando hace todo lo anterior y más.
En lo que no estoy de acuerdo es en creernos la impotencia. Los sistemas funcionan mientras los que hemos de obedecer queremos hacerlo y por lo tanto el cumplimiento de las leyes no depende de la fuerza del estado sino de nuestra aquiescencia. Esto tan sencillo,–obedecer libremente y no por razones coercitivas–, es lo que llamamos legitimidad.
Mucho me temo que nuestra forma de estado ha perdido ya mucha legitimidad. Tanta que el día menos pensado lo mismo nos sorprende otra caida del Muro. Pero para ello es necesario que sepamos lo que queremos para nuestras vidas y las de nuestros hijos y seamos conscientes de nuestra fuerza.
Esto llevó casi un siglo en la Francia del XVIII.
Manu, creo que tu último comentario resume todo. Necesitamos saber para que queremos la vida y como queremos que sea para nuestros hijos. Yo lo se perfectamente, el problema es que es muy difícil, por no decir imposible, aislarse de esta sociedad enferma que obliga a trabajar para hipotecarse, consumir basura y a ser parte de la masa anónima. Además me planteo si tengo derecho a imponer mi criterio a un hijo. Un par de cosas: El Italiano a dicho que un trabajo para toda la vida es aburrido y tiene razón; veo la foto de una tribu de indígenas de la amazonía peruana que nunca han contactado con el hombre blanco y del cual huyen como de la peste y siento envidia. Mientras les dure
De esto que hablas al final, Manu, es de lo que se habla en el vídeo del Senado de Roma. A partid del minuto 8, el último senador dice:
«¿El fin de Roma? ¿Cómo muere un imperio? ¿En un momento y como una terrible sorpresa? No. No. Es que llega un día en que le pueblo pierde la fe en ese imperio. Así es como comienza la caída»…
Todas las personas que conozco -incluso las que se sienten a salvo- me parecen cansadas, hartas, asquedas más o menos, y creo que la legión de los que pierden la fe ya va a no dejar de engrosar sus filas.
Pienso a veces en esa imagen de Eliot:
«Así acaba el mundo
Así acaba el mundo
Así acaba el mundo
No con un estallido
sino con un gemido».
(This is the way the world ends
This is the way the world ends
This is the way the world ends
Not with a bang but a whimper).
Efectivamente, Miguel, es un buen documento y un buen video. ¿Cómo te puedes acordar de estas secuencias de cine de hace tantos años?
El concepto de legitimidad al que el senador romano se refiere es una constante tras el colapso de todos los regímenes. Supongo que los estudiosos de la política le habrán dado rango de ley.
Hay un libro de un pensador italiano de principios del siglo pasado, Guglielmo Ferrero, que es una especie de tesoro: «Poder, los Genios invisibles de la Ciudad” Editorial Tecnos.
Trata en mucho detalle el concepto de legitimidad otorgada que tantas veces olvidamos y dejamos que se vaya reemplazando por procesos legislativos formales que nada tienen que ver con lo auténtico ni otorgan legitimidad alguna que no sea coercitiva.
El libro tiene un prólogo de Eloy García que repasa la pérdida de dicho atributo a través de la coacción así como nuestras actitudes intelectuales ante el estado.
Los prólogos son importantes y éste nos habla desde Hobbes a Kant, Montesquieu o Maquiavelo pasando por lord Acton. Una buena visión del pensamiento de Ferrero a principios del siglo XX y su enfrentamiento con el régimen de Mussolini.
Ferrero publicó más fuera de Italia que dentro y tuvo una estrecha relación con nuestro Ortega.
Proscrito a casi todos los efectos en su país, fue uno de los grandes intelectuales mundiales del siglo XX.
Es decir, un Proscrito Póstumo porque este tipo de personas nunca interesan a los poderes reales y los vamos condenando al silencio a base de no darles relevancia. El olvido gestionado hasta la amnesia.
Cuando los intelectuales no encuentran acomodo y pesebre en la izquierda o en la derecha podemos dar por seguro que el sistema tratará, por activa o por pasiva, de que su voz se apague.
Sobre el comentario de Pepe ¿qué decir?.
Es cierto que el problema es difícil pero me temo que cuando nos aislamos de la sociedad no facilitamos su solución.
La verdad es que me he puesto a pensar en ello al leer el párrafo de Pepe. Ser proscrito y además aislarse no es bueno. Otra cosa es reconocer la condición (como creo pretenden las personas que han creado este blog) y enfrentarla proactivamente. Este camino es mejor, me parece.
Nuestro sistema político y el proceso de huida hacia adelante que supone la globalización (entendida como dinámica organizativa, simplemente) aíslan a las personas, las alejan de las decisiones y esto es hacerlas menos humanas, menos personas y en el camino hacia el status de «damnificado».
Si en esta situación nos aislamos sin más creo que nos hacemos un flaco favor y ayudamos por omisión a que las cosas vayan por donde, necesariamente, más perjudiciales nos resulten.
Buenos días
Pero ¿alguien cree que todos esos cambios se conseguirán sin violencia?
Tres apuntes:
* La cometa. Ver todo desde otra prespectiva, general, arriba. Y asi comprenderemos mejor las cosas. Fué un invento antiguo del maestro al discípulo para despersonalizarle. El famoso ego, tan ego el, conocedor de lo que no es.
* Todo vuelve al principio. Elipse. Principio del tiempo.
* la historia se repite como una farsa. (Marx)
Interesante pregunta, «anónima».
El muro de Berlín se cayó solito igual que lo hizo la URSS, desde dentro y cuando el público menos se lo esperaba.
Lo esencial, creo, parece ser fundamentar y expandir la conciencia de la falta de legitimidad de lo que existe. Un trabajo que ni es fácil ni sale gratis.
La violencia que se produjo en la revolución francesa no tuvo lugar durante la fase de «deslegitimación» de la monarquía absoluta (que como se puede ver era bastante menos absoluta que nuestra «democracia» representativa). El terror de 1789-1994 y luego la violencia en la etapa napoleónica fueron producido por aquellos que querían imponer o proteger su propio poder absoluto vestido de «voluntad popular». Robespierre, Marat, Napoleón, incluso el propio Sieyès asustado al ver que «le peuple» prefería el retorno de la monarquía para ocuparse del poder ejecutivo mientras que el poder legislativo sería ejercido por los elegidos desde el parlamento.
De todas formas, y precisamente por lo apuntado para la revolución francesa, hay un momento donde lo que dices es crucial: Cuando el viejo poder se disuelve pero otros se aprestan a hacerse con los despojos.
Es demasiado fuerte el incentivo que ofrece nuestra forma de estado y siempre habrá quien, como los Montagnards o el Propios Napoleón, esté dispuesto a cualquier precio con tal de figurar como heredero.
Saludos
La historia y sus avatares, hombres con ideales del llamado a la depuración de la raza, discriminación, poder, dominio el cual nos traslada mas allá de la segunda guerra mundial para estudiar la administración de las arcas, el recrudecimiento de los impuestos altos para contribuir al bienestar de los que gobiernan, el fracaso de los métodos crueles para sacar mas dinero, cambios estratégicos al estar en el poder y forma de dominio para imponer un orden, hacer sentir el puño del poder; cantidades enormes de pliegos conflictivos en implementar técnicas para mejorar la sociedad, errores garrafales los cuales se traducen mas tarde en protestas al generarse un desempleo alto, quema de viviendas en una agresión por demostrar poder, dominio sin importar las consecuencias.
La lección dura y descarnada de la Alemania nazi nos lleva a ver el rostro de la economía actual con otro ritmo pero muy semejante lleno de equivocaciones en el empleo, la vivienda, salud, educación como factores determinantes en el dominio y poder para seguir por la carrera del suicidio obligado, desconfiguracion de la estructura social, reformulacion en su organización viendo sub-niveles dentro de los niveles de la estructura social [empobrecimiento], taza alta de desempleo el cual nos obliga a echar una mirada al dominio, propósitos del empuje a la pobreza extrema como un factor determinante en la sociedad actual, cadena que se sigue con otros propósitos políticos firmes para levantar otros sistemas de gobierno dejar [mostrar] que el actual es un rotundo fracaso, nos lleva al desmejoramiento de la calidad de vida, decadencia en la salud, rebeldía en la población como una nueva forma de ataque [guerra], probar fuerza, desaparición forzosa de la gente como parte del programa político.
Los sistemas de gobiernos nos llevan a experimentar fracasos, derrotas de sus propias ideas, desempeño en las áreas de economía, política, salud, educación, viéndose claramente un enemigo en la estructura social-económica-política, es el dominio para implementar nuevas reglas, aun cuando estas nos lleven a la derrota, muerte, destrucción de todo el tren financiero [sostenibilidad en el aspecto real] arrastrando a todos al deterioro de las conversaciones con el factor industrial para generar empleo ya que la política de regímenes totalitarios es todo lo contrario para demostrar que como el ave fénix se puede resurgir de entre las cenizas, depurando la sociedad, creándose mas niveles mediocres de sub-niveles [sub-clases medias, sub-clases baja], desapareciendo por completo la jerarquía de la clase mas alta, desmembrándose por completo las industrias, cierre total de las negociaciones, en la practica quiebra total y vemos un grave enfrentamiento entre el pueblo y el gobierno que en vez de generar empleo, genera incertidumbre, desempleo, pobreza extrema, desgracia que nos lleva a ver la destrucción de una nación.
Seguimos la carrera nazi, de los regímenes izquierdistas los cuales nos llevan por el via crucis de los tormentos, detenciones, cierre de las instituciones, quema de la instrucción como forma de dominio, las huelgas, paros forzosos, el empobrecimiento de la población en conocimiento [sumisión], muerte de las promesas, engaño vulgar de permanecer en el poder; hoy seguimos la misma ruta sin comprender el porque no hemos podido aprender de los fracasos, métodos que nos han sumergido por largos periodos en dramático y franco deterioro en un renglón de sub, vergüenza ante las nuevas propuestas de las ideas antiguas de crear sociedades, métodos y técnicas para acabar con la pobreza nos lleva a ver el panorama mundial de la economía, desmejoramiento de la calidad de vida, nada tenemos que recriminar a las guerras, en nuevos tiempos seguimos plagados con nuevas enfermedades, flagelos de la corrupción con mejores instrumentación para ir al fracaso y mas tarde nos trasladan a ver los factores de riesgos de nuevas políticas, no se mejora el patrón de conducta del individuo, vemos a la sociedad hastiada de las miles de forma de despojo de los bienes, el carácter ético en un ínfimo plano el cual nos conlleva a ver la burocracia y sus múltiples facetas de la derrota financiera, de los estudios económicos cualquiera sea el régimen, la increíble estupidez de la depuración de las razas, destrucción del pensamiento creativo, cubriendo por largos años los defectos de los que nos llevan a ver un mundo de fantasías invocando nuevas ideas que nos llevan a la decepción, vivimos en el camino de la tristeza contemplando las guerras y sus consecuencias.
Décadas de laboratorios en busca de mejores herramientas para solventar la problemática del desempleo, el factor degenerativo de la salud del individuo a lo largo y ancho de la historia para ver el fracaso, derrotas, el enriquecimiento de unos pocos en estudios financieros, grandes lideres que dan y dan vuelta a las ideas, implementan carrera y al final del periodo seguimos en el mismo punto escuchando los tormentos de la post-guerra, el dominio de los que ostenta el poder, el desarrollo del odio, la hipocresía, la envidia, el incremento de los fracasos sin poder lograr la formula perfecta para resolver nuestros problemas [crisis] económicos, destrucción de pueblos enteros tras la extremas pobreza [buitres devorando al individuo] franco deterioro de la estructura social con sus formidables contrato social [fracaso total] ante la arremetida de mas cadenas de pobreza, viendo el avance de la rebeldía de la misma naturaleza al oponerse a la mano destructiva del hombre.- Chinca C. Salas R-
Admirado Miguel, de esos 5 millones y pico de desempleados oficiales un porcentaje imposible de conocer están sobreviviendo en negro. En caso contrario, las calles estarían llenas de barricadas. No he sugerido que asumir responsabilidades sea la solución económica a esta crisis, sino una condición moral necesaria, no suficiente. Muchos de esos fantasmas de jacuzzi con simulador de olas (sic) posiblemente estén resistiendo aún, pero cuando el precio de la vivienda toque fondo más de uno podría terminar debajo de un puente.
Por desgracia, no creo que esta crisis vaya a terminar ni pronto ni de buena manera. Europa es un continente que envejece, engrosado ya por millones de ‘bárbaros’ (sin ánimo de ofender) con altos índices de natalidad, y endeudándose en espiral para salir de unas deudas técnicamente impagables. Un intento desesperado por mantener lo insostenible: el modelo socialdemócrata de la posguerra mundial, hiperburocratizado hasta el colapso.
El keynesianismo (sacarse dinero de una chistera para estimular la economía) podría terminar conduciendo a una hiperinflación de pesadilla. Pero el realismo de mercado (dejar quebrar a quien deba hacerlo) traería un hundimiento total a la argentina, aunque permitiría empezar de cero en un plazo históricamente breve. El problema es que esto no funcionaría sin una simultánea regeneración moral, social, democrática y política, y a eso nuestros políticos (me refiero a Europa entera) no están dispuestos.
Para no extenderme demasiado, te diré lo que ha escrito Jags aquí arriba: el futuro, hoy, está fuera de Europa, posiblemente en la América latina, que además es lingüísticamente afín. Hay que perder el miedo, sobre todo cuando uno es joven. El futuro de Europa (e incluso el de Estados Unidos) podría ser muy, muy negro, y eso sin contar con la empecinada tendencia de los europeos a las hazañas bélicas.
Un fuerte abrazo.
Estamos de acuerdo, por desgracia.
¿Regeneración? ¿Audacia? No hace falta más que ver qué audazmente se ha regenerado el PSOE tras su hundimiento. Al loro con la lista de los elegidos para a gloria.Todo caritas nuevas:
Presidente: José Antonio Griñán
Secretario general: Alferdo Pérez Rubalcaba
Vicesecretaria: Elena Valenciano
Secretario organización: Óscar López
Igualdad: Purificación Causapie
Secretaria de Relaciones políticas: Patxi López
Economía y Empleo: Inmaculada Rodríguez Piñero
Relaciones Institucionales y Política Autonómica: Antonio Hernando
Participación, Redes e Innovación: María González Veracruz
Ciudades y Política municipal: Gaspar Zarrias
Ideas y Programas: Jesús Caldera
Política Social: Trinidad Jiménez
Educación y Cultura: María del Mar Villafranca Jiménez
Ordenación del Territorio y Sostenibilidad: Hugo Morán
Secretaria de Formación: Rafael Simancas
Unión Europea: Juan Moscoso
Cooperación e Inmigración: Marisol Pérez
Emigración: Carmela Silva
Vocales:
Eduardo Madina
Jaime Lissavetzky
Emiliano García Page
Sergio Gutiérrez
Carlos Pérez
Carolina Darías
José Zaragoza
Francina Armengol
María Teresa Noguera
José Miguel Rodríguez
Esperanza Estévez
Alejandro Soler
María Gámez
Javier Fernández
María José Fernández
Carmen montón
Maite Fernández
Maru Menéndez
Patxi Vázquez
Lola Gorostiaga
¡Vaya por Dios! Insisten ustedes en salvar su pellejo agarrándose de hispano-américa.
Con su filosofía, su ciencia, su ética (ética de don Casimiro), su religión…, en total, con sus arrogantes principios acabaron a Europa, ¿y que esperan, venir a esta tierra a pisotearla, a humillar a sus pobladores; y tras de ustedes dejar lo mismo en ella que dejan en Europa: basura y miles y miles de personas indignadas y sin futuro?
¿Qué responderían ustedes si por nuestras dificultades publicáramos en este medio la sugerencia de «Vayámonos todos a ocupar Europa»?
Déjennos con nuestra ignorancia, con nuestros bananos, nuestros chamanes…, total, déjennos ser indios.
«¿Qué responderían ustedes si por nuestras dificultades publicáramos en este medio la sugerencia de “Vayámonos todos a ocupar Europa”?»
Estás un poco atrasada de noticias, querida: lleváis muchos años ocupando Europa.
Marisol, no ocupamos a Europa. Muchos americanos emigran hacia Europa como europeos emigran a america. Ignoro en què proporciones pero asi es. Cosa muy distinta es instar a la poblacion a invadir un territorio porque destruimos el que habitamos.
Hay mucho que hacer y hasta los planos están por nacer.
Esto, en si mismo, es un problema porque la seguridad y el miedo son motores de búsqueda primarios que fomentan conductas propias del rebaño. Esa tendencia tan nuestra a agruparnos ante la incertidumbre y el cierzo al amor de la manada.
He vuelto a ver esta madrugada, según leía la lista de Rubalcaba para el PSOE, las fotos del último congreso. Un partido muerto, incapaz de una mirada limpia a su desastrosa trayectoria, sin más programa que aguantar como sea hasta que de la mano de cualquier tragedia colectiva se vuelva a poner el viento de cara y haya en abundancia para todos sus miembros. De su capacidad de vender miseria y daño ya somos conscientes. Realmente parecen una mortaja para la historia.
Y sin embargo encarnan algo real: son un modus vivendi crucial para movilizar a mucha gente detrás de una bandera que les permita acceder al poder para vivir de él.
El descubrimiento pertenece a Lenin: Hay que profesionalizar el activismo político para tener oportunidad de llegar al poder. Una vez allí habrá para todos.
Funciona. Funcionaba al menos.
Los sistemas democráticos de masas llevan muy poco tiempo de rodaje. En Francia sólo en el 44 comenzaron a votar todos los adultos. Trece años después que en España se aprobase en el 31 el voto femenino.
Nuestros sistemas de vida pública han desarrollado, sobre todo, a los partidos y lo han hecho a costa del concepto mítico de la democracia, del soberano formado por la población, por los ciudadanos. Me resisto a llamarnos pueblo. Me molesta hasta escuchar el término porque suena a gilipollas destinado a pagarlo todo.
Hay un camino por hacer y tiene que ser nuevo porque lo viejo nos ha traido hasta aquí pero ya no da más que miseria creciente y problemas insolubles.
Amanece. Buenos días.
Reflexiono sobre los comentarios a este artículo que converge con un tema que debo aclarar en otro blog sobre el espíritu.
En el otro blog comentaba que en la lectura de algunos discursos de premios Nobel de Literatura encontré que algunos de ellos coincidían al exponer que los problemas del mundo eran problemas espirituales.
Yo ignoro que imprime en mí la convicción de que es verdad. Es cuestión de espíritu. Pero alguien me dice «empecemos por aclarar qué es el espíritu». Y yo me dedico a indagar qué han definido por espíritu los reconocidos filósofos. Pero ellos no han coincidido. Pregunto a mi espíritu qué es esto que imprime voluntad a mi vida, a mis decisiones, a mi acción… Y mi espíritu responde que es Él.
¿Qué es Él?
Él.
El espíritu.
Ese soplo de vida.
Ese soplo que en miles y miles y miles de años tomo forma en mí. Y me permite percibir. Y me permite sentir. Y razono. Y pienso. Y emito una Palabra.
Yo emito una Palabra.
No puedo, no debo por el egoísmo de la vida, poseer vida para mantener mi vida sin reconocer su dignidad. Todo aquello que posee este fluido del universo y que como el agua toma forma en diferentes recipientes, hoy toma forma en mí otorgándome en este instante de existencia el don de emitir mis pensamientos… No, no puedo por simple ego -¡ni siquiera mi ego, sino la pretensión de complacer el ego ajeno!- perder este instante ¿60 70 80 años? ¿mi descendencia?… un instante.
Entonces, en esa evolución de la que desconozco el antes y el después, debo doblegar lo que en este presente quiere someterme al simple egoísmo de vivir y dominar este espacio para no fenecer. Un fenecer inexistente. Imaginario.
Hay quienes creen que Dios habita en la Palabra. ‘Yo ignoro que imprime en mí la convicción de que es verdad’.
Cómo están las cabezas, madre mía.
Las cabezas están preocupadas, Miguel. Bien por las circunstancias de cada uno, bien por las de amigos y allegados o incluso por lo que percibimos en simples desconocidos cuyos problemas terminan por afectarnos.
Hoy hablaba algún periódico de muchas gentes, –de las que nunca se han subido en patera ni en cayuco–, que llevan más de un año entrando en los comedores de Cáritas. Tantas que ya no caben y Marisol va a tener que hacer cocidos populares en Torre al lado de la tienda de Mihail, el azerbayano de ojos verdes que compra oro al peso.
Todos pensamos en cómo se sentirán millones de niños y jóvenes que ven a sus padres sin trabajo o, de tenerlo, con la permanente inquietud de perderlo. ¿Cómo se vive esto en generaciones que apenas han conocido otra cosa que relativa opulencia, tolerancia hasta la desidia, derroche y la expectativa de que mañana, sin duda, sería mejor que ayer? Todos lo pensamos.
Dice Anónimo II nosequé del espíritu y suena a cosa de brujas. Como si lo hubiésemos dado por muerto un par de eras geológicas atrás. Me gusta pensar que tengo espíritu y que sobrevivirá mi gastado andamiaje. Me pone.
El espíritu es la certeza de nuestra autoconciencia y de su continuidad en el tiempo. Para mucha gente es algo elemental, intuitivo. La forma más pura y evidente de conocimiento según Descartes y la prueba definitiva de nuestra falta de imaginación para los filósofos postmodernos. Los reyes del relativismo aturdido. Rorty, creo.
Veo este siglo parecido al XVIII. Explosivo y revolucionario. Necesitado de calma para reflexionar y para cambiar pero sin tiempo para ello. Y muy perezoso, como las vacas en el rebaño, obsesionadas con la yerba.
No vivimos problemas de sencilla solución. De esos que una frase brillante o una ocurrencia genial disecciona en un instante para que venga alguien y lo resuelva gratis. Nada es gratis.
Peter Pan no existe y los reyes son los padres. Esto va a exigir currárselo.
Lo que sí parece cierto es que para educar, como para una economía sana, hace falta tener una idea clara de para qué y para quién se hace. Y puestos a pensar en ello a uno se le antoja que nuestra forma de estado, tan vana y pretenciosa, tiene muy mala opinión de nosotros, los soberamos de papel. Ni se les ocurre preguntarnos nada y menos desde que los referendos de Holanda y Francia les salieron negativos. Mal color tiene esto.
Y ahí, –en el espíritu que se supone o se ignora–, empiezan muchos problemas que luego queremos resolver con ecuaciones en las que somos una X infinitesimal. Asintótica con el cero.
Estamos preocupados.
El siguiente paso es estar… ocupados.
Sin duda, es cosa de brujas.
Y nadie debería temer o sentirse estúpido por echar una mirada a esas cosas. Cientos de años armando la estructura de esta sociedad para mantener en la cima seres con la misma codicia y estulticia que los que se encuentran en su base, es absurdo por muy avión o a pata, zapato fino o alpargata que lleven en el camino.
En mi país macondiano, donde suceden cosas que rebaza toda imaginación, el humanismo fue anquilosado en lo retorico y meramente formal; y la ilustración, que supuestamente abrió las puertas de la libertad, quedo cimentada y lapidada en maravillosas esculturas junto a las cuales los zombis posan para sus fotografías de álbumes familiares y facebook.
Dominar el cerebro de la humanidad es cosa de niños. Niños traviesos que juegan con un arma que el tiempo… Juegan con las apetencias. ¿Que han logrado? ese zombi esperanzado en la democracia.
Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con todo eso?
Todo.
Insisto en que es el individuo y sólo por el individuo que se solucionaría el problema global. Si no echamos a un lado tanta parafernalia y nos despojamos de tanta vanidad, todo seguirá su curso. ¿Cómo hacerlo? Ahí el problema. La vida, el tiempo, lo que quiera que sea Dios, tiene un lenguaje paradójico, y el hombre uno pomposo y mentiroso. Yo sugiero sencillez, ética, y… (Innombrable por prostituida la palabra)
Debo confesar que si existe, si acaso existe, prefiero que me ignore.
Anónimo 2 eres un figura. Me quedo con tu comentario de que los europeos no vayamos a invadir sudamerica o algo así. Déjame decir que si los europeos invadieran esos paises, bastante mejor les iría. Cuando digo europeos me refiero a los del norte, claro. Podrían llevar consigo los valores de la vieja Europa, estado del bienestar, derechos humanos, derechos civiles, sindicales, intolerancia a la corrupción, seguridad social, jubilación, sanidad universal y gratuita, lo mismo con la educación, etc. Déjame decir que cuando hablo con los colombianos con los que trabajo, a veces, me dicen que dan la vida por nacionalizarse españoles, osea, por ser europeos. ¿Alguien duda que algunas colonias, por no decir todas, de cualquier potencia europea estarían infinitamente mejor si siguieran siendo Europa?. Ahora si te refieres a que no quieres que llegue el hombre blanco para esquilmar todo lo que se mueve y que no convierta ese continente de paraiso en la tierra a erial maldito, puedo estar de acuerdo, pero desgraciadamente, amigo indígena vosotros solitos os bastais para joderlo todo a la europea.
Pepe, no desvies la mirada. El mundo va hacia el norte. Hasta esos colombianos que mencionas van p’alla… ¡Dale!, ¡Adelante!
Otro tiempo será.
pos vale
El director de cine Aki Kaurusmaki con su pelicula el hombrer sin pasado nos permite considerar la vida en el norte de Europa tal cual.
Y vuelvo a sugerir la pelicula de Bresson ‘El diablo probablemente’.
Mas adelante quizà exponga mi razòn al considerar camino de borregos el del norte.
[…] información de Daily Mail, Dieselpunks, Proscritos, y la Wikipedia. Vía Mapas […]