Categorías
General

Cuestión de camas

por Marisol Oviaño

De pequeña me daban mal rollo las casas en las que los padres dormían en camas separadas. Entonces ni siquiera sabía que había algo llamado sexo, pero la lógica infantil me decía que quienes dormían en la misma cama se querían más que quienes tenían una cama para cada uno.

Mis padres dormían en una de matrimonio, que era uno de nuestros escenarios favoritos: nos metíamos bajo ella cuando jugábamos al escondite, la buscábamos cuando en mitad de la noche teníamos una pesadilla o nos encontrábamos mal, y saltábamos sobre ella en cuanto mi madre se descuidaba. Los domingos por la mañana yo era la primera en abrir los ojos. Despertaba a mis hermanos y los tres nos íbamos corriendo a la cama de nuestros padres, para jugar con ellos bajo las sábanas “¿de quién es este pie?”, para que nos hicieran cosquillas o para que nos contaran batallitas de su infancia.

Más tarde yo también tuve una cama grande, incluso un padre, para mis hijos. Y también ellos se escondían bajo el somier, la buscaban en mitad de la noche, saltaban sobre ella en cuanto me descuidaba y la invadían muchos domingos. No sé por qué, cuando nos marchamos de aquella vida, dejé la televisión grande pero me llevé el somier y el colchón, que estaba nuevo. Como si hubiera sabido que sería trinchera para mis hijos en los dolorosos días de la guerra. Incluso ahora que son más altos que yo, se tiran sobre ella cada vez que pueden; la pequeña se revuelca por ella ronroneando feliz: “es que es como un nidito”.

Yo utilizo menos de la mitad. Siempre duermo en el mismo lado y nunca me muevo de ahí. El hombre que me habla, que sólo ha estado en mi habitación el tiempo que se tarda en verla, cree que es una cama demasiado grande para mí. A mí su cama individual, que sólo conozco por foto, me parece demasiado pequeña para él. Mi cama parece estar diciendo, ven; la suya, márchate.

Sin embargo, no somos tan distintos.
La única diferencia entre nosotros es la extensión del territorio que queremos defender.

Una respuesta a «Cuestión de camas»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *