Miguel Pérez de Lema
No sé que pasa. Si es por la TDT, si es porque veo menos la tele, pero recuerdo que antes, te forraban a spots electorales. Y este año no he visto ni uno. He tenido que recurrir al tubo. ¡Tanto los echaba de menos!
Los anuncios de los partidos grandes suelen dar poco juego al cazador de iberismos, al degustador de las delicatessen de lo «tan malo que es bueno». Son los anuncios más recónditos, de partidos disparatados, los que hemos disfrutado a lo largo de nuestra joven democracia. Joyas de estupor catódico. Estéticas de anuncio de cine de barrio. Líderes hiperreales. Creatividades infra.
Una de las pocas cosas buenas de la campaña electoral era esa ristra de spots de partidos insospechados, a cualquier hora del día. Sobre todo recuerdo una muy larga que ponían hacia las dos de la tarde, en la que se concentraba lo más ignoto y lo más cañí, con los ancianitos de los Panteras Grises, los nacionalistas comuneros, los jipis humanistas, los micro comunistas, los falangistas light, los republicanos nostálgicos, Ruiz Mateos, Gil y su GIL, los del vota a nadie, en un viaje psicodélico de agreste Pop nacional, de sociología a corazón abierto. Esas descargas de democracia a cañón tocante.
Este año la cosa parece bastante floja. Quiero decir que todos los anuncios son demasiado profesionales. Con el avance en el dominio de la producción audiovisual, con tanto licenciado, se ha perdido esa veta brava del spot chusco y directo que tanto recordamos.
De los que he visto, quizá el que alcance un mínimo de estupefaciencia sea este del Partido Andalucista, con ese casting, ese diálogo, y esa voz en of con acento de una hipotética novena provincia andaluza.
2 respuestas a «Poco color en los spots electorales para las generales de 2011»
Si que es verdad que ya no se ven y aunque también es verdad que se siente cierta nostalgia, lo que no se puede negar es que eran un auténtico coñazo y que no había diós que los viera. La explicación de porqué no se ven ya, no la tengo, quizá sea porque en esto de la política está todo profesionalizado, estudiado hasta el mínimo detalle; ¿será casualidad que en el debate Rajoy y Rubalcaba llevaran el mismo traje y la misma corbata? y ya no hay sitio para aventurillas de frikis. Al fin y al cabo esto de la política es un gran negocio y no se puede dejar en manos de aficionados.
¡AAAAAayyyyyy! Creía que después de haber escuchado a gente de Cantabria o de León diálogos de los Álvarez Quintero «pretendiendo darles acento andaluz», mis oídos no volverían a sufrir tanto, pero veo que me equivoqué.