Por César de las Heras
No he disimulado mucho en los últimos años. Ya me acepto, y paso de un río a otro chapoteando. Todo está bien temperado, y entre los hombres están los que empujan al mundo, y los que lo acarician; están los que lo impulsan con los ojos cerrados, y los que lo observan, los que lo utilizan y los que lo quieren. Capto matices diminutos y me preocupo poco por las sillas del jardín.
Una misión encomendada, un pálpito interior, la necesidad creativa en una vida ocupada en la observación, y en lo que dicen las yemas de los dedos. Están los prensiles y los digitales, los contingentes y los necesarios, los que viven del arte, y los que por el arte se exponen a una singladura más tortuosa.
Es el cántico de una armadura, o el calor que se pasa dentro de ella, es el brillo del sol sobre la gola, o el sudor sobre una piel aprisionada. Todo es necesario, para caminar el mundo necesita el empuje de la caballería, yo paso tras de la batalla, cuento muertos.
Es mas fuerte el que empuja o el que sostiene, es mas brillante el que actúa o el que observa, es mas necesario el que impone o el que alienta. Yo paso por aquí con las puntillas, esparciendo detalles que no necesitan ser descubiertos por cualquiera. Cuanto más grande mas vulgar. Sobre el suelo, oliendo a hierba, me dejo teñir por el azul sobre el que firman los aviones, y por el verde húmedo por no pensar en mí.
Reflexiones, humedades, sentimientos, arte, belleza, sensaciones, frente a consecuencias, sequedad, vacíos, blablablismo, residuos, humaredas.
0 respuestas a «Cuento muertos»
Muy bueno. Y muy bien escogida la fotografía y la escultura con el texto.
muy bueno, magnífico texto e impactante escultura…………
Agradezco que os guste mi escultura, las filosofías de vida y los toc toc me animan
Hay cosas, César, que sabes hacer bien, muy bien, y es una bendición que las quieras compartir con nosotros, muchas gracias. Daremos al César, pues, lo que al César corresponde: felicitaciones por tu prosa y por tus esculturas.
Por supuesto muy alagado Lluch, para los pedros un orgullo los Lluch. Te leo entre los pestañeos que me produce tu prosa acariciada, gracias.
Hasta los no entendidos, te entendemos..
ay, «alagado» ¿qué voy a hacer contigo, César? HHHHalagadoooo
Queríamos decir muy «alargado» el Halago de Lluch..
Aquí ya me he perdido…
Que no se diga, con lo «largo» que pareces ser… aunque me parece un HALAGO saber que te has perdido, pero seguro encuentras nuevamente tu destino , solo es cuestión de ir macha atras, paso a paso en el camino
¡Joder! Qué críptico…
Será posible, se va uno de fin de semana y se borran las haches, en cualquier caso no sería bueno darle tanto a Pedro, no nos conocemos, omitamos las haches.