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palabras de alguien que luchó

y consiguió lo que quería (excepto vivir algunas décadas más) El discurso de Steve Jobs en la universidad de Stanford es de 2005.

[youtube http://www.youtube.com/watch?v=uXKku2KYZf0&w=425&h=318]

6 respuestas a «palabras de alguien que luchó»

Ohhhh gracias Steve Jones por las preciosas tipografías, por el disenho «cool» de los Mac, por ayudar a implantarnos no solo un maldito teléfono que nos hace estar localizables siempre, si no por la multitud de sus imprescindibles aplicaciones. Gracias por esclavizarnos a tan bellas e inspiradas pantallas, al ibook (grandioso invento). Ahora que solo hay loas para el bueno de Steve me pregunto, estaríamos peor si este tipo no hubiera nacido?, la humanidad es un lugar mejor gracias al mac, ipod, ipad, ietc…?
Se nos está pirando la olla?

Pues yo no tengo mac, ni ipod, ni ipad, y tengo un nokia normalito que no hace virguerías.
Pero no colgué el vídeo porque considere que Jobs sea Dios, no soy su fan. Sino porque el tipo luchó por hacer lo que quería hacer, nada más.

Para bien o para mal, la empresa co-fundada por Steve Jobs es el referente a nivel mundial no solo a en cuanto a comunicaciones se refiere sino también para cualquier tipo de industria que aspire al éxito a nivel planetario (todos los demás se han convertido en seguidores tratando de replicar el modelo). Esta empresa es además (creo) la mas grande del mundo por capitalización bursatil. Steve Jobs logró esto en tan solo un par de décadas partiendo desde 0, saliendo de la empresa y regresando a ella cuando estaba prácticamente muerta para finalmente llevarla al lugar que hoy ocupa. Por si eso fuera poco, es la visión de Steve Jobs la que está redifiniendo no solo la manera en que en gran parte nos comunicamos que a fin de cuentas es la manera en que nos interrelacionamos. Si todo esto es indigno de admiración en un empresario/inventor/visionario, de verdad no se qué podría serlo.

No le voy a quitar mérito a una biografía como la de Jobs y me parece digna de admiración. Pero de ahí a la veneración enfermiza que muestran los medios….

El video de Jobs en la gradución universitaria con las tres anécdotas de su vida es un documento importante y que impresiona.
Esa forma de sinceridad descarnada con la propia intimidad en temas que en nuestra cultura se disimulan algo más o, en ocasiones, llegan a ser tabú, es algo más frecuente en el judaismo.

Como me he pasado la vida en su industria y sin tener necesidad de sus productos Jobs me ha resultado desconocido, alguien tecnológicamente marginal.

Tanto en la naturaleza de los procesadores como en el software o las comunicaciones. Y sin embargo su nicho inicial –el muy minoritario pero influyente del diseño gráfico y la publicidad– ha alcanzado momentos de gloria lo que debe, también, hacernos pensar un poco en nuestro mundo.

Es la explosión de un segmento de población juvenil volcado en el sonido y la imagen, sin apenas capacidad conceptualizadora ni hábitos lectores la que produce esta muy reciente explosión de la religión «Jobs».

En los últimos años llegué a entender algo mejor sus productos pero salvo el cuidado extremado (que él explica en el video) por la presentación visual, el escaso énfasis en el texto y la atención a que todo sea intuitivo (no pienses, es fácil, no pienses) y «seamless» (casi sin fronteras perceptibles entre realidad y ficción) realmente son un desarrollo escasamente relevante de conceptos diseñados y realizados en los laboratorios de Xerox en Palo Alto hace ya más de 40 años. Workstations y Ethernet.

Eso es lo que se tarda en llevar estas cosas al «mercado».

Recientemente descubrí otra faceta del carácter de Jobs. La parte, digamos, tenebrosa. Fue con otro video en el cual se le veía presentando y defendiendo el proyecto del nuevo Headquarters de Apple frente al concejal de Urbanismo de Cupertino. Un pueblo de Sillicon Valley fundado por misioneros españoles hace casi 400 años

Al ver este documento me llevé dos sorpresas.

La primera, fue ver que Apple buscaba meter en un mismo edificio a 12,000 personas hoy divididas en tres edificios. No es comprensible ni coherente con el mensaje de una compañía que vive de la ubicuidad y simultaneidad de todo. De la conexión permanente en red. De un mundo en el que ya hace muchos años que las oficinas centrales sólo son simbólicas y las reuniones suceden en la red en tiempo real.

La segunda, comprobar que el inmenso edificio –de diseño «platillo volante»– era un ejemplo de libro de arquitectura «Panóptica». La mejor escuela de diseño de cárceles seguras en las que cada recluso es vigilado de modo anónimo e ininterrumpido desde un punto central.
Esta experiencia me resultó muy decepcionante y la imagen de Jobs y su compañía algo más triste y desangelada. Un niño adoptado que en el fondo necesita amor, le cuesta dar lo que nunca tuvo y que por tanto no ha aprendido a fiarse del prójimo. Un superviviente solitario.

Descanse en paz acurrucado en los brazos de mejores padres que aquellos que le fueron negados.

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