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General Poesía

Tremendo amanecer, 2

Escultura y poema: César de las Heras
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Una copa de vino
y un carmín que se une
al de tu boca,
ambientación musical
detenida en las ventanas,
luz nocturna.

Nuez moscada, miradas
salteadas de voz baja,
y la estufa en la esquina
y tu sentada, y yo.
No se tiene hambre
cuando se desea.

La madera es una mesa
que ve pasar las cenas,
entretenidas piernas
que se buscan
bajo el mantel
que tapa la madera.

Platos dos, ocupados
en mantener el alimento,
con la casualidad
las bocas se entretienen
para dejar de hablar
o de comerse.

Relativo el acto
que se sucede sentado
y mantenido, elevado
y leve para no atragantarse
con los alimentos
de la noche.

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