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Oh mamá, quiero ser maestro

Miguel Pérez de Lema

Tras un duro verano cobrando de tu dinero, ahora amenazan con huelga, los maestros.

No sé en otros países, pero al menos en España, la huelga de maestros es todo un clásico. La casta entre las castas. Maestro y funcionario, lo más de lo menos.

Y las bajas, recuerdo que siempre había alguno de baja y un sustituto idiota en su puesto, que se la traía todo flojísimo. Y esas clases perdidas porque éste iba al dentista, o aquella simplemente, no aparecía.

Yo no he hecho huelga un sólo día de mi vida. No sé qué se siente al tener un derecho, y además ejercerlo. Y menos aun conozco el tener y ejercer un derecho que no tienen los demás. (Derecho de huelga en la Pyme española, ese debate que tanta risa nos daría imaginar).

Soy de los pardillos a los que el Estado pone cabeza abajo y sacude, para quitarles las monedas que caigan, y pagar con ellas a los ciudadanos con derechos, y trienios y bicocas. Y sé que hace falta que exista lo uno para que sobreviva lo otro, que nunca nos igualaremos, que unos tanto y otros tan poco, y que además, como te pillen, te hacen chantaje emocional con sus nervios y sus cosas de gente del primer mundo.

Al final del primer mundo sólo va a quedar un búnquer de maestros.

De maestros en huelga.

¡Quién la pillara!

Me dicen que los días reales de trabajo de un maestro al año están en torno a los 170, y a media jornada. Los de un humano, 250, a jornada completa.

Propongo ponerlos a limpiar cunetas los días hábiles que mandan a los niños a casa.

21 respuestas a «Oh mamá, quiero ser maestro»

El tema de la envidia es muy español. Los españoles siempre están pensando en la envidia. Para decir que algo es bueno dicen: «Es envidiable».
Jorge Luis Borges
La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren.
Arthur Schopenhauer

Jodido yo, jodidos todos. Mal de muchos consuelo de tontos. Que en nuestro país la envidia es parte de nuestra ideosincrasia no es novedad para nadie. Pero que nos indigne que un grupo con mejores o peores condiciones que las nuestras luche por no empeorar su situación, o no permita el mangoneo es mentalmente poco higiénico.

Parto de la base que, antes de recortar en Educación y Sanidad, eliminaría los coches oficiales, los 17 estados, las pensiones vitalicias, las rebajas del IRPF para los políticos, las subvenciones a los sindicatos, al mapa del clítoris etc, etc…

Pero, como Miguel, no he hecho huelga jamás. Pertenezco a ese tipo de españoles que no tienen derecho a enfermar o partirse una pierna, porque si no trabajan, no cobran. Por supuesto, nada de vacaciones pagadas, trienios ni cosas de ésas.

Mis hijos van a un instituto público (bueno, el mayor ya está en la facultad), y cuando llegan a casa, todos los días es la misma cantinela: hoy no he tenido Lengua ni Química, hoy no he tenido Mates ni Educación Física, ¡hoy no ha venido el de Inglés ni la de Historia, ni el de Filosofía!… Ni un solo día dan todas las clases que tienen en el horario. Es alucinante cuánto falta esta gente al trabajo. La profesora de Educación Física de mi hija el año pasado estaba embarazada, y faltó prácticamente todos los viernes del curso, hasta el punto de que mi hija ningún viernes se llevaba las zapatillas de deporte.

Unos compañeros de mi hijo grabaron en vídeo una clase de matemáticas: había chavales correteando por la clase, otros escuchando música, otros hablando por el móvil o jugando a las miniconsolas, todo el mundo estaba a su completa bola, como si no hubiera ningún profesor en la clase. Y será que los padres educamos muy mal a los hijos, pero resulta que esos mismos chicos estaban calladitos y atentos en las clases de los profesores que sí ejercían su autoridad y cumplían con su trabajo.

También he conocido profesores serios y responsables que amaban su trabajo y no faltaban nunca, ojo; profesores de esos que mis hijos recordarán con cariño cuando sean adultos. Quizá el problema sea que la educación pública es el refugio de mucha gente que no tiene vocación y aterriza allí porque sabe que el trabajo es fijo, las vacaciones inmejorables y que nadie se encargará de controlar que lo cumplan.

Los profesores de la privada dan 25 horas de clase a la semana, también corrigen, también tienen que preparar las clases y también tienen reuniones con los padres. Y sin embargo, todo el que puede permitírselo, lleva a sus hijos a colegios privados porque la educación pública es una eme.

No es un problema del número de profesores o de alumnos por clase: en mi colegio éramos 43 por aula y todos sabíamos quién descubrió América y quién era Cervantes; el problema es el sistema educativo.

A mí me parece muy bien que la gente defienda sus derechos laborales, siempre y cuando eso no signifique que, para que ellos mantengan sus privilegios nos asfixien todavía más a los ciudadanos de tercera que no tenemos pagas extras, derecho a enfermar ni a tener vacaciones.

A ver si nos vamos enterando de que, nos guste o no, el Estado del Bienestar ha quebrado.

Sí, será interesante conocer la opinión de Lozinski, que fue número uno de su promoción -o algo así- habla cuatro o cino idiomas y gana cuatro o cinco veces menos que cualquier interino español.

No es fácil organizarse con una mujer embarazada e hijos con problemas. Pero de alguna forma consigo organizarme para ver la televisión 8 horas al día.
Homer J. SImpson

Alucino con la descripción de la clase de mates que hace Marisol. La enseñanza pública en España solía ser muy buena, particularmente en los Institutos. La maldita LOGSE lo cambió todo.

Gracias, Rubalcaba. Molas mazo, tronco. Por doquiera que has pasado, no ha vuelto a crecer la hierba. Yes, you can.

Pues imagina lo que aluciné yo viéndolo. Y van a uno de los mejores institutos de la comunidad de Madrid, no quiero pensar qué sucederá en los peores.

Le dije que me lo dejara para colgarlo, pero se negó: podían echarles del insti porque está prohibido grabar en las clases. Cosa lógica, por otra parte.

No fui número uno de mi promoción y hablo sólo español y ruso y un poco el francés. Yo procuro hacer mis clases lo mejor que puedo aunque me acusen de vez en cuando que improviso un poco. Me permito esta libertad. Y hasta ahora no he pedido la baja por mala salud, gracias a Dios. Si hubiera sido albañil hubiera trabajado como un albañil y punto. En cuanto a las huelgas las cosas están un poco confusas, al menos para mí, por los de los intereses sindicales. El día menos pensado estás de huelga y te ponen delante una lista para firmar. A las últimas huelgas yo no fui y me negué firmar. Escribí un artículo en este sentido. Solidario

Pues cuando yo estodiaba no recuerdo tanta ausencia de profesorado, ahora no se, solo tengo la referencia de mis sobrinos, en primaria, y tampoco es tan exagerada tal ausencia, será en ciclos superiores o que es fácil y sencillo generalizar…

A lo largo de mi carrera enseñé el español a muchos chicos y chicas que luego lo utilizaron en su trabajo. Algunos crearon empresas rumano-españolas con bastante éxito en el mercado. Otros trabajan en compañías multinacionales o en España. Lo que quiero decir es que los resultados del trabajo de los maestros se ven a la larga, no inmediatamente. Por eso entiendo que nos quieran ver limpiando cunetas.

Robert, todo el texto es una broma.
Роберт, весь текст шутки.
Robert, tout le texte est une plaisanterie.
Robert, tot textul este o glumă.

Raúl, cuando tú estudiabas, el plan educativo era otro. Probablemente en tu infancia oyeras una frase que hoy ha quedado desfasada: «Pasa más hambre que un maestro de escuela».

Y, no, en primaria no hay tanto absentismo, al menos esa es la experiencia que yo tengo con mis hijos. No sé si tendrá algo con ver con el hecho de que un profesor de primaria pasa muchas horas al día con los mismos alumnos y uno de secundaria cambia de alumnos cada hora.

Robert: no conozco a nadie que quiera ver a los profesores limpiando cunetas. Los profesores son fundamentales en una sociedad, porque en sus manos está el futuro de un país.
Si has percibido algo de inquina hacia ese colectivo es porque en España cada día se ensancha más la brecha que divide a los ciudadanos: Los que tienen todos los derechos, y los que no tienen ninguno. A la mayoría de la población le cuesta entender cómo, en un país con millones de parados, alguien que tiene asegurado el puesto de trabajo de por vida, se puede negar a dar dos horas más de clase a la semana -que le serán religiosamente retribuidas-.

Yo soy una firme defensora de la educación pública, y me gustaría que se invirtiera en ella para que fuera mucho mejor que la privada. Pero, desde mi punto de vista, el problema es el sistema educativo actual, y dos horas más o menos, no van a cambiarlo.

La LOGSE nos ha llevado a los peores puestos educativos de Europa, no se puede confiar mucho en que el fracaso escolar de hoy sea el gran éxito profesional de mañana.

Brutal ataque de Pilar Rahola a Celia Villalobos en La Noria: «Eres muy cerda, sucia y ruin»
Y Maria Antonia Iglesias le espeta a la política malacitana: «Te voy a dar una leche por indecente»
Juan Velarde, 11 de septiembre de 2011 a las 11:48
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Alfonso Rojo y María Antonia Iglesias.

Celia Villalobos y Pilar Rahola protagonizaron el 10 de septiembre de 2011 un agrio enfrentamiento dialéctico en el programa La Noria, en Telecinco, a raíz del debate abierto sobre los recortes en educación propuestos por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

La cascada de improperios de la ex política catalana a la diputada malacitana fue de órdago a la grande. Incluso el moderador de la tertulia y conductor del programa, Jordi González, se vio con más de un apuro para poder terciar y poner cordura entre ambas para que aquello no acabase como el rosario de la aurora.

Cuando más encendido estaba el debate, Celia Villalobos se limito a soltar, con evidente mala leche pero toda la justificación del mundo, que Pilar Rahola -tras presumir mucho de escuela pública y al igual que eminentes socialistas como el ministro Blanco- manda a sus hijos a una carísima institución privada en el extranjero.

En el caso de Pilar Rahola, a uno de los colegios más exclusivos de Suiza. Por esa razón acusó a la catalana de predicar una cosa y hacer la contraria:

Todas las comunidades autónomas han recortado en educación en los dos últimos años, las que más Andalucía y Castilla La Mancha cuando ha gobernado el señor Barreda. Lo que está haciendo Esperanza Aguirre no es un recorte porque no afecta a la educación. Lo que sí puedo decir es que aquí la única que ha llevado a sus hijos a una escuela pública he sido yo.
A lo que Rahola replicó:

Yo también.
Y respuesta detallada de Villalobos:

Tú, no. Tú te has ido a Suiza a llevarlos a un colegio privado.
La ex diputada catalana aclara que:

Yo he llevado a mi hija a la escuela pública. Es muy feo lo tuyo, muy feo y además eres sucia, muy sucia. ¿Qué te crees que es esto? ¿el corazón? Eres una impresentable. ¿Qué coño sabes tú de mi vida? No metas a mis hijos porque ellos no son parte del debate, habla de Esperanza Aguirre, ¡anda ya!
Y no fue el único encontronazo de la parlamentaria popular. Minutos después también se las tuvo tiesas con Maria Antonia Iglesias, quien, con mejor tono y más sentido común de lo que había intentado de forma patosa un instante antes Enric Sopena, salió en defensa de Rahola y decidida a hacer trizas a Villalobos:

La ex jefa de los servicios informativos de Televisión Española se dirigió a Villalobos y le advirtió de que le «iba a dar una leche»:

Yo, con todo el dolor de mi corazón, porque sabes que te quiero mucho, y sabes que no es la primera vez que te lo digo, te voy a dar una leche. Has hecho una cosa indecente, que es utilizar para una dialéctica pública política una conversación privada que hacía cinco minutos que habías mantenido con Pilar Rahola a propósito de su hija que se había ido a estudiar a Suiza. Eso es obsceno, bajo y te descalifica como persona y a eso no hay derecho.
Iglesias echó en cara a Villalobos, como una falta absoluta de ética, que hubiera sacado a colación un dato puesto en evidencia minutos antes, durante una conversación supuestamente privada:

A partir de ahora recomiendo a todo el mundo, también al respetable, que nunca te hagan una confidencia, que nunca te hablen nada en el terreno personal porque no te lo mereces y porque lo que has hecho es de una persona desvergonzada. Has utilizado de forma artera y privada una conversación privada. Es inmoral lo que has hecho y no eres digna de confianza.
Alfonso Rojo, sin entrar en detalles y mientras Isabel Durán asentía divertida, le recordó a María Antonia que ella lo hace a menudo y sin explicar más concluyó: «Conmigo, al menos una vez».

Y en medio del sermón de Iglesias añadió Rahola:

Tú (refiriéndose a Celia Villalobos) no tienes derecho a hablar de mis hijos. Has sido muy cerda, eres muy cerda y muy ruin el querer convertir un debate político en un debate personal. Si yo he mandado un año a mi hija a aprender inglés lo he pagado yo. Eres ruin, muy ruin.
La tensión fue brutal. Rahola, en el intermedio, se ausentó furiosa, tanto, que hasta se le saltó un botón de la blusa y tuvieron que darle a toda prisa un imperdible para que no mostrara la ‘pechuga’ durante el tramo final del debate.

La salida no mejoró las cosas. María Antonia se fue sola y despacito, como suele ser habitual. Sopena y Rahola hicieron piña rumiando en voz baja y Celia Villalobos se fue tan pancha y aparentemente feliz.

El mundo de la cultura sale en defensa de los profesores
Protesta. García Montero, Sabina o Sampredro firman un texto criticando el tijeretazo hecho por Aguirre
Un grupo de artistas e intelectuales ha puesto su firma a un manifiesto en defensa de la educación pública que será presentado mañana lunes en el Ateneo de Madrid y que arremete especialmente contra la política de ajustes que está haciendo el Gobierno de Esperanza Aguirre y que se traduce en que el curso escolar empezará con 3.200 profesores interinos menos. «Resulta especialmente preocupante el modelo que quiere imponer el Gobierno regional, que tiende a crear guetos y a profundizar la brecha de las desigualdades económicas y sociales», denuncia el manifiesto.

Al texto se han unido, entre otros, Isaac Rosa, Luis García Montero, Juan José Millás, Antonio Muñoz Molina, Joaquín Sabina, Pilar Bardem, Benjamín Prado, Juan Mayorga o José Luis Sampedro.

La idea surgió de un grupo de profesores que lo movió entre los intelectuales

La idea surgió de un grupo de profesores del Instituto Carmen Martín Gaite de Moralzarzal (Madrid), «cabreados» por los recortes que están realizando en el sector la mayoría de las comunidades autónomas y por los ataques que han hecho algunos políticos madrileños del PP contra la labor del profesorado. «Somos un grupo de docentes que nos hemos movido hartos de esta situación y, luego, hemos contactado con los intelectuales que enseguida nos han mostrado su apoyo», afirmó ayer a este diario Miguel Ángel del Valle, uno de los impulsores del documento.

«Queremos expresar nuestra preocupación y nuestro más decidido rechazo ante los drásticos recortes que, con la excusa de la crisis, está llevando a cabo el Gobierno regional en la educación pública», comienza el texto firmado por los intelectuales.

Para los firmantes, los recortes de la Consejería de Educación madrileña «se enmarcan en la política de sustracción de recursos a la escuela pública que ha llevado a cabo durante años la presidenta Esperanza Aguirre en beneficio de la escuela privada-concertada». El texto concluye con una petición: «Por una educación pública de calidad y de verdadera excelencia para todos».

Buenas noches y a ver si mejoran.

No voy a entrar en discusiones acerca de la calidad de nuestra enseñanza. Por índices de fracaso escolar es de lo peor del mundo. Antes de culpar a las familias lo lógico sería pensar en quién ha diseñado el sistema y los contenidos comenzando por los lingüísticos para inventar identidades a base de lenguas artificiales para meter a la gente en corralitos. Estas cosas tampoco son gratis y se suelen cobrar un precio diferido.

En lo que se refiere a esta huelga de empleados públicos es comprensible. No la ha habido con cinco millones de pasrados privados pero si son funcionarios debe ser distinto Además Esperanza les pone y hasta el ministro Gabilondo, que es quien reduce presupuestos, hace el gamba y azuza contra ella. Espe con Gabilondo no tiene ni para un mordisco.

Pero esto aún no ha empezado.
La realidad es que de los 3.2 millones de empleados públicos que tenemos –a los cuales hemos de sumar los servicios subcontratados a las grades compañías del IBEX que son las que hacen los trabajos duros, de calle– nos sobran, más o menos, la mitad.

Digo sobran porque ese es el tamaño del agujero de costes que cuando se lo sumo a los botijos que hago en mi alfarería en reconversión preconcursal resulta en que no vendo ni un botijo en verano porque llegan más baratos de Marruecos o de China.

Y de propina tengo que escuchar a mis clientes explicarme que ellos sólo quieren un botijo, no un botijo con alícuota de Audi 8 y un pedacito de 17 parlamentos autonómicos y cinco casas regionales en Bruselas. Bruselas.

Japón, con más de 2 veces y media nuestra población, no llega a 4 millones de empleados.

Por consiguiente habrá que ver para qué hemos hecho venir a tanto emigrante cuando aquí no hay trabajo para bastante más de 7 millones de personas que son los 5 de parados y los 2 que sobran en el sector público.

No cuento otros dos millones de chicos embalsados innecesariamente en el sistema educativo durante tres o cuatro años más de lo necesario para saber menos que un bachiller del plan del 57 o un titulado de los sesenta.

La cosa es así de grave y así de irresponsables hemos sido todos eligiendo a gente que sólo sabe comprarse votos regalando lo que no tiene.
Aún recuerdo a Pedro Crespo en la radio explicando a un grupo de jubilados que los votantes de Espe eran tontos de los cojones porque la que regalaba pensiones no era ella.
Qué castigo, señor.

Yo tengo sentimientos encontrados con este asunto.
Mis hijos han estudiado siempre en la escuela pública y, en Secundaria, he visto mucho absentismo laboral, unos cuantos profesores pasotas y, también, profesores honrados con ganas de hacer bien su trabajo. Cosa que ni la bendita LOGSE ni muchos padres, que son meros proveedores de sus niñitos, facilitan en absoluto. Hay que cambiar el sistema educativo, sí, pero también habría que educar a los padres (aunque me temo que la crisis está siendo una buena lección para muchos de nosotros).

Como usuaria de la cosa pública, tengo la sensación de que si la Educación o la Sanidad todavía funcionan (mal o bien, pero algo funcionan: en el IES de mis hijos aprueba con nota la selectividad un alto porcentaje de alumnos; mi hijo entre ellos) es por la vocación y la entrega de determinados profesionales. Con la Justicia he tenido experiencias de todos los colores, y mi conclusión es que es un pitorreo. No funciona en absoluto, los juicios son un insulto a la inteligencia.

Aun estando de acuerdo con casi todo lo que dice Manu Oquendo, aun sabiendo que hay que recortar, aun habiendo escrito en un comentario anterior que dos horas a la semana no van a empeorar más nuestro pésimo sistema educativo, aun sabiendo que los sindicatos están calentando motores para cuando gane el PP; tengo que confesar que ciertos movimientos de Esperanza Aguirre no me gustan nada.

He leído que quienes manden a sus hijos a la concertada (no sé si también a las privadas) podrán desgravárselo en el IRPF. Sin duda, gente con sueldo fijo y blindado que puede esperar. Yo todavía estoy esperando que Hacienda me devuelva lo que me debe del año pasado y estoy pasándolas putas. Si hubiera metido a mis hijos en un colegio concertado pensando en la desgravación, tendría que empezar a vender los muebles y volver a llevar a mis hijos a la pública. No me gusta la idea de ahorrar en la pública para mantener la concertada, porque de este modo la pública acabará convirtiéndose en un gueto –en muchos sitios ya lo es-, y quienes puedan permitírselo enviarán a sus hijos a colegios concertados. Religiosos.

Tan malo me parece un adoctrinamiento como otro.
Y fui a un colegio de monjas, del que guardo un maravilloso recuerdo.
Pero a mis hijos, Dios (por los religiosos) y el sexo (por los programas de educación sexual de lo público) se lo explico yo.
Los valores no son exclusivos de la iglesia católica. No hace falta ir a misa cada domingo para saber que merece la pena esforzarse, trabajar y ser honrado con uno mismo y con los demás. Lo que hace falta es una escuela pública que enseñe valores.

Y que los políticos empiecen a ahorrar en partidas que realmente nos hacen pupa: pensiones vitalicias, senados, consejos de estado, asesores, subvenciones, privilegios fiscales de la clase política, autonomías…

Si invirtiéramos todo ese dinero en educación pública (cambiando, por supuesto, todo el sistema educativo), otro gallo cantaría en este país de camareros.

Hola, Marisol

No creo que el aprendizaje sea cuestión económica. Es decir, que exista una correlación positiva entre gasto y rendimiento educativo. No existe y la prueba está en España que con un gasto impresionante no solo se consiguen peores resultados que hace 30 o 35 años –con un gasto ridículo– sino que se ha degradado el nivel del cuerpo docente y su motivación a niveles de catástrofe de salud pública al tiempo que las actitudes de una parte importantísima del alumnado. Nuestros escolares a los 12 años duplican la media de consumo de coca a su edad en Europa, por ejemplo.

Este deterioro afecta no solo al sistema público, también al privado. Y se puede evitar. El instituto de Torre es uno de los diez mejores colegios de la comunidad. El de Alcalá de Henares creo que es el tercero.
Hace unos días, leyendo a Hobsbawm (un historiador marxista) nos recordaba que en los años treinta la población universitaria de Alemania eran 40,000 estudiantes. Es decir, menos de la mitad de lo que hoy hay en la Universidad Complutense.

Todavía hoy vivimos de lo que aquella generación de 40,000 produjo en todos los órdenes. No solo en Alemania, por supuesto. Es la generación de Ortega, de Severo Ochoa, de muchos que no han vuelto a surgir a pesar de que se ha multiplicado gasto y números varios órdenes de magnitud.

Creo que debemos repensar muy lentamente lo que ha sucedido para ver en qué momento perdimos el norte.

El cabecilla de la huelga contra Aguirre lleva a sus hijos a un colegio privado
José Ricardo Martínez se erigió en máximo defensor de la enseñanza pública mientras llevaba a sus hijos a un colegio privado.

El líder de UGT en la capital, además de un sindicalista preocupado por el estado de la Educación en la Comunidad de Madrid, es un abnegado padre. José Ricardo Martínez, mano derecha de Cándido Méndez ha sido el cabecilla indiscutible de la huelga de los profesores de contra la política educativa de Esperanza Aguirre.

Martínez participó en las «cadenas humanas» por «una escuela pública de todos para todos», y los paros que dejaron sin colegio a 400.000 estudiantes. Entre ellos, no se encontraban los suyos, ya que el sindicalista lleva a sus hijos a un colegio privado, concretamente el Colegio Arturo Soria, situado en uno de los mejores barrios de Madrid, según informa La Razón.

Por él, los padres pagan al mes 398 euros mensuales en el caso de los más pequeños, y 440 por los de secundaria. Se trata de un centro de excelencia, el primero de España en obtener en 1998 el Certificado de Calidad con la agencia AENOR; y es célebre porque el 100% suelen aprobar la Selectividad.

No obstante, el de José Ricardo Martínez no es el primer caso de sindicalista o socialista que se llena la boca de la defensa de la enseñanza pública, y después practica lo contrario con su familia. Cristina Garmendia, José Bono, José Montilla, Artur Mas, o la exministra Mercedes Cabrera también han escogido la enseñanza privada para sus hijos.

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