por mujerabasebien
“Después del sexo, sólo siento indiferencia”, dice mi antiguo recluta.
Quizá todavía sea demasiado joven para saber que la indiferencia de hoy será recuerdo que acariciar mañana, cuando casi toda la actividad sexual tenga lugar a nivel cerebral.
El sexo es casi siempre algo intrascendente. En mi dilatada y documentada experiencia, he encontrado pocas relaciones sexuales que hayan supuesto un antes y un después en mi vida. Por eso puedo comprender la indiferencia de mi amigo: follar por follar, a la larga, aburre.
Aquellos que rara vez consiguen consumar una conquista no entenderán de lo que estoy hablando, supongo que el aburrimiento sexual es algo que sólo afecta a quienes no tenemos que hacer gran cosa para poder elegir entre varias camas. Pero cuando ya no queda espacio para más muescas en la culata del revólver, el sexo se convierte en un deporte que ni nos exige ni nos da gran cosa.
Resulta demasiado fácil.
Y entonces buscamos, además, mentes que follar.
Por eso yo ya sólo me relaciono con dos tipos de hombres: los que pueden enseñarme algo y los que quieren aprender.
Una respuesta a «Indiferencia»
Ay mujerabasedebien, ¿dónde se podrán encontrar los documentos sobre tu dilatada experiencia? deben ser de una calidad literaria insuperable, afortunados quienes puedan echar una ojeada sobre ellos.