Genios anónimos de hoy

Miguel Pérez de Lema

Ahí fuera hay ríos inagotables de talento. Hasta ahora, la mayor parte del talento se frustraba, se perdía, se ignoraba. La historia de la cultura era la de sus filtros, la de sus comisarios, la de sus mecenas. Pero eso ha cambiado con Internet.

Internet es el recipiente universal -el aleph borgiano- en el que todo queda registrado y en el que van desapareciendo las categorías. El problema, claro, es encontrar lo que merece la pena y, más adelante, el desquiciamiento de la falta de categorías.

Pero seamos optimistas y alegrémonos de vivir en la era en la que nadie puede mandar callar a nadie y en la que la tecnología nos provee a todos de potentísimas herramientas de expresión. Curiosamente, en esta nueva era en la que nuestra voz puede llegar potencialmente a la totalidad de la raza humana, las audiencias se van fragmentando y especializando cada vez más. Volvemos a los tiempos en que un poema tenía éxito si lograba trescientos lectores.

En realidad no hacen falta más. Vuelve la «inmensa minoría».

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Y hablando de talentos, ved esta maravilla que alguien ha editado para todos nosotros. Un resumen de la historia del cine a través de los primeros planos de sus estrellas femeninas. (También sirve como juego para comprobar tu agilidad mental:prueba a decir el nombre de las que te sepas según vayan saliendo y transformándose en la siguiente).

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