Miguel Pérez de Lema
Un país donde la mitad de los jóvenes no pueden trabajar y la mitad de los niños están la borde o inmersos en el hambre. Y donde los adultos no somos capaces de ponernos mínimamente de acuerdo para darle «dos tratos de cuerda» a todos los que nos han saqueado/asqueado hasta el agotamiento/agostamiento.
Porque no son sólo ellos, los hijosdeputaladrones quienes deben purgar sus crímenes. Es demasiado cómodo no hacer nada, día tras día, mientras nuestro país se degrada y se envilece y se pudre, y saber que abusa hasta el delirio de los más débiles e indefensos, y seguir adelante, seguir ocultándonos en un vago sentimiento de conformidad. En mayor o menor medida, tú y yo, por acción o por omisión, también somos culpables.
Y lo hemos de pagar muy caro.