por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: vancouversun
-¿Y tú qué tal vas? ¿Notas más movimiento?
Ya nadie se atreve a hacer predicciones. Pero son muchos los que dudan antes de contestar. Los que suspiran profundamente para no pensar en cómo vivían antes. Y algunos acaban dando su brazo a torcer.
– Nnnnnnooooeeeeeiiiiiiiiinnnnnnn…-regañadientean- Puede que algo… un poquitín… parece, PARECE ¿EH?, que casi… podríamos… decir que sí. Que un pelín, UN PELÍN ¿EH? más de movimiento sí que hay.
Hemos perdido mucho, y nos comportamos como si ilusionarse estuviera prohibido. Como si nos hubiéramos arrancado las expectativas con nuestros propios dientes para evitar otra multa, otro impuesto, otro golpe. Hemos comprendido nuestra poca importancia y nos hemos vuelto tan escépticos, que cuando por fin quitan el cartel de “se alquila” del local de enfrente, pensamos: “A ver si el nuevo llega al verano”.
Pero en el fondo, por muy gravada que esté y por mucho que la arranquemos, la ilusión siempre vuelve a latir. Y, en realidad, cuando vemos que quitan el cartel de “Se alquila”, cruzamos los dedos para que el nuevo haya tenido una buena idea y esté dispuesto a luchar.