por Marisol Oviaño
Cuando llegué el otro día a la trinchera proscrita, me encontré con que una bovedilla se había soltado del forjado, había atravesado el techo técnico y había ido a caer en mi sitio. Dicen que a quien madruga Dios le ayuda, pero probablemente mi costumbre de no abrir antes de las diez y media me ha salvado de una buena. Cuando menos, de un amago de infarto.
El edificio fue construido en aquella época en la que muchos promotores sólo eran especuladores que no sentían el menor interés por la construcción, aficionados que se dedicaban a vender sobre plano, coger el dinero y salir corriendo. José, el albañil que soluciona los problemas de la comunidad de vecinos, vino a revisar el estado de las demás bovedillas –tuvo que quitar unas cuantas que también estaban a punto de caerse- y me explicó que han empezado a reventar porque cuando construyeron no dejaron holgura para las dilataciones.
Esa es la explicación, llamémosla científica; suficiente para cualquiera que crea en el azar. Pero no para mí. Paso muchas horas al día en la trinchera, ¿por qué el ladrillaco cayó justo cuando yo no estaba? ¿Cuál es el mensaje oculto?
Desde luego no es “no dejes para mañana lo que puedas vivir hoy”, porque vivo cada día como si fuera el último, yo ya sé que estamos vivos de milagro. Y gracias al salvaje entrenamiento al que me vi sometida durante la infancia de mis hijos, tengo la muerte muy presente todos y cada uno de los días de mi vida. Así que los tiros no van por ahí.
He dejado hace poco de fumar ¿está la Divina Providencia mandándome señales para que vuelva a ir por el estanco? Hasta hace unos meses, cuando alguien quería asustarme hablándome de enfisema y cáncer de pulmón, yo me encogía de hombros.
– También puede atropellarme un autobús o caerme encima una maceta.
– Pero ¿cuánta gente conoces que muera por eso? –me contestaba indignado el ángel salvador de turno- Hay poquísimas probabilidades de que eso suceda.
Pues parece que hay bastantes más de las que creían.
Sin embargo, me costaba creer que el Uno y Trino fuera a tomarse tantas molestias sólo para que yo volviera a fumar; debía tratarse de otra cosa. Quizá de algo relacionado con mis hijos: fue en ellos en lo primero que pensé cuando vi dónde había caído la bovedilla. Se me pone la carne de gallina al imaginarlos a la hora de comer esperándome en casa, llamándome al fijo y al móvil, dando por hecho que me habría ido a tomar una caña con alguien y que, como siempre, llevaba el teléfono en el bolso y no lo oía…
Sí, seguramente el mensaje tendría que ver con ellos. Y con mi carrera literaria: tanto escribir, tanto escribir y ¿para qué? ¿Qué les quedaría a mis hijos si yo muriera de repente? Un libro físico –un experimento- publicado con seudónimo, varios libros inéditos que no me he preocupado de publicar, ni siquiera de ordenar o imprimir; y cientos, quizá miles, de artículos publicados en la red. Así que, después de darle muchas vueltas, he llegado a la conclusión de que la Sinergia Universal quiere que ponga en orden todo el material que he escrito a lo largo de estos últimos diez años, en los que he escrito a destajo con la determinación de un enfermo mental.
Por lo que pueda pasar.
8 respuestas a «EStamos vivos de milagro»
A veces las cosas pasan por que pasan, (eh, que no pretendo quitarle misticismo al asunto), de hecho creo que todos estamos aquí por una serie de circunstancias fortuitas concatenadas. El propio universo, según los astrónomos, surgió de una chispa que saltó de pura coña, y mira la que se lió (bueno, seguro que ahora me lee algun astrofísico y me funde).
Yo mismo fluctúo entre momentos de misticismo y espiritualidad a flor de piel en el que parece que todo encaja y todo responde a un propósito, y otros en los que me siento (como diría el Gran Lebowsky) de lo más nihilista y no me creo nada.
De hecho cada vez creo menos en Dios y en esas cosas (ojo, que he escrito su nombre con mayúsculas), ni en los espíritus, ni en Carlos Jesús (y su Cristopher/Micael), ni en nada que no sea palpable o visible en alguno de sus estados físicos. Y lo envidio. Envidio profunda (y secretamente) a la gente que cree, que va a misa los Domingos, se confiesa y comulga con cualquier tipo de credo. Esa expresión de felicidad cuando hablan acerca de su fe, de como Dios se ha presentado en su vida por medio de algún tipo de vivencia… (Tostadas con siluetas, Jamones, pajaritos a Nicolas Maduro)… no se, a veces pienso que ójala me pasara a mi algo así, lo pienso hasta que alguno de mis hijos viene a contarme algo de lo que han dado en la clase de religión del cole, y vuelve a salirme la vena racional (pero me estoy yendo por los cerros de Úbeda).
Marisol, ¿has pensado en que, si hubieses estado en el momento que cayó el ladrillo, a lo mejor estabas en el baño?, ¿o tomando cafe?, ¿por que subestimas el poder de absorción de impactos de tu cabeza? nuestras cabezas son más duras de lo que creemos.
Está bien, de vez en cuando refrescar la conciencia de lo etéreo de nuestro ser y el frágil equilibrio que supone seguir vivos, si, es un milagro.
Sigue así, lo estas haciendo muy bien.
Estarás de acuerdo conmigo es que es mucho más divertido buscarle un significado oculto a las cosas que encogerse de hombros y decir «huy, qué mala suerte, se ha caído una bovedilla, voy a seguir con lo mío».
Soy escritora, es decir: tengo el vicio de convertir TODO en material susceptible de ser escrito. Si yo no le hubiera dado vueltas al tema «ladrillaco», tú no habrías tenido motivos para dejar tu reflexión; así que ya tenemos una razón por la que ha caído: para que nos comuniquemos 😉
JORGE FERNANDEZ DIAZ CONDECORA A LA VIRGEN
29/01/2014 | Por Redacción MSN
Los políticos del Partido Popular han adquirido la pintoresca costumbre de apelar a instancias sobrenaturales para pedir amparo sobre la recuperación económica y la reducción del desempleo. A veces, también les dan honores y condecoraciones, ante la mirada atónita de los defensores del laicismo. Jorge Fernández Díaz, por ejemplo, ha concedido este lunes -por segunda vez en su mandato- una medalla del mérito policial a la Virgen María. En concreto, a la advocación de Nuestra Señora María Santísima del Amor.
Otras veces, las referencias religiosas son tan solo muestras de nuestro acervo cultural. Pero las más llamativas levantan suspicacias entre los españoles, que prefieren políticos con una buena gestión a aquellos que nos recuerdan lo de aquel refrán: «Fíate de la Virgen y no corras».
La medalla concedida por Fernández Díaz es la máxima condecoración policial y reconocerá así a la ‘advocación mariana titular’ de la Real, Excelentísima, Muy Ilustre y Venerable Cofradía de Culto y Procesión de Nuestro Padre Jesús El Rico y María Santísima del Amor (un segundo, que tomemos aire). Esta cofradía malagueña, se resalta en la orden ministerial, ‘mantiene una estrecha colaboración, principalmente en actos celebrados durante la Semana Santa y con la que comparte una serie de valores como la dedicación, el desvelo, la solidaridad y el sacrificio’.
Pero no es la primera vez que la Virgen María se lleva una condecoración policial, pese a no haber sido vista nunca en ninguna redada, operación antidroga o control de carretera. Ya en septiembre de 2012, el Gobierno aprobó un Real Decreto por el que se concedía la Gran Cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil a la Virgen del Pilar. Este reconocimiento se hizo coincidiendo con el centenario del nombramiento de esta imagen religiosa como patrona del organismo.
¿Ves, Marisol? Esto no hay quien se lo crea,
vamos, no me jodas…
¿Alguien sabe cuanto reporta en términos monetarios ésta condecoración? ¿no habrá algún maderillo que se haya partido los morros tirándose a la vía a salvar a algún pobre ciudadano, y se la merezca más? ¿o que se haya frito los pulmones al sacar a alguien de algún incendio?, no, a la virgen, que vela por todos ¿no?, venga, hombre, ráscate el bolsillo y llévale unas flores si quieres, o le enciendes una velita en tu casa, pero dale la medalla a quien se la merezca.
Me parece demencial, ¿que piensa la Policía de esto?, además de sufrir los recortes como todos los trabajadores públicos (no solo de sueldo, cada vez incorporan menos efectivos en comparación a los que se jubilan cada año, pasando de Oposiciones de 5.000 a poco más de 100 plazas), también tienen que ver como, después de partirse el lomo, le dan medallas a personajes de ficción. ¿Por que no le dan una a Espinete?, yo personalmente me siento más identificado con los valores que promulgaba Barrio Sésamo que los que transmite la «Virgen María del Sántisimo Amor» (si, mucho amor, pero sin follar, eso no puede ser bueno).
No puede ser que personas con tanta limitación (ideológica, de credo o de lo que sea) ocupen cargos de poder, considero que debería ser incompatible, debería existir algún tipo de control, o de examen de capacitación, para formar parte de cualquiera de los tres poderes (Legislativo, Ejecutivo o Judicial).
Joder, que para ser un funcionario de MIERDA (en cuanto a poder, no calidad) te piden carrera, idiomas y en casos hasta experiencia, y sin embargo, cualquiera puede ser ministro, o Presidente del Gobierno. Esto tiene que cambiar.
Completamente de acuerdo respecto a lo la medallita de la Virgen -aunque no entiendo porque «-» ha colgado ese comentario en mi post, en cualquiera de los de Miguel habría encajado mejor-.
Por lo visto no es la primera vez que Fernández Díaz lo hace, ya antes condecoró a la Virgen del Pilar con la Gran Cruz de la Guardia Civil.
Personalmente, los meapilas me parecen hombres exentos de virilidad y éste, en concreto, me parece un enfermo mental. Un Ministro debería guardar su fervor religioso para la intimidad, pues está trabajando para todos los españoles, los que comulgan con su credo y los que se sienten ofendidos por él.
Hablando de la Muerte, su implacable guadaña acaba de romper el corazón del Gran Maestro de la guitarra Paco de Lucía. Pero su espíritu permanecerá vivo gracias a su ingente legado musical que lo ha hecho INMORTAL.
¡Adiós Maestro!
Acaba de llegar a mis manos un artículo que habla del metabolismo de cada especie. Por lo visto cuanto más pequeño es un animal, más rapido es su metabolismo y antes se agota y muere. A un colibrí el corazón le late 800 veces por minuto y vive apenas unos pocos años, mientras que una tortuga marina puede bajar sus pulsaciones a 4 o 5 por minuto y vive más de 100. De echo hay incluso una fórmula que se utiliza para dosificar los medicamentos en relación al tamaño. Un ser humano tiene unos 80 latidos por minuto de media, 4800 por hora, 115.200 al día, 42.048.000 al año y si vive una media de 80 años habrá palpitado la increible cifra de 3.363.840.000 de veces. A lo que voy es que hay quien a intentado llegar más lejos y se ha sacado la teoría de que cada ser vivo nace con un determinado número de latidos contados a lo largo de su vida que está escrito en sus genes y cuando se acaba su cuenta atrás, se muere. Yo a esa teoría me apunto, pero voy más lejos porque incluyo los posibles accidentes, los suicidios, la mala vida y los asesinatos. Algo o alguien nos fija la cifra al nacer dando comienzo a la cuenta atrás, hagas lo que hagas se cumplirá esa cifra, tanto si te mata un cáncer de pulmòn como si te atropella un camión la cifra se cumplirá porque ya lo había descontado. Por eso Marisol ese ladrillo no podía causarte nunca la muerte, a no ser que tu cuenta se hubiera acabado. La duda: ¿Quién o qué fija ese número que nos marca de por vida? ¿Se podrá manipular?
Si sabes un poco de informática, sí.