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Abandonad toda esperanza: Kaczynski tenía razón

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Miguel Pérez de Lema

En las próximas dos décadas desaparecerá la mitad (el 47%, más concretamente) de los empleos en Estados Unidos, y serán sustituidos por máquinas. Es la conclusión del informe «THE FUTURE OF EMPLOYMENT: HOW SUSCEPTIBLE ARE JOBS TO COMPUTERISATION?», de los investigadores de la Universidad de Oxford Carl Benedikt Frey y Michael A. Osborne.

Esta tendencia se producirá de forma similar en todos los países desarrollados e industrializados.

En el estudio se han evaluado las probabilidades de 702 ocupaciones distintas de sobrevivir a la competencia con el desarrollo tecnológico. Según el estudio sólo un tercio de las habilidades (dirección, educación, ingeniería, salud, y algunos servicios) tienen una baja probabilidad de ser computerizadas. Para todas las demás, la probabilidad es  alta o muy alta.

Se abren dos posibilidades. Un futuro en el que las cosas evolucionen por sí mismas y media humanidad inempleable trate de sobrevivir en condiciones de depresión moral y miseria material, o bien un futuro en el que la mano del hombre ponga en marcha políticas que impidan la primera posibilidad.

En el segundo escenario, deduzco también dos posibilidades: destrucción selectiva de las máquinas, o destrucción de los humanos sobrantes.

Si alguien tiene interés en dedicar este fin de semana a comprender cómo será el fin del mundo, le remitimos a estos dos simpáticos enlaces:

1. El citado informe: «THE FUTURE OF EMPLOYMENT: HOW SUSCEPTIBLE ARE JOBS TO COMPUTERISATION?»

2. Y el manifiesto «LA SOCIEDAD INDUSTRIAL Y SU FUTURO», de Ted Kaczynski, publicado en 1995, en el que el activista neoludita advertía de la inevitable tendencia hacia el enfrentamiento entre la tecnología y la humanidad.

 

Que ustedes lo disfruten

6 respuestas a «Abandonad toda esperanza: Kaczynski tenía razón»

Entonces en España podemos estar tranquilos ¿no?: «Esta tendencia se producirá de forma similar en todos los países desarrollados e industrializados».

Humor negro aparte, sucedió lo mismo con la revolución industrial y, unas cuantas guerras después, aquí sigue el género humano. Yo veo varias opciones:
– Que las máquinas paguen impuestos como cualquier trabajador
– Que se haga un genocidio selectivo
– Epidemias (provocadas), guerras, etc…
– Que el trabajo deje de servir para ganarse la vida y se instruya un salario social para todo el mundo
– Revueltas sociales
– Sociedad del ocio (pagado por el trabajo de las máquinas)
Puede pasar cualquier cosa.

Y también tengo varias preguntas:
¿De dónde saldrá la energía para todas esas máquinas?
¿Quién comprará lo que fabriquen esas máquinas si la mitad de la población no tiene ingresos?

Sobre tu pregunta de la energía no tengo repuesta, aunque en 20 años habrá grandes avances en eficiencia y extensión de las renovables (pilas de combustible, eólica offshore, geotermia y quizá la fusión fría).

En cuanto a la segunda pregunta, te aseguro que no hay ningún problema en fabricar para la mitad que sí tiene ingresos. De hecho el proceso ya ha comenzado en nuestro país ¿no?

Ahora mismo podría pasar cualquier cosa.
Hoy me he quedado de palo cuando he oído en la tele que el PSOE quiere que se prohíba que se corte la luz, el agua y el gas a la gente con menos recursos. Que suele ser, qué casualidad, la que más difícil tendría entender el carajal en el que nos han metido las puertas giratorias entre política y energéticas. «Abuela, si votas al PSOE ya no tendrás que pagar los recibos». Vamos, hasta yo me siento tentada de votar a quien lleve eso en su programa.

Es como si a mi prometieran por ley que en la gasolinera no pueden negarse a llenarme el depósito sólo porque no tenga dinero para pagarlo.

Aquí nadie tiene planes serios para solucionar el problema de la energía y los precios dislocados que pagamos por ella -casi todo impuestos-, sólo tienen ocurrencias. Tanto unos como otros.

Al PP se le ha ocurrido que, si tienes una placa solar, la policía pueda entrar en tu casa sin orden judicial para comprobar si viertes energía a la red. Y ojo, que si tienes una placa ilegal, te amenazan con una multa de ¡60 millones de euros!

Y no tardarán mucho en poner impuestos a la leña y a las chimeneas. Y a las aceras. Y al paisaje, y al sonido del viento.
Y entonces votaremos al que nos prometa una burbuja segura y un cuenco de arroz tres veces al día.

Así que, qué quieres que te diga, casi estoy deseando que llegue la tiranía de las máquinas.

La noticia positiva de hoy en el Telediario de la 1:
Dicen que en Perú hay 2 millones de niños trabajando para ayudar a sus familias, 50.000 de ellos en las minas. Entrevistan a un adulto que lo hacía desde los 4 años.
Entrevistan al representante de la Agencia de Cooperación Española que habla de
inversiones de dicha agencia para erradicar el trabajo infantil.
La buena noticia: en una mina han instalado una máquina que realiza el trabajo que antes hacían los niños, consiguiendo aumentar la productividad.
Imágenes de niños jugando en un patio escolar mientras la voz en off habla de nuevas oprtunidades para el ocio y la educación de la infancia.
No dicen de quien es la mina ni cómo el aumento de su productividad, gracias a nuestros impuestos, redunda en la economía de las familias pobres hasta el punto de que puedan envíar a sus hijos al colegio en vez de a la mina.

«LOS PROFESIONALES SERÁN LOS NUEVOS POBRES»
«Esto parece ingeniería social»: por qué hay poco trabajo y tan mal pagado

Esteban HernándezEnviar correo a Esteban Hernández 15/11/2013 (06:00) 22
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Hemos entrado en una nueva era del trabajo, en un nuevo modelo (un new normal) que está reconfigurando el mapa de trabajos y ocupaciones que se demandan y cuya verdadera dimensión veremos en los próximos años. Para desgracia nuestra, según asegura el informe realizado por el think tank Resolution Foundation y por la London School of Economics, donde se muestra cómo desde el inicio de la crisis han crecido los trabajos de alta cualificación y los que requieren escasa formación pero han desaparecido con preocupante rapidez los situados en el estrato medio.

El estudio, titulado ¿Una crisis polarizante? señala cómo el Reino Unido se dirige hacia un mercado del empleo que únicamente tendrá dos niveles, con una parte superior de la escala laboral, la de la alta gestión, la consultoría y el trabajo de alta cualificación que está creciendo un 16% desde el inicio de la crisis, y un sector inferior, el de los servicios y hostelería, que ha aumentado un 17% en ese mismo periodo.

Las industrias que ofrecen bajos salarios han aumentado considerablemente en los últimos años
El informe señala cómo los empleadores han aprovechado la crisis para que los trabajadores cuyas tareas no son rutinarias (y que por tanto precisan de formación) hayan aceptado rebajas en sus salarios y han despedido a aquellos empleados cuyas tareas se podían automatizar de forma sencilla. Subraya a además las fuerzas cíclicas que están transformando estructuralmente el mercado de trabajo, de forma que sectores antes pujantes, como la construcción, están dejando paso a la salud, la asistencia social y las actividades económicas como principales motores del empleo.

Sin embargo, esos sectores que están creciendo y que implican labores no rutinarias, caso del cuidado de ancianos, han ido acompañados de un descenso en las retribuciones. Por el contrario, los sectores cuyas tareas son repetitivas,como es el trabajo de secretaría, que se han llevado la peor parte de la caída en el empleo, apenas han variado en sus retribuciones (en aquellos casos que han logrado sobrevivir).

Un nuevo panorama industrial

En cuanto al mercado laboral estadounidense, que también es analizado en el informe, las conclusiones son aún más negativas, ya que la polarización es mayor incluso que la del Reino Unido. Las industrias que ofrecen bajos salarios han aumentado considerablemente en los últimos años, y son cinco de los seis sectores que peores retribuciones ofrecen a sus trabajadores los que mayor empleo han ofertado entre 2008 y 2012. El tercio inferior en cuanto a salario de la pirámide laboral creció en 1,9 millones de 2008 a 2012 y el tercio de más alta cualificación aumentó en 409.000 empleados, mientras las industrias del estrato salarial intermedio perdieron 4,4 millones de puestos de trabajo.

La desaparición de esos puestos de trabajo no ha generado nuevos espacios de ocupación, sino que ha supuesto la sobrecarga de tareas
Esa tendencia, que no es fruto de una situación coyuntural sino de un cambio de rumbo, está afectando especialmente a ese sector que necesitaba de situaciones estables, trayectorias laborales sin sobresaltos y de situaciones sociales que permitían acumular lo conseguido, como era la clase media. Y es también esa tendencia la causante de que haya menos empleos y de que los existentes estén peor pagados. En el primer sentido, porque la desaparición de esos puestos de trabajo no ha generado nuevos espacios de ocupación, sino que ha supuesto la sobrecarga de tareas: como señala Luis Enrique Alonso, catedrático de sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, «lo que esos empleados realizaban es asumido ahora por sus superiores o por los que estaban situados en los escalones más bajos de la pirámide laboral, de forma que se poseen más funciones aunque eso no repercuta en el salario».

Como segundo aspecto, en la medida en que las ocupaciones medias pierden peso, los salarios también se dualizan: dado que la mayoría de los empleados están menos formados, porque la cualificación no es necesaria, es posible pagarles menos, sobre todo en un contexto de paro. Como señala Alonso, “gran parte de los trabajos manuales requerían cualificaciones medias, que al ser mecanizados, pasan a ser innecesarios. Lo único que necesitas es alguien que atienda las necesidades de la máquina o del sistema informático”. Y eso es bastante más barato.

España y sus clases medias

Esa situación, asegura Alonso, “es aún peor en España, ya que la desaparición de los trabajos de cualificación intermedia, habitual en todo Occidente, se agudiza cuando hay una fuerte desindustrialización, como es nuestro caso. De manera que tendremos una economía de hotel, con gestores por la parte de arriba y limpiadores y camareros por abajo”.

La clase media, el estrato que proveía de estabilidad a nuestras sociedades, desaparecerá
Y el futuro aparece aún más oscuro para las clases medias en la medida en que hablamos de una tendencia que se va a disparar, como aseguran numerosas voces del entorno de la tecnología y de los negocios. Algo en lo que coincide Alan Milburn, exparlamentario, ex ministro de sanidad y actual «zar» de la Comisión de la Movilidad Social británica, quien ha señalado que “los trabajadores de cuello blanco se convertirán en los nuevos pobres, ya que sus trabajos van a ser sustituidos por ordenadores”.

Como resultado, “los hijos de familias de clase media están en riesgo de ser excluidos de la medicina, el derecho y el periodismo por una élite social que está aplicando algo que tiene todas las características de la ingeniería social».

Esa división entre el empleo de alto valor añadido, escaso y deseado, y el low cost, sostenido por grandes masas de empleados cuyos salarios irán en descenso, y que no siempre superarán el nivel de subsistencia parece que será el new normal de Occidente. En el caso español, todavía peor. Ese es un reto notable, y no sólo de orden económico. La clase media, el estrato que proveía de estabilidad a nuestras sociedades, y que se alimentaba de empleos regulares y estables, tenderá a desaparecer, como señala Milburn, si esta tendencia continúa su progresión, lo cual traería consigo un nuevo mapa político y social cuyas novedades sólo estamos empezando a percibir. Nos adentraríamos en lo desconocido…

http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2013-11-15/esto-parece-ingenieria-social-por-que-hay-poco-trabajo-y-tan-mal-pagado_54646/

Me temo la pauperización y desaparición de la clase media no es un fenoméno desconocido, y tiene consecuencias muy desagradables para el conjunto de la sociedad

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