por Marisol Oviaño
Reunión del núcleo duro proscrito.
Comimos en casa de el hombre en la sombra, que puso el entorno y la materia prima, Miguel trajo el vino y yo hice una paella de pollo ¡con arroz largo!
Llevamos más de diez años quedando para comer, muchos matrimonios no duran tanto. En mayor o menor medida, cada uno de nosotros forma parte de la biografía de los otros. Nuestras circunstancias personales y económicas han ido cambiando a lo largo del tiempo, en ocasiones hemos tenido puntos de vista enfrentados que parecían irreconciliables; pero ni siquiera la crisis ha impedido que sigamos creciendo juntos.
Al contrario.
De las últimas reuniones todos hemos salido con el convencimiento de que luchando con nuestra estrategia se sale del Bosque de Sherwood.
Cuando seamos viejos (los que lleguen) y tengamos que hacer lo que diga la nuera o el asistente social, recordaremos con nostalgia estos días. Y contaremos a nuestros nietos en voz baja: “Yo formé parte del núcleo duro de Proscritos».