Por Antonio Santos
Fotografía en contexto original: amorlomasdulce
“Porque quieren saber si al final se casan”. Este parece ser el chiste que ha inspirado a E.L.James, para escribir “Cincuenta sombras de Grey”, el gran éxito editorial con mas de 37 millones de copias vendidas en medio mundo.
No soy muy de best seller, pero me obligué a mi mismo a leerlo (sólo la primera entrega) para tener opinión propia sobre el llamado porno romántico para amas de casa que está resultando un fenómeno social.
Con un lenguaje y una estructura para lectores de encefalograma plano, la historia es una nueva versión del romance del príncipe azul y la humilde doncella.
El “príncipe” es un magnate que a sus ¡veintiocho años! ha creado de la nada un emporio de la industria alimenticia, es guapo y elegante como un top model, sexualmente activo y dotado cual estrella de porno y en vez de caballo pilota su propio helicóptero y una colección de coches de lujo.
La doncella es universitaria recién graduada, insegura y ¡virgen! La novedad es que el príncipe en vez de azul es gris (Grey) tirando a oscuro: debido a un trauma infantil, tras su irresistible sonrisa se oculta un sicópata cuyas relaciones con las mujeres son de amo sádico. En la primera cita le dice a la doncella “yo no hago el amor, yo follo duro”.
A partir de ahí, las escenas románticas acaban en porno (no tan duro).
La universitaria se debate entre su educación pseudo-liberal postfeminista y la fascinación que descubre por la transgresión sado-masoquista. Llega a la conclusión de que él está enfermo y ella lo curará con su amor romántico. Mientras, se somete como esclava, firmando incluso un contrato con su amo.
Como obra literaria me parece un burdo folletín, pero su éxito mundial entre un público casi exclusivamente femenino me hace preguntarme:
¿Es la constatación de un inconfesable o subconsciente deseo de la mujer de ser dominada por el hombre? ¿ó de un componente masoquista en el eterno femenino?
¿de la decadencia del hombre occidental y el advenimiento del macho islámico?
¿del fracaso del ideario del lobby feminista? ¿apología de la violencia-ligth de género? ¿un super producto de marqueting?
Agradecería opiniones y respuestas de los lectores y, sobre todo, lectoras que hayan leido el libro.
2 respuestas a «¿Por qué las mujeres ven las películas porno hasta el fin?»
No he leído el libro pero una amiga mía si, y para colmo le ha gustado. Asi que creo que entre muchas razones de por qué gusta, creo que es porque antes no han leído nada de nada. O nada que les de referencias para formarse un criterio. Yo por si acaso le he recomendado leerJustine y el amante de lady Chatterley, por si le apetce formarse criterio propio
Me da a mí que por aquí pocos lectores de bestsellers vas a encontrar.
Yo, personalmente, nunca he visto una porno más de quince o veinte minutos.
En esto de la dominación habría mucha tela que cortar.
La mujer puede tener la fantasía de un hombre fuerte que la someta, pero una mujer que consigue que su dominador vuelva siempre a ella, acaba siendo la dominadora. (y lo mismo sucedería a la inversa).