Necesitamos un cambio

por Marisol Oviaño

Proscritos y yo necesitamos un cambio, surcar los mares en estas condiciones es agotador.

Cada vez que se nos ocurre una ruta nueva, nuestros barcos nos traicionan. La flota proscrita está obsoleta y resulta muy cara de mantener, y nosotros somos tan pobres que hemos perdido dos de las barcazas que generaban algún ingreso porque no teníamos dinero para barniz. Los parásitos (rumanos, lo siento Robert) han acabado invadiendo la editorial y los talleres online. Limpiar y calafatear cuestan un dinero que, ahora mismo, no tenemos.

Hace mucho tiempo que dejamos atrás el punto de no retorno, rendirse no es una opción. Nunca lo ha sido. Y mucho menos ahora, que tenemos la piel cosida a cicatrices y somos expertos navegantes. Ahora sabemos que un retraso, una contrariedad, una debacle nos hundirá en la miseria dos días. Y al tercero, nos remangaremos (el tercer día resucitó).

“Cuando te pase algo malo, no te preguntes por qué a ti, sino para qué”.Esa era la frase con la que tenían que trabajar mis alumnos adolescentes esta semana. Y una lo había resumido en una sola frase: “He sacado muy mala nota en el examen de lengua. ¿Para qué? Para que estudie más”.

Y he hecho lo mismo que ella, aplicar la fórmula a mi caso: “Los barcos se me hunden justo cuando acabamos de soltar amarras. ¿Para qué? Para que renueves la flota”.

Pues eso.
Que Proscritos y yo necesitamos un cambio.
No tenemos el contante que hace falta. Pero tenemos el trabajo de siembra que hemos realizado todos estos años, talento y amigos.
Dios/ella/it proveerá.
Seguiremos informando.