Miguel Pérez de Lema
Lo veo cada día. La gente real, el vecindario, el currísimo, el tipo de la puerta de al lado, están todos muy por encima de esos chupasangres que nos han copado. La buena gente, la industriosa gente, va a lo suyo, a su labor, a sus problemas, y son los zánganos quienes se aprovechan. No valen para otra cosa y se les tolera mientras sobra miel en la colmena.
Hay en España abierta ya una brecha clara e insalvable entre la buena gente, y los que se han hecho los imprescindibles, siendo completamente accesorios, y se ofrecen para «administrarnos». Para servirnos. Como nos pillan trabajando, o cuidando a un familiar enfermo, o educando a nuestros hijos sin ayuda alguna, no tenemos tiempo de nada y les dejamos hacer. Que no molesten por lo menos. Pero ahora que nos han arruinado, la buena gente se ha puesto a echar las cuentas y a avisar a los vecinos de que el contable nos está robando.
Lo cual que he encontrado la página de un ciudadano llamado Pablo González Santamaría, que escribe el blog dinerospublicos , y se dedica con tesón de hormiguita a informar de «Lo que NO leemos en los Boletines y Publicaciones Oficiales españolas».
De lo que no estoy tan seguro es de recomendar su lectura. Porque duele.
Duele mucho.
Bola Extra.
Unas risas contextuales para pasar el trago. Este vídeo lo he encontrado en otra página muy recomendable y combativa, de la que pronto nos ocuparemos.
http://youtu.be/Lgi2_KdN4to