Los catalanes lo plantearon como el partido de la independencia.
Al Real Madrid, que nunca habla de política, le tocó asumir el papel de español.
Los goles los metieron un argentino –que aunque se ha criado en la Masía habla como si acabara de aterrizar de Argentina, síntoma de que el muchacho muy integrado en la sociedad catalana no está, ¡si hasta yo que soy de Madrit, vuelvo con acento catalán en cuanto estoy unas horas en Barcelona!- y un portugués que no tiene más patria que el espejo.
Cuando las hostias empiecen, ninguno de los dos estará ya aquí.
Una respuesta a «Fútbol, mercenarios y nacionalismos»
Lo del espejo. Es bueno.