Categorías
General Voces de la España profunda

El minuto de gloria del coronel Francisco Alamán Castro

http://youtu.be/kkcygG2pJu8

Miguel Pérez de Lema

Reproducimos íntegramente la entrevista publicada en el diario Alerta Digital, por su excepcional singularidad. Esto, señora, no supone suscribir ni refutar ninguna de las opiniones del militar. Que cada palo aguante su vela, señora. Se trata más bien de compartir con nuestros parroquianos una pieza única de iberismo, que excita como pocas las glándulas del humor, el estupor, la tristeza, el miedo y la reflexión, en la que se manejan expresiones y actitudes que parecían perdidas para siempre en de la fiesta de la Transición, y que quizá son la prueba de que España no hace sino dar vueltas sobre sí misma, como un perro antes de acostarse.

Está la cosa regular.

La independencia de Cataluña por encima de mi cadáver

—————————-
-Coronel, ¿cómo está viendo los últimos acontecimientos que protagonizan los soberanistas catalanes?
Con preocupación no exenta de indignación y rabia. El estado comatoso de nuestra patria les mete en el papel de buitres carroñeros a la espera de nuestra defunción. Desde aquí les digo que acabar con 1500 años de historia no les va a resultar tarea nada fácil. España no es Yugoslavia ni Bélgica. La nuestra no es una nación cualquiera y sí una de los más importantes que ha dado la historia de la humanidad. Sin España, el mundo que conocemos no sería el que es. Esta nación ha sido la cuna de algunas de las personalidades más importantes de todos los tiempos. La historia de España está llena de gestos de una heroicidad suprema, casi siempre temeraria. Un general alemán dijo que el mejor ejército del mundo sería la suma de la disciplina de los alemanes y el valor de los españoles. No, no lo tendrán fácil. Aunque el león parezca dormido, que no provoquen demasiado al león, porque ya ha dado pruebas sobradas de su ferocidad a lo largo de los siglos. Esa gavilla es muy poca cosa si se le planta cara.

-¿Contempla usted la independencia de Cataluña en el horizonte de esta vieja nación?
¿La independencia de Cataluña? Por encima de mi cadáver y el de muchos. Los militares hicimos un juramento sagrado: cumplir el ordenamiento constitucional que consagra la unidad de España como principio irrenunciable. También juramos defender su integridad territorial hasta con nuestras propias vidas. Tenemos algo que esa gente nunca tendrá: sentido del honor y sentido del deber.

-¿Por qué hemos llegado a esta situación?
Los redactores del texto constitucional apostaron por un modelo autonómico sin establecer los límites que no deberían haber sido rebasados sin que el Estado renunciara a su propia esencia. Hay pueblos y comarcas de Cataluña y las Vascongadas donde no existe representante alguno del Estado, ni siquiera un modesto funcionario. La barbaridad se puede visualizar cuando uno recorre en coche los 650 kilómetros que separan a Galicia de Navarra. Durante ese recorrido, el automovilista tendrá que pasar nada menos que por cinco comunidades controladas por cinco gobiernos autonómicos. ¿En qué país del mundo ocurre esto? El territorio de Texas es dos veces el tamaño de España y existe una sóla cámara legislativa para todo el estado. Al coste económico que las autonomías están suponiendo hay que unirle su conversión en un factor de tensiones políticas y desequilibrios territoriales.

-Los nacionalistas dicen que no se puede ir contra la voluntad de los pueblos…
Decir que los catalanes o los vascos han sido siempre nacionalistas es una soberana mentira que, a base de ser repetida, algunos se la han teminado creyendo. Desde los colegios, los medios informativos y la propia presión social se ha inducido a muchos catalanes a que sean nacionalistas y antiespáñoles. La base apriorística del nacionalismo catalán no es otra que el odio a España. Me rebelo ante la afirmación de que los catalanes han sido siempre nacionalistas. Mire usted, en la Academia General de Zaragoza, cuando nos preparábamos para salir de tenientes, el porcentaje mayor de alumnos de mi promoción eran baleares y catalanes.
Los catalanes voluntarios que hicieron la guerra en el bando nacional fueron muy superiores en número a los que defendieron la república. La división azul tuvo a casi 500 voluntarios de aquella región.
En vida de JoséAntonio, la Falange llegó a reclutar a más militantes en Barcelona que en Madrid. Hasta 17 ministros catalanes estuvieron a las órdenes de Franco, además de un sinúmero de altos cargos, desde gobernadores civiles a procuradores en Cortes.
Las visitas de Franco a Cataluña eran las más clamorosa y multitudinarias de cuantas llevaba a cabo por todo el territorio nacional. Un dato: Franco visitó oficialmente Cataluña en 24 ocasiones, mientras que Andalucía, con el doble de su tamaño, la visitó 18 veces. Por tanto, sostener que Cataluña ha sido siempre nacionalista o separatista es una burda manipulación de la verdad. La burguesía catalana que hoy abraza la causa nacionalista fue el sector más fervorosamente franquista que hubo en España. Incluso el sector del clero más comprometido con la Cruzada era de origen catalán.

-¿Es comparable la situación actual de España con la del 36?
La situación actual es muy parecida a la del 36, pero sin sangre. Por desgracia, los datos nos indican que la situación no hará sino empeorar en los próximos meses y años.

-¿Cuál debería ser el papel del Ejército ante un estallido social provocado por la crisis?
El ejército es y forma parte del pueblo. Estoy de acuerdo con la afirmación realizada recientemente por un coronel, creo que en Alerta Digital, donde decía que las fuerzas armadas debían estar al servicio de la patria y no ser lacaya de la casta que pretende destruirla. El Ejército español, en los momentos fatídicos de nuestra historia, siempre estuvo con el pueblo. Por supuesto, a mí me preocupa mucho más la situación económica de una sóla familia española que el futuro político de todo el Gobierno y de toda la oposición.

-Es llamativo que se esté acusando de involucionistas a quienes defienden la puesta en alza del artículo constitucional que habla de la unidad de España?
Suele ocurrir que los que más apelan en favor de algo suelen ser luego los más incumplidores. Pese a ser un texto difuso y ambiguo, la Constitución deja muy claro cuál deberá ser el papel del Ejército ante una situación como la que pretenden los separatistas catalanes. Y recuerdo que las fuerzas armadas no está al servicio de los políticos, sino de la patria, que no es otra cosa que la suma de todos los españoles en un propósito histórico común.

-El Ayuntamiento barcelonés de San Pere Torelló va todavía más lejos y aprobará una declaración unilateral de independencia la próxima semana. ¿Cómo debería actuarse?
Se trataría de un acto de traición tipificado claramente en el código penal español. Por lo tanto, si el Ayuntamiento de esa localidad aprueba esa barbaridad, se debería proceder a la inmediata detención tanto del alcalde como de los concejales que voten a favor de la propuesta. Como alguien apuntó, primero es la Ley, luego la jurisprudencia y despues los principios generales del derecho, que es a lo que algunos togados se aferran para dictar lo que a veces nadie comprende. Por ese orden. La ley está parta cumplirla y ellos para hacerla cumplir.

-Qué opina de la línea editorial de AD en este asunto?
De AD nunca podré decir nada malo. Armando Robles es la principal referencia informativa mía y de muchos de mis compañeros. AD representa un revulsivo de la conciencia nacional y debería ser patrimonio común de todos los patriotas españoles. Sin AD, el panorama de nuestra patria sería aún más sombrío de lo que ya es.

-¿Hay margen para el optimismo?
Hay margen para tener fe en el orgullo, el honor y el compromiso patriótico de millones de españoles que tal vez estén hoy sonnolientos, pero que ante la exigencia de defender España, no dudarían en ofrecer sus preciosas vidas. Los militares los primeros. Al menos todos los que yo conozco.

15 respuestas a «El minuto de gloria del coronel Francisco Alamán Castro»

Que gusto me da leer a este hombre. Me da mucho gusto ver que todavía quedan carcamales dispuestos a dar la sangre de otros en el nombre de la sacrosanta unión de la patria. Me da mucho gusto saber que hay unos pocos a los que les queda sangre en el cuerpo como para levantarse de la silla de ruedas y responder a las provocaciones. Y me da gusto porque en el fondo lo que se necesita es el conflicto, el enfrentamiento armado, el cuanto peor mejor. Es la única manera a mi entender de cambiar las cosas. Dos no se pelean si uno no quiere y en este caso parece que de los dos, por lo menos uno si que quiere. Que cuente conmigo.

A mí, sin embargo, cada día me pone más el tema de la independencia de Cataluña.
Es como estar casado con alguien que cada día te echara en cara que, si no te hubiera conocido, habría llegado muy lejos. Y al final, un día te levantas y, harto de sus recriminaciones, te dices: pues mira por donde voy a pedir el divorcio.

Siento verdadera curiosidad por saber qué tal funcionaría una Cataluña independiente.
A lo mejor tienen razón y sin España su país sería un paraíso y se convertiría en una de las mayores potencias económicas del mundo. Sólo por dejar de aguantar sus quejas, merecería la pena intentarlo.

Eso sí, que si independicen rapidito, a ser posible antes de que España les recate, que si no, así cualquiera.

Y si los españoles somos tan cojonudos como dice Alamán, no nos costaría mucho fabricar lo que ahora les compramos a los catalanes. Mataríamos dos pájaros de un tiro: los catalanes serían felices y en España se crearían muchos puestos de trabajo.

Falange Española
Puntos iniciales
F.E., 7 diciembre 1933

1. España

Falange Española cree resueltamente en España.
España no es un territorio.
Ni un agregado de hombres y mujeres;
España es, ante todo, una unidad de destino;
Una realidad histórica;
Una entidad, verdadera en sí misma, que supo cumplir -y aún tendrá que cumplir- misiones universales.

* * *

Por lo tanto España existe:
1° Como algo distinto a cada uno de los individuos, y de las clases y de los grupos que la integran.
2° Como algo superior a cada uno de esos individuos, clases y grupos, y aún al conjunto de todos ellos.

* * *

Luego España, que existe como realidad distinta y superior, ha de tener sus fines propios.
Son esos fines:
1° La permanencia en su unidad.
2° El resurgimiento de su vitalidad interna.
3° La participación, con voz preeminente, en las empresas espirituales del mundo.

2. Disgregaciones de España

Para cumplir esos fines España tropieza con un gran obstáculo: está dividida;
1° Por los separatismos locales.
2° Por las pugnas entre los partidos políticos.
3° Por la lucha de clases.

* * *

El separatismo ignora u olvida la realidad de España. Desconoce que España es, sobre todo, una gran unidad de destino.
Los separatistas se fijan en si hablan lengua propia, en si tienen características raciales propias, en si su comarca presenta clima propio o especial fisonomía topográfica.
Pero -habrá que repetirlo siempre- una nación no es una lengua, ni una raza, ni un territorio. Es una unidad de destino en lo universal.
Esa unidad de destino se llamó y se llama España.
Bajo el signo de España cumplieron su destino -unidos en lo universal- los pueblos que la integran.
Nada puede justificar que esa magnífica unidad, creadora de un mundo, se rompa.

* * *

Los partidos políticos ignoran la unidad de España porque la miran desde el punto de vista de un interés parcial.
Unos están a la derecha.
Otros están a la izquierda.
Situarse así ante España es ya desfigurar su verdad.
Es como mirarla con sólo el ojo izquierdo o con sólo el ojo derecho: de reojo.
Las cosas bellas y claras no se miran así, sino con los dos ojos sinceramente, de frente.
No desde un punto de vista parcial, de partido, que ya, por serlo, deforma lo que se mira.
Sino desde un punto de vista total, de Patria, que al abarcarla en su conjunto corrige nuestros defectos de visión.

* * *

La lucha de clases ignora la unidad de la Patria porque rompe la idea de la producción nacional como conjunto.
Los patronos se proponen, en estado de lucha, ganar más.
Los obreros también.
Y, alternativamente, se tiranizan.
En las épocas de crisis de trabajo, los patronos abusan de los obreros.
En las épocas de sobra de trabajo, o cuando las organizaciones obreras son muy fuertes, los obreros abusan de los patronos.
Ni los obreros ni los patronos se dan cuenta de esta verdad: unos y otros son cooperadores en la obra conjunta de la producción nacional.
No pensando en la producción nacional, sino en el interés o en la ambición de cada clase, acaban por destruirse y arruinarse patronos y obreros.

3. Camino de remedio

Si las luchas y la decadencia nos vienen de que se ha perdido la idea permanente de España, el remedio estará en restaurar esa idea.
Hay que volver a concebir a España como realidad existente por sí misma;
Superior a las diferencias entre los pueblos;
Y a las pugnas entre los partidos;
Y a la lucha de clases.
Quien no pierda de vista esa afirmación de la realidad superior de España, verá claros todos los problemas políticos.

4. El Estado

Algunos conciben al Estado como un simple mantenedor del orden; como un espectador de la vida nacional, que sólo toma parte en ella cuando el orden se perturba, pero que no cree resueltamente en ninguna idea determinada.
Otros aspiran a adueñarse del Estado para usarlo, incluso tiránicamente, como instrumento de los intereses de su grupo o de su clase.
Falange Española no quiere ninguna de las dos cosas: ni el Estado indiferente, mero policía, ni el Estado de clase o de grupo.
Quiere un Estado creyente en la realidad y en la misión superior de España;
Un Estado que, al servicio de esa idea, asigne a cada hombre, a cada clase y a cada grupo, sus tareas, sus derechos y sus sacrificios;
Un Estado de todos: es decir, que no se mueva sino por la consideración de esa idea permanente de España; nunca por sumisión al interés de una clase ni de un partido.

5. Supresión de los partidos políticos

Para que el Estado no pueda nunca ser de un partido, hay que acabar con los partidos políticos.
Los partidos políticos se producen como resultado de una organización política falsa: el régimen parlamentario.
En el Parlamento unos cuantos señores dicen representar a quienes los eligen. Pero la mayor parte de los electores no tienen nada de común con los elegidos: ni son de las mismas familias, ni de los mismos municipios, ni del mismo gremio.
Unos pedacitos de papel depositados cada dos o tres años en unas urnas, son la única relación entre el pueblo y los que dicen representarle.

* * *

Para que funcione esa máquina electoral, cada dos o tres años hay que agitar la vida de los pueblos de un modo febril.
Los candidatos vociferan, se injurian, prometen cosas imposibles.
Los bandos se exaltan, se increpan, se asesinan.
Los más feroces odios son azuzados en esos días. Nacen rencores que durarán acaso para siempre y harán imposible la vida en los pueblos.
Pero a los candidatos triunfantes ¿qué les importan los pueblos?
Ellos se van a la capital a brillar, a salir en los periódicos y a gastar su tiempo en discutir cosas complicadas, que los pueblos no entienden.
* * *

¿Para qué necesitan los pueblos de esos intermediarios políticos?
¿Por qué cada hombre, para intervenir en la vida de su nación, ha de afiliarse a un partido político, o votar las candidaturas de un partido político?
Todos nacemos en una familia.
Todos vivimos en un municipio.
Todos trabajamos en un oficio o profesión.
Pero nadie nace ni vive, naturalmente, en un partido político.
El partido político es una cosa artificial, que nos une a gentes de otros municipios y otros oficios, con los que no tenemos nada común, y nos separa de nuestros convecinos y de nuestros compañeros de trabajo, que es con quienes de veras convivimos.

* * *

Un Estado verdadero, como el que quiere Falange Española, no estará asentado sobre la falsedad de los partidos políticos, ni sobre el Parlamento que ellos engendran.
Estará asentado sobre las auténticas realidades vitales:
La familia;
El municipio;
El gremio o sindicato.
Así el nuevo Estado habrá de reconocer la integridad de la familia como unidad social; la autonomía del municipio como unidad territorial, y el sindicato, el gremio, la corporación, como bases auténticas de la organización total del Estado.

6. Superación de la lucha de clases

El nuevo Estado no se inhibirá cruelmente de la lucha por la vida que sostienen los hombres.
No dejará que cada clase se las arregle como pueda para librarse del yugo de la otra o para tiranizarla.
El nuevo Estado, por ser de todos, totalitario, considerará como fines propios los fines de cada uno de los grupos que lo integren, y velará, como por sí mismo, por los intereses de todos.
La riqueza tiene como primer destino mejorar las condiciones de vida de los más, no sacrificar a los más para lujo y regalo de los menos.
El trabajo es el mejor título de dignidad civil. Nada puede merecer más atención al Estado que la dignidad y el bienestar de los trabajadores.
Así considerará como primera obligación suya, cueste lo que cueste, proporcionar a todo hombre trabajo que le asegure no sólo el sustento, sino una vida digna y humana.
Eso no lo dará como limosna, sino como cumplimiento de un deber.

* * *

Por consecuencia, ni las ganancias del capital -hoy, a menudo, injustas- ni las tareas del trabajo, estarán determinadas por el interés o por el poder de la clase que en cada momento prevalezca, sino por el interés conjunto de la producción nacional y por el poder del Estado.
Las clases no tendrán que organizarse en pie de guerra para su propia defensa, porque podrán estar seguras de que el Estado velará sin titubeo por todos sus intereses justos.
Pero sí tendrán que organizarse en pie de paz los sindicatos y gremios, porque los sindicatos y los gremios, hoy alejados de la vida pública por la interposición artificial del Parlamento y de los partidos políticos, pasarán a ser órganos directos del Estado.

* * *

En resumen.
La actual situación de lucha considera a las clases como divididas en dos bandos, con diferentes y opuestos intereses.
El nuevo punto de vista considera a cuantos contribuyen a la producción como interesados en una misma gran empresa común.

7. El individuo

Falange Española considera al hombre como conjunto de un cuerpo y un alma; es decir, como capaz de un destino eterno; como portador de valores eternos.
Así pues, el máximo respeto se tributa a la dignidad humana, a la integridad del hombre y a su libertad.
Pero esta libertad profunda no autoriza a tirotear los fundamentos de la convivencia pública.
No puede permitirse que todo un pueblo sirva de campo de experimentación a la osadía o a la extravagancia de cualquier sujeto.
Para todos la libertad verdadera, que sólo se logra por quien forma parte de una nación fuerte y libre.
Para nadie la libertad de perturbar, de envenenar, de azuzar las pasiones, de socavar los cimientos de toda duradera organización política.
Estos fundamentos son: la autoridad, la jerarquía y el orden.

* * *

Si la integridad física del individuo es siempre sagrada, no es suficiente para darle una participación en la vida pública nacional.
La condición política del individuo sólo se justifica en cuanto cumple una función dentro de la vida nacional.
Sólo estarán exentos de tal deber los impedidos.
Pero los parásitos, los zánganos, los que aspiran a vivir como convidados a costa del esfuerzo de los demás, no merecerán la menor consideración del Estado nuevo.

8. Lo espiritual

Falange Española no puede considerar la vida como un mero juego de factores económicos. No acepta la interpretación materialista de la Historia.
Lo espiritual ha sido y es el resorte decisivo en la vida de los hombres y de los pueblos.

* * *

Aspecto preeminente de lo espiritual es lo religioso.
Ningún hombre puede dejar de formularse las eternas preguntas sobre la vida y la muerte, sobre la creación y el más allá.
A esas preguntas no se puede contestar con evasivas: hay que contestar con la afirmación o con la negación.
España contestó siempre con la afirmación católica.
La interpretación católica de la vida es, en primer lugar, la verdadera, pero es además, históricamente, la española.
Por su sentido de catolicidad, de universalidad, ganó España al mar y a la barbarie continentes desconocidos. Los ganó para incorporar a quienes los habitaban a una empresa universal de salvación.

* * *

Así, pues, toda reconstrucción de España ha de tener un sentido católico.
Esto no quiere decir que vayan a renacer las persecuciones contra quienes no lo sean. Los tiempos de las persecuciones religiosas han pasado;
Tampoco quiere decir que el Estado vaya a asumir directamente funciones religiosas que correspondan a la Iglesia;
Ni menos que vaya a tolerar intromisiones o maquinaciones de la Iglesia con daño posible para la dignidad del Estado o para la integridad nacional;
Quiere decir que el Estado nuevo se inspira en el espíritu católico tradicional en España y concordará con la Iglesia las consideraciones y el amparo que le son debidos.

9. Conducta

Esto es lo que quiere Falange Española.
Para conseguirlo llama a una cruzada a cuantos españoles quieran el resurgimiento de una España grande, libre, justa y genuina.
Los que lleguen a esta cruzada habrán de aprestar el espíritu para el servicio y para el sacrificio.
Habrán de considerar la vida como milicia, disciplina y peligro, abnegación y renuncia a toda vanidad, a la envidia, a la pereza y a la maledicencia;
Y al mismo tiempo servirán ese espíritu de una manera alegre y deportiva.

* * *

La violencia puede ser lícita cuando se emplea por un ideal que la justifique;
La razón, la justicia y la Patria serán defendidas por la violencia cuando por la violencia -o por la insidia- se las ataque.
Pero Falange Española nunca empleará la violencia como instrumento de opresión.
Mienten quienes anuncian, por ejemplo, a los obreros, una tiranía fascista;
Todo lo que es haz, o falange, es unión, cooperación animosa y fraterna, amor.
Falange Española, encendida por un amor, segura en una fe, sabrá conquistar a España para España, con aire de milicia.

Falange Española

No es una organización para agredir.
No es un movimiento de reacción disfrazado.
No es un instrumento de nadie.
Falange Española

quiere resueltamente una España
Unida – Optimista – Trabajadora – Justa para los obreros
¡Cueste lo que cueste!
Inscribíos en F.E. – Apartado 546 – Madrid
F. E.

difundirá por España la idea y el espíritu de la
«Falange Española»
Procuradle lectores, suscriptores, anunciantes
Compradla todos los jueves
Dirigid la correspondencia así:
F.E. – Apartado número 546 – Madrid
{Transcripción íntegra del artículo publicado en F.E., Madrid, 7 de diciembre de 1933, número 1, páginas 6-7.}

Ya conocía el artículo de Centeno, gracias igualmente, Antonio.
Pero creo que los datos y las matemáticas no tienen nada que hacer frente a las emociones, que es lo que nutre el nacionalismo.
Creo que declaraciones como las de Alamán no hacen más que echar gasolina al fuego.
Y empiezo a pensar que sería mucho más divertido ver qué harían si España les dijera: vale, ahí está la puerta.

No entiendo a que viene ese rollo de la falange. Al que le interese que se compre un libro y que no moleste. Puedo estar de acuerdo con Dorotea sino fuera porque si se independizaran, separados ya están, tendrían una ruina que nos llegaría al resto de España. Es como Europa, si España quiebra arrastrará a Alemania que se acabará contagiando. De manera que aunque no queramos lo que les ocurra a los catalanes nos afecta a todos. Además de lo que se trata es romper con todo, seamos antisistema ya que el sistema es antinosotros.

Falange, qué pereza. Eran esos que querían ser soldados poetas ¿no?
Como soldados no debían ser muy buenos (Franco se los quitó de encima sin problemas) y como poetas eran unos cursis: «Unidad de destino en lo universal». Un país no se puede gobernar con metáforas, por muy altisonantes (y huecas) que éstas sean.

Al anónimo del comentario número 6 (ya os podíais poner un nick, aunque sea un punto y coma): yo no sé si la ruina de Cataluña traería la ruina de España (ni siquiera sé si la independencia traería la ruina a Cataluña, sólo sé que no sé nada. Pero, siendo como pareces contrario a su independencia, con semejante argumento -la ruina de España- estás dando munición al enemigo.

«Yo creo que está alzada la bandera. Ahora vamos a defenderla alegremente, poéticamente. Porque hay algunos que frente a la marcha de la revolución creen que para aunar voluntades conviene ofrecer las soluciones más tibias; creen que se debe ocultar en la propaganda todo lo que pueda despertar una emoción o señalar una actitud enérgica y extrema. ¡Qué equivocación! A los pueblos no los han movido nunca más que los poetas, y ¡ay del que no sepa levantar, frente a la poesía que destruye, la poesía que promete!»
Discurso de fundación de Falange Española.

Yo creo que está alzada la bandera. Y yo creo que las banderas son solo un trapo de colorines. Ahora vamos a defenderla alegremente, poeticamente. No me veo yo defendiendo a un trapo ni alegremente ni poeticamente. Por lo demás creo que intentar solucionar problemas del siglo XXI con filosofías trasnochadas no nos convence. Discurso de fundación de la tibia andaluza.

«Las derechas, sí, invocan a la Patria, invocan a las tradiciones; pero son insolidarias con el hambre del pueblo, insolidarias con la tristeza de esos campesinos que aquí, en Andalucía, y en Extremadura y en León, siguen viviendo como se vivía hace 500 años, siguen viviendo como desde la creación del mundo viven algunas bestias. Y esto no puede ser así».
Discurso de fundación de Falange Española.

Feliç Diada, catalans!
Españoles: ¡estad atentos, que esto se mueve, y ahí os quedáis! Escucha hoy, Sefarad, este multitudinario «Adéu Espanya» que recorrerá las calles de Barcelona.
Europeans, here we are, here we come.
Gracias, Miguel, por alimentar la fábrica de independentistas.

«Hay quienes sostienen que ni Cataluña tiene lengua propia, ni tiene
costumbres propias, ni tiene historia propia ni tiene nada. Si esto fuera
así, naturalmente no habría problema de Cataluña y no tendríamos que
molestarnos ni en estudiarlo ni en resolverlo; pero no es eso lo que
ocurre, señores, y todos lo sabemos muy bien. Cataluña existe con toda
su individualidad, y muchas regiones de España existen con esa
individualidad, y si queremos conocer cómo es España y si queremos
dar una estructura a España, tenemos que arrancar de lo que España,
en realidad, nos ofrece, y precisamente al negarlo, además de la torpeza
que antes os decía, envuelve la de plantear el problema en el terreno
más desfavorable para quienes pretenden defender la unidad de
España, porque si nos obstinamos en negar que Cataluña y otras
regiones tienen características propias, es porque tácitamente
reconocemos que en esas características se justifica la nacionalidad. (…) Lo digo porque para muchos este problema es una nueva simulación; para otros, este problema catalán no es más que un pleito de codicia: la una y la otra son actitudes perfectamente injustas y
perfectamente torpes. Cataluña es muchas cosas mucho más profundamente que un pueblo mercantil; Cataluña es un pueblo profundamente sentimental (…) el problema de Cataluña es un problema dificilísimo de sentimientos.

Discurso de José Antonio en el Congreso, el 30 de noviembre de 1934

«Nosotros amamos a Cataluña por española, y porque amamos a
Cataluña la queremos más española cada vez, como al País Vasco,
como a las demás regiones. Simplemente por eso, porque nosotros
entendemos que una nación no es meramente el atractivo de la tierra
donde nacimos, no es esa emoción directa y sentimental que sentimos
todos en la proximidad de nuestro terruño, sino que una nación es una
unidad en lo universal, es el grado a que se remonta un pueblo cuando
cumple un destino universal en la Historia. […] Si alguien hubiese gritado
«¡Muera Cataluña!», no sólo hubiera cometido una tremenda
incorrección, sino que hubiera cometido un crimen contra España y no
sería digno de sentarse nunca entre españoles. Todos los que sienten a
España dicen ¡Viva Cataluña! Y ¡Vivan todas las tierras hermanas en
esta admirable misión indestructible y gloriosa que nos legaron varios
siglos de esfuerzo con el nombre de España!»
José Antonio Primo de Rivera: Obras, 1970; pág. 110.

Yo gritaría también viva Albacete y viva Portugal o viva Honduras. Viva todo. Hoy oigo a un catalanista diciendo que lo suyo no tiene marcha atras. Es posible, empiezo a pensar que la única manera de mover un tren de mercancias cuando la máquina no funciona es mover a cada vagón independientemente. Pesa menos. Aquí con esta constitución que se nos dió, nadie sabe como, parece imposible que nada cambie, sobre todo la partitocracia en la que nadie cree pero todos padecemos. De lo que no me cabe duda es de que cuando Cataluña sea soberana, caerá en todos los vicios y defectos que tiene esta supuesta democracia y habrán perdido la oportunidad histórica de sanear su sistema político, pero ya será su problema y el de cada país que nos quede.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *