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Fiesta y alegría en Plaza de Mayo, y la inevitable cuesta abajo del populismo

Miguel Pérez de Lema

Alguien definió el socialismo como un régimen en el que las cosas van bien hasta que se agota todo el dinero que le quitas a otro.

Hablamos aquí hace algunas semanas de las ganas de pelea que estaba demostrando la presidenta argentina, buscando reverdecer el fantasma del «enemigo exterior», recordando las Malvinas.

Pero Gran Bretaña dejó que se enfriara el asunto, con la confianza de tener la fuerza, la Otan y el Imperio Británico de su parte. Malvinas, y su riqueza energética -que están detrás de todo el lío- no se tocan. Eso lo sabemos todos. Y Cristina siguió viendo venir la desaceleración de la economía argentina, con la dificultad consiguiente de seguir extendiendo cheques a sus votantes, y el atasco de una política energética, que es una cosa de locos.

Argentina, recordemos, ya demostró al mundo en 2001 que un mega productor de carne y de trigo puede llevar al borde del hambre a 9 millones de habitantes. Y ahora, ese mismo país, con importantes recursos petroleros, se está demostrando incapaz de aprovecharlos en una interminable partida de poker en la que nadie quiere salir desplumado.

La inversión de Repsol en YPF tiene pinta de ser una prueba de aquello que nos decían las abuelas de que «lo barato sale caro». Su pasado como empresa nacional, y la tutela, más o menos legítima, que se ejerce sobre ella desde la clase política, han acabado explotando en una batalla en la que todos pueden salir perdiendo. Si Argentina nacionaliza, perderá en credibilidad internacional mucho más de lo que vale ese 48% de YPF que posee la fácilmente vituperable multinacional española.

El conflicto viene por la escasa afición de YPF por gastar dinero en invertir en nuevas exploraciones y su mucha querencia por explotar los yacimientos descubiertos. Una actitud reprobable, desde luego, pero cuando el inversor extranjero teme la inseguridad jurídica de un país, que cambia las reglas de juego a mitad del partido, siempre en su contra, es lógico que sea remiso a seguir haciendo grandes inversiones a largo plazo, como son las prospecciones petrolíferas. Mientras, el problema sigue creciendo, la producción sigue bajando, y aumentando las importaciones a precios cada vez más caros.

Todos pierden. De momento. Habrá que ver en manos de quién acaba YPF y el petróleo de los argentinos. Dicen que los chinos, con sus infinitas montañas de dólares, andan detrás de todo el enjuague.

Desde luego no seré yo el que saque el menor beneficio de este asunto, ni de nada de lo que llevo 10 años escribiendo por este tenderete.

Yo sólo estoy aquí para recibir las bofetadas.

13 respuestas a «Fiesta y alegría en Plaza de Mayo, y la inevitable cuesta abajo del populismo»

Saluda al estilo Miss Universo…me da pereza verlo entero ¿y por qué habeis quitado los otros vídeos? No me ha dado tiempo a verlos…

¿Qué tiene que ver esa presidenta pavisosa con el socialismo? No confundas al personal, en argentina el peronismo no saben lo que es ni los que lo inventaron. Pero tú aprovechas la cobertura para demostrar tu pureza de sangre. Además si en el socialismo todo va bien hasta que se agota el dinero que le quitas a otro, nunca habría problema porque siempre hay otro cerdo al que desangrar. Ves lo que me haces decir. Que le den a la kirchner, que le den a Repsol y que le den al petróleo, coche eléctrico ya. Por cierto ya estás tardando en hablar del Borbón amigo de los animales con tan mala pata. ¿Hasta cuando tendremos que aguantarlos?

Desde luego, yo no sacaría la cara ni por el gobierno argentino (que parece un vulgar Froilán disparándose en el pie), ni por Repsol.
He estado leyendo estos días sobre el asunto (tanto páginas argentinas como españolas) y llego a la conclusión de que esta operación no va a beneficiar ni al pueblo argentino, ni al pueblo español. Si hubiera leído algo que me hubiera hecho concebir alguna esperanza, habría estado del lado de Argentina, por la simple y sencilla razón que hace tiempo que creo que los Estados están muertos frente al poder de las multinacionales.
Miedito me dan los chinos.

Y por cierto, Pepe, como autor de «este tenderete», te diré que nosotros escribimos sobre lo que nos da la gana. Te hablaré con la misma mala educación con la que tú te diriges a Miguel: si quieres una república socialista, ya estás tardando en montar tu propia página.

Por cierto nidiosniamo, no se si es tu nombre, espero que no, mas que nada por que se haría un poco pesado llamarte para comer, nidiosniamo sube a comeeer. Yo por lo menos me identifico con mi verdadero nombre. En ningún momento me he dirigido con mala educación a Miguel, al que conozco desde hace algún tiempo y admiro. Por lo demás si molestan mis comentarios a alguien, espero que se me diga y no tendré ningún problema en dejar de ver esta página y dedicarme a otros asuntos.

Sólo me ha molestado el tono en que te dirigías a Miguel para decirle sobre qué tenía que escribir (supongo que si es cierto que le conoces, no estarás esperando que escriba una oda al socialismo). Lo único que he hecho ha sido dirigirme a ti en los mismos términos en que tú te has dirigido a él, para que te vieras.
Por mí, pelillos a la mar.

parafraseando al regente, lo siento, me he equivocado y no volverá a ocurrir. De todas formas decir que si me gusta este blog es porque considero que es un espacio de libertad donde cada uno opina lo que quiere sin que nadie%

No estoy de acuerdo con Axel Kicilloff, un ministro importante de Cristina Fernández, porque dice mucho pero calla otro tanto al menos en el asunto de Repsol.

Sin embargo creo que vale la pena escucharle. Si a nosotros nos fuese bien quizás estaríamos en condiciones de decirle aquello de «¿Por qué no te callas?» pero como evidentemente no es el caso la prudencia aconseja tratar de entender.

Me encantaría ver en todo Occidente un alto cargo defendiendo sus políticas con la pasión de este hombre. Y, si me apuran, con su comprensión del mundo económico.

Buenos días. Ver vídeo

Un aficionado que llamaba Adam Smith dijo que los grades beneficios y las grandes tasas de crecimiento no son propios de países que prosperan sino de países que van hacia la quiebra, y que cuanto más grandes son los beneficios más rápido es el camino hacia la quiebra.

En todo caso no perdamos la oportunidad de ponernos de parte del enemigo, es lo nuestro.

Que irónico te pones Miguel. Cuando dices ponernos de parte del enemigo no se muy bien a que enemigo te refieres. ¿Ahora el pueblo argentino es el enemigo o solamente su clase dirigente? Si tenemos enemigos tendremos aliados ¿Quienes son los aliados?¿ Brufau, las empresas multinacionales españolas, las empresas de Ibex? Te remito a un artículo de tu periódico del pasado domingo, creo, que habla de un libro que se acaba de publicar y aclara quien paga impuestos en este país y quien no. Todos estos aliados nuestros manejan el 80% del PIB y solo aportan un 30% al erario público. Que se alíen ellos.

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LLUVIA DE FONDOS EN LA ÚLTIMA DÉCADA
España premia a Argentina con más de 1.500 millones en créditos para el desarrollo

La decisión del Gobierno argentino de expropiar la petrolera YPF no sólo deja en el alambre las relaciones diplomáticas entre ambos países. También resquebraja los lazos económicos. Y aunque los intereses de las empresas españolas aún presentes en el país sudamericano suavizarán la respuesta del Ejecutivo español, el órdago lanzado por Cristina Kirchner tampoco avala las políticas buenistas impulsadas en los últimos años por los políticos españoles. De hecho y según los últimos datos del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), España ha concedido a Argentina un total de 1.511 millones de dólares en créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo (FAD) en la última década. Fuentes del Ministerio de Economía explican que aún se adeudan 283 millones, si bien Argentina está al corriente de pago.

La parte del león de esa cuantía se remonta al año 2001, con el corralito argentino en ciernes y en plena crisis de deuda. “España no puede ser ajena a su compromiso con la estabilidad financiera internacional ni a la importancia que supone, dada la percepción actual de los mercados, materializar de forma concreta su confianza en la economía argentina”, rezaba un Real Decreto-ley aprobado el 19 de enero de ese año, por el que el Gobierno español otorgaba un aval de hasta 1.000 millones de dólares –más las cargas financieras correspondientes- para garantizar una línea de financiación a favor de la República Argentina, a instrumentar por el Banco de España. Todo con cargo al citado Fondo de Ayuda al Desarrollo.

Tiempo después, el 29 de mayo de 2009, el Gobierno del PSOE seguía la senda marcada ocho años antes por Rodrigo Rato y daba una vuelta de tuerca a ese caudal de financiación. El Consejo de Ministros acordaba “instruir al Instituto de Crédito Oficial para modificar las condiciones de la línea de crédito concedida a la República Argentina en 2001”. Una medida que, de facto, suponía una ampliación de ese crédito en 250 millones. La disposición, en este caso, no era tan inocente y enlazaba con el principal precedente a la expropiación de YPF: el entonces presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, salía al paso de la debacle empresarial que vivía el líder de la CEOE y dueño de Marsans, Gerardo Díaz Ferrán. La punta del iceberg de su fenomenal problema empresarial era Aerolíneas Argentinas.

La esperanza del capo de la patronal era que el dinero liberado por el Gobierno español sirviera a los Kirchner y a la ya estatalizada compañía aérea para subrogarse al pedido de Airbus realizado por Marsans, anterior dueño de la aerolínea. Ese paso hubiera permitido a la firma española recuperar parte de la señal entregada, que ascendía a 150 millones de dólares. Todo un alivio para una situación financiera casi desesperada y que no paraba de deteriorarse. No se equivocan entonces Díaz Ferrán y Gonzalo Pascual, que aseguraban sotto voce a quien quería escucharles que no se creerían el destino del dinero hasta que estuviera en sus manos, por muy pactado que estuviese entre los gobiernos. Y acertaban.

Fuentes internas de aquella Marsans recordaban tiempo después los contactos surrealistas mantenidos con el entorno del Ejecutivo argentino para intentar salvar su posición en Aerolíneas. Y contaban cómo se les dejó claro que tal vez no habían elegido el interlocutor adecuado para sortear la crisis: “Ustedes los gallegos no han entendido nada. Se empeñan en hablar con el Gobierno, pero no hablan con el poder”. Todo un aviso de que Argentina también iba a dar la de arena. Marsans no vio un dólar de esa ampliación del crédito. Por su parte, Zapatero, que esperaba que el guiño a Díaz Ferrán acelerara un acuerdo entre sindicatos y empresarios para la reforma laboral, también se quedó con un palmo de narices.

El actual ministro de Industria, José Manuel Soria, se quejaba amargamente en el affaire Repsol de que Kirchner había roto un compromiso verbal. “Noticias frescas”, debe pensar Díaz Ferrán. Tampoco sorprende a quien siga las recomendaciones de negocios del propio Ministerio. La Guía País que elabora la Oficina Económica y Comercial de España en Buenos Aires, actualizada en junio de 2011, incluye una relación de los problemas para las inversiones en el país sudamericano. Y cita sin ambages el intervencionismo por parte del Gobierno, la falta de seguridad jurídica, la falta de credibilidad de los datos oficiales y la ausencia de cumplimiento por parte del Ejecutivo de los compromisos adquiridos, “lo que significa un clima de negocios incierto”.

Más dinero para otros proyectos

Por el camino, los gobiernos españoles también han ido financiando otras iniciativas menores en Argentina con cargo a los créditos FAD. Por ejemplo, el Consejo de Ministros aprobaba el 7 de noviembre de 2007 un préstamo por importe de 9,4 millones de euros para levantar un hospital y facilitar equipamiento sanitario en el sur de la ciudad de Córdoba. Una zona en la que “más del 60% carece de cobertura sanitaria y depende, fundamentalmente, de la asistencia sanitaria pública”. Parte del pago del crédito aún está pendiente a tenor de las condiciones fijadas, véase, diez años de plazo total de amortización, incluyendo cuatro años de gracia, a un tipo de interés anual del 4,75% con vencimientos semestrales.

Esta ha sido precisamente el tipo de proyecto que se ha sufragado con esta fórmula crediticia. Un año antes, el Ejecutivo español había otorgado otro crédito FAD, en este caso de casi 15 millones de euros, para financiar el equipo médico del hospital infantil doctor Héctor Quintana, en la ciudad de San Salvador de Jujuy, provincial situada en el noroeste de Argentina. Las condiciones de devolución de la deuda no variaban. Los créditos del Fondo de Ayuda al Desarrollo, creados en 1976 para favorecer la internacionalización de la empresa española con dinero prestado a países pobres, se reformaron en la última etapa del Gobierno socialista ante el clamor de críticas a su doble vocación.

No en vano las ONGs –con Intermón Oxfam a la cabeza- culpaban a estos préstamos de la generación de deuda externa en los países pobres. Los proyectos, aunque promovidos exclusivamente por el país beneficiario, obligaban a contratar de bienes y servicios proporcionados por empresas españolas. El Ejecutivo creaba a mediados de 2010 el denominado Fondo de Internacionalización de la Empresa (FIEM), que sustituía a los FAD y desvinculaba la promoción internacional de las compañías nacionales de la ayuda al desarrollo. En su momento, Intermón también se quejó de la falta de evaluación de las iniciativas financiadas por este procedimiento. Otro pozo sin fondo.

Carlos Menem, el privatizador de YPF, ahora vota por su nacionalización

Es un auténtico ‘donde dije digo, digo Diego’. El senador peronista y ex presidente argentino Carlos Menem (1989-1999) adelantó este viernes que votará en el Senado a favor de «la estatización de YPF», la petrolera que él mismo ordenó privatizar en 1992 y entregó a Repsol.
«El escenario ha cambiado, la situación no es igual a cuando yo la privaticé. Sé que me van a ‘dar con un caño’ (criticar), pero no va a ser la primera vez», declaró al diario ‘Crónica’.
Menem, de 81 años, justificó la ofensiva de expropiación a la española Repsol porque ésta, dijo, «sacó todas las ganancias fuera del país y no invertía en Argentina».
El próximo miércoles 25, el Senado debatirá el proyecto de expropiación elevado por el Poder Ejecutivo y ese día, adelantó Menem, «voy a ir al recinto y voy a apoyar la estatización de YPF».
Sobre las posibles consecuencias que acarrearía la medida que, a pesar de las críticas de España, «nadie va a dejar de invertir en Argentina porque un país esté haciendo valer sus derechos».
El peronismo de los 90
Cacique del peronismo en los años 90, cuando vestía mocasines blancos y lucía abundantes patillas, Menem llegó a la Casa Rosada agitando banderas del peronismo keynesiano y estatizador, pero de repente y sin aviso se pasó al neoliberalismo.
Promulgó la privatización de gran parte de la producción y los servicios. Por ejemplo la energía, el agua, las comunicaciones, el transporte, los casinos y hasta el zoológico. A YPF la vendió en dos tramos, parcialmente en 1992 y en 1999 en forma total, a Repsol.
A la vez protagonizó varios escándalos. Estaba casado con Zulema Yoma y el matrimonio tenía dos hijos: Carlos -fallecido en 1995 al caer su helicóptero- y Zulema Eva. Pero en 1990 resolvió separarse y ordenó a su edecán poner literalmente en la calle a su esposa.
La agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, lo tuvo en la mira. Su nombre y apellido aparecieron mencionados en sus listas de personas sospechosas de haber lavado dinero proveniente del narcotráfico, los formularios tipo DEA-6.
Ya su ex cuñada Amira Yoma, en 1992, fue imputada de lavado de dinero supuestamente proveniente del narcotráfico, a raíz del decomiso de media tonelada de cocaína en las islas Canarias. Pero finalmente terminó sobreseída.
El seguimiento español
El responsable de desbaratar aquella operación fue el entonces juez Baltasar Garzón, quien junto con los periodistas españoles Antonio Rubio y Manuel Cerdán, siempre fue atacado y descalificado por Menem.
Tras retirarse de la Presidencia, Menem gozó de su matrimonio con la ex Miss Universo chilena Cecilia Bolocco -35 años menor-. Tuvieron un hijo, Máximo Saúl. El ex presidente también tuvo un hijo extramatrimonial, Carlos Nair, al que debió reconocer luego de un juicio civil.
Con este adelanto del actual senador Menem, el Gobierno ya tiene asegurada la aprobación del proyecto de ley para expropiar YPF por mayoría absoluta en el Senado. Tiene prometidas más del 80% de las voluntades: 60 votos a favor de oficialistas y opositores, tres en contra y nueve aún dudosos.

El Mundo

CAMINO DEL CHAVISMO Y LA CONFRONTACIÓN CIVIL

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/06/02/actualidad/1338602007_400009.html

Las cacerolas vuelven a sonar en algunos barrios de Buenos Aires

El Gobierno de Argentina necesita mantener un superávit comercial de 10.000 millones de dólares para no verse obligado a recurrir a los préstamos del exterior. Para ello es vital mantener el mayor número posible de dólares dentro del país. Una forma de conseguirlo es ejerciendo un férreo control sobre las importaciones, tal y como el Gobierno viene haciendo desde hace meses. Y otra forma es restringiendo la compra de dólares y la salida al exterior de la divisa. El Gobierno está empleando perros especialmente adiestrados en detectar billetes que registran los maleteros de los coches en la aduana.

No obstante, entre las razones que circularon en las redes sociales para hacer sonar las cacerolas, la cuestión del dólar era solo una más: «Basta de cepo al dólar. Basta de Ciccones [la compañía de impresión de billetes cuya investigación judicial afecta al vicepresidente del Gobierno, Amado Boudou, por supuesto tráfico de influencia]. Basta de violencia verbal. Basta de expropiaciones. Basta de patoterismos [matonismos]. Basta de impunidad. Basta de autoritarismo. Basta de no diálogo. Basta de inseguridad. Basta de corrupción», se podía leer en numerosas páginas de Facebook.

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