Miguel Pérez de Lema
He visto entero este vídeo. Al principio con curiosidad por lo que me parecía un frikidocumento, una cosa cachonda para la sección de la «España Profunda». Pero oye, según pasaban los minutos, y se iba explicando este hombre, me he empezado a quedar de pasta de boniato.
Resulta que mientras los profanos vemos Sálvamedelux, hay una encarnizada lucha de poder en la sombra de la que no nos cuentan nada. Un super thriller político-teológico-económico-mediático que lo flotas, tron. Y que viene de siglos.
Según lo escuchas, el argumento parece bastante bien armado. Lo malo es que la paranoia suele ser también un argumento bastante bien armado, y al final de todo te quedas con la cabeza hecha un lío pensando, oyes, pero en todo este lío en que estamos metidos últimamente ¿hay o no hay movida masónica?
http://youtu.be/AMZPBPmfE_4
Una respuesta a «Pero ¿hay o no hay movida masónica?»
Pues movida sí parece que hay, Miguel. Al menos en la forma que se conoce por «tenidas».
Pero no diría que el problema sean los Masones, también la Iglesia debe actualizarse y dejar su pasividad confiada de la que habla el cura Guerra convencido de que en doscientos años la masonería no será ni siquiera recuerdo y ellos seguirán en su largo viaje a través de los siglos de los siglos.
Son muy largos los curas, tienen todo el tiempo del mundo e infinita paciencia. Además son individualmente muy pobres y eso les da una enorme fortaleza y libertad.
Una buena amiga de hace muchos años es la cabeza visible de la comasonería mundial. La rama femenina de los masones. Hace poco vi una foto suya con un inmenso delantal blanco en algún lugar de Colorado donde tienen una especie de sede. A ver si me acuerdo de hablar con ella aunque quizás ya no sea posible. Las sectas crean barreras invisibles entre los viejos amigos.
Tampoco soy ningún experto pero resulta evidente que vivimos en el declive del estado laico. A trancas y a barrancas llevan unos 240 años tratando de mangonear arrimando el ascua a su sardina y tienen mucho peso, demasiado.
Lo han hecho bien en términos de acumulación de poder. Sin embargo calculo que les queda poco, entre cincuenta y ochenta años.
No pasarán a la historia ni por su longevidad ni por los bienes que nos trajeron. Han resultado ser una decepción como grupo. Bastante incapaces de gestionar y mucho menos de hacerlo de modo que beneficie a la mayoría de la población y nos haga mejores, más libres, más responsables y más ricos, hablando en plata.
Lo suyo es más bien fabricar muchos pobres para practicar la caridad con ellos. La caridad es una forma de acariciar el ego del poderoso y degradar al mendicante.
A todo esto también es cierto que estratégicamente el clero cristiano de todos los sabores les ha dado bastante cancha. El propio padre Guerra les felicita.
Visto desde lejos es como si la iglesia estuviese soltando sedal para que la secta se vaya cociendo a fuego lento, en su propia salsa, por mucho poder que vayan consiguiendo. De esta forma dejarían de ser un problema en algún momento de los próximos años y sin que puedan culpar a nadie excepto a sí mismos.
Llevo unos años estudiando diversos aspectos de nuestra crisis económica en sus raíces culturales, filosóficas, institucionales y políticas. Una de las cosas que más me llaman la atención es, precisamente, la baja opinión que en la práctica tiene el estado laicista del ser humano.
Se nota en muchas esferas pero principalmente en dos grandes fracasos del sistema: La educación y la economía.
En ambas disciplinas es imposible hacerlo bien y de modo sostenible sin tener una idea bien definida de ¿Para qué? y ¿Para quién? ¿Qué modelo de hombre y mujer tenemos en mente?
No se puede educar bien a un hijo si no tienes una alta idea de sus fines más allá del crematorio. Lo mismo en la economía.
Si no sabes para qué nace y vive un ser humano ¿cómo vamos a poder tener un sistema económico que sea coherente y ayude en esos fines? ¿Cómo poner a las personas en la ruta de su «Areté», de su excelencia en plenitud.
Este es el gran fracaso del laicismo: Tiene una horrible idea de nosotros. Nos ve simplemente como contribuyentes, electores a manipular y ceniza tras el crematorio.
Ya estamos viviendo la evidencia del declive de este sistema.
Gracias por el video, un documento interesante.