Miguel Pérez de Lema
El Madrid ha empezado bastante bien la temporada. Con mucha «intensidad», como se dice ahora, y le ha metido nosecuantos a todo bicho viviente. Pero si rascas un poco ves que todos han sido rivales de muy poco fuste. Hasta en Champions ha jugado con equipos que piden permiso para ir al baño.
En la Liga, no hay referencias y cada vez las habrá menos. Los tres semi grandes (Sevilla, Valencia y Atlético de Madrid) viven procesos de descomposición, que los alejan sideralmente del Madrid. El Madrid ya ha ganado a los dos últimos, y no sería raro que esta semana liquide al Sevilla, ese proyecto que no hace tanto fue nombrado mejor equipo de Europa por el ranking de la Uefa, y se puso inmediatamente a vender jugadores porque no podía pagarles la ficha.
De manera que entre las virtudes propias, las ganas que le echan cuando huelen la sangre de los pezqueñines, y que no ha tenido rival, el Madrid se ha engañado a si mismo. Hasta ayer.
Ayer el Barcelona volvió a poner las cosas en su sitio.
Se veía venir desde este verano y nadie quería verlo. El Barcelona acabó el año pasado muy por encima del Madrid. Y sobre esa ventaja, fichó dos cracs de primera fila mundial: Alexis y Fábregas. Los dos, mira tú por donde, marcaron ayer en el Bernabéu.
El Madrid, partiendo desde más abajo, fichó un jugador vulgar -Coentrao- a un precio criminal, y a dos bultos sospechosos -Sahin y Altintop, el duo del kebab-. Fueron, las tres, decisiones de su todopoderoso técnico que nadie discutió y que se han revelado un fiasco absoluto. ¿Y ahora qué, Mou?
Ayer el Barcelona, probablemente, no ganó 3 puntos sino 7. Los 3 del Bernabéu, los más que presumibles 3 de la segunda vuelta en casa, y el que sale de regalo de esta ventaja en caso de empate. Game over, o casi.
El Madrid, que ya decimos que había empezado bien y nos ha divertido mucho estos meses, con goleadas de plaiestesion ante rivales de ful, ha tenido tres partidos de verdad esta temporada, los tres contra el Barcelona, y no ha ganado ninguno.
Mou dijo anoche que fue mala suerte, que tío. Pero me parece que a partir de ahora se va a abrir el melón de la crítica: el Madrid ha afrontado la temporada con los deberes sin hacer. El portugués igual dice que sí los había hecho, señorita profesora, pero se los ha comido el perro.
Pero ojo, que estamos hablando del Real Madrid.
Una cosa tan grande, tan dura de pelar, tan como esos asesinos de las películas de terror que reviven una y otra vez, que vete tú a saber cómo acaba esto. Siempre nos queda la heroica.
Que el Barcelona duerma con un ojo abierto y el culito bien apretado, no vaya a ser.