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¿Y esta vez qué será?


Miguel Pérez de Lema

Una de las tradiciones de la joven democracia española es que el final de las campañas electorales, por h o por b, coincida con una mascletá imprevista.

El marketing de las campañas no suele dar mucho de sí. Las estrategias son repetitivas y poco estimulantes para el consumidor, y más en un país en el que las facciones están en vela los 365 días de año, con todos sus centinelas mediáticos y sus comisarios políticos en pie de guerra. Un país con fatiga de combate crónica.

De manera que está todo dicho y visto, todo el tiempo, en un bucle infinito, en un empacho continuo. Cuando llega el tiempo de pedir el voto hay pocos argumentos de venta, escasa oferta novedosa, el producto está muy maduro, y se demuestra en general poca inventiva ante un público correoso, a la defensiva, leal a si mismo. Un público difícil, cansado y distraido.

Sin embargo, siempre, al final, cabe esperar la mascletá.

Una respuesta a «¿Y esta vez qué será?»

Describes muy bien el panorama de la democracia, la venta de las cadenas publicitarias electorales, y de como se mueve la venta de armas, los que ganan con la promocion de la guerra.

Yo siempre he dicho que para creer en un politico debemos de ponerle frente a los fracasos, errores, equivaciones de sus propios partidos politicos, esa cosa de prometer y cuando estan montados en el poder nada de que se acuerdan de ti, ¿promesas?, ah , esas promesas, bueno, entonces el que gobierna llama al ministro de finanzas este te marea con una chachara vieja de cuadros estadisticos, al final ¿entendiste?, claro que no, este te esta diciendo que se acabaron los reales.

Al llegar la reeleccion intentan comprarte la conciencia con laminas de zinc barato para techar el rancho, te dan un bono llamado mision, le dan regalitos en las escuelas a los niños ¿el padre?, comprado ya. Si es con la iglesia, la pintan , le pasan al señor cura un donativo jugosos y estos se muerden la lengua, no les vuelves a ver en TV o radio, mucho en prensa escrita ¿por que?, ya le compraron la conciencia.

¿Argumentos?, esta maduro el producto, son entonces … ¡mango bajito!.
Asi se ve la cosa en estos nuevos tiempos, salud, felicitaciones, buen articulo.

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