por Juan Hopplicher
Fotografía en contexto original: pressenza
Uno de mis alumnos tiene seis años y verle volver a su casa, justo al lado de la Fundación, parte las entrañas. Cada día sale con miedo porque vive con un hermano veinteañero agresivo, que por supuesto le golpea y que es tan malo que todo el mundo le conoce como Satanás.
Sin embargo, a pesar del daño que hace a un inocente, también tranquiliza tener al tal Satanás pared con pared. Es un tipo infame, sí, pero que no toleraría que nadie más atormentara a su hermano. Si alguien irrumpiera en las aulas para lastimar a un niño o robarnos, al primer grito de auxilio que oyera, vendría con su pistola a ultimar a quien fuera sin dudarlo.
Así que cuando los demás profesores y yo le criticamos, reconozco que hay cierto tono de impostura en nuestras palabras: todos nos sentimos más seguros teniendo a ese bastardo cerca.
6 respuestas a «Violencia y ambigüedad»
Pues creo que aquella famosa frase de «es un hijo de puta, pero es «nuestro» hijo de puta», va como anillo al dedo a este artículo.
Si, asi como anillo al dedo o de tal palo tal astilla: digna hija de España es Colombia.
Anónimo II ¿no te aburres de escribir siempre lo mismo?
Leído uno de tus comentarios, leídos todos.
Lamento que te aburras, en verdad lo lamento. Y asi lamento la realidad que se repite dia tras día desde hace tantisimos años…
¿Que tal si invitas a Juan a descubrir y publicar otras realidades de esta hija de España?
bueno…yo juraría que no sólo escribo de Ciudad Bolívar…también del Norte y de lugares emblemáticos de Bogotá (según mi aleatoria y confusa impresión, claro está…)
Muy ingenioso el instrumento ¿para la defensa o para matar realmente?.
La violencia siempre ha existido en el mundo, hoy día esta severamente establecido en el día a día, algunos le tienen como forma de vida esa cosa de imponerse a la fuerza con un arma con cuerdas, otros llevan un revolver calibre 22 dentro de la biblia, en el habito, o en cucurucho sobre la cabeza, pasan por curas y hombres religiosos de mucho respeto y de repente tra, tra, pum, cayeron muchos como mosca.
Otros llevan droga en el clarinete, pegan papeleta en la mandolina, miles de formas de causar daño, nada nuevo en realidad, la ambigüedad esta de moda en nuestros días, así que nada de extraño tiene que algunos usen la detonación del arma como parte del efecto especial para desarrollar una canción y exponer de manera rara la vida real, el globo terráqueo esta plagado de gente incomprensible, traumas desde niños, otros porque llevan muy dentro algo que les paso y no desean que le pase a su hermanito, de buena a primera se comprende la cosa; sin embargo así es nace un delincuente, así es como se llenan las calles de muerte, una excusa hoy, mañana hay miles de ellas.
Chinca C. Salas R