Ayer salí del centro. Fui al supermercado con una de las organizadoras. Tabaco, alcohol y chocolate.
Vituallas para superar el choque.
A la salida, se me acercó un artista, con muletas y sin una mano, que vendía pequeñas acuarelas.
Charlamos un rato. Intento identificarme con la negritud de la humanidad, pero me resulta difícil no caer en la tentación de colona simpática.
Algo vi, sin embargo, en la mirada de aquel hombre que me hermana con él, más allá de sus miserias de vendedor ambulante.
No sé quién soy, he perdido toda referencia.
Paseo solitaria por jardines que quizá tengan víboras.
Intento desprenderme de las señas de identidad en las que me he ido apoyando estos años.
Aunque mis muletas no descansan por la noche.
No escribo, no deseo intelectualizar, sólo sentir el delicioso sabor de los mangos y la brisa al atardecer.
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Una respuesta a «algunos correos que no te envié: Distrito de Karen 2 de Agosto»
Tabaco, alcohol y chocolate.
En España, en África o en Oceanía son la mejor compañía cuando estamos solas.
Tuve una alumna de ochenta años, fumadora y viuda que me decía: No sé por qué se pone tan pesada la gente, yo no pienso dejar de fumar, el tabaco es mi amigo.