Miguel Pérez de Lema
Que sí, que vale, pero oye, esto huele a lo que huele.
Primero contra Botín, y ahora contra Teddy.
No seré yo el que salga a defender a estas hermanitas de la caridad.
Pero esto huele a lo que huele, no me digas.
Me da que van a ser unos meses en los que no va a caber el aburrimiento.
No obstante, no nos privemos de hacer unas risas yutuberas a costa del detenido de turno. Presumamos de valientes mientras el león esté en la jaula. Veamos a dos titanes del monopolio, ahora destronados, cara a cara. Y celebremos el relativismo «No es un monopolio de hecho es un monopolio de derecho».
Jesús qué tiempos.
4 respuestas a «Botín, SGAE, dando gusto al populacho»
Bueno, Pe Punto ya está de campaña electoral.
Hace dos semanas fue Botín (su dueño)
Esta semana, lo de poner un límite a los embargos y culpabilizar a los bancos de las barbaridades que ellos les dejaron hacer (porque los bancos son sus dueños, eso sí, no dicen nada de las cajas, administradas por ellos).
Y el fin de semana nos lo alegran con Teddy (¿su sicario?), ése al que odiamos todos.
Pe Punto va a hacer todo lo posible porque los votantes, esos desmemoriados, crean que él es virgen y no tiene nada que ver con el pasado.
A mí también me parece que esto sólo es el principio de lo que está por venir.
Para quien quiera comprender y valorar el escándalo SGAE, adjunto el enlace a un artículo didáctico y escalrecedor
enriquemateu
Pues sí, el artículo de Enrique Mateu resulta bastante esclarecedor.
Mas pedagogía sobre el tema:
El autor de canciones puro y duro (osea, que no es además el artista que las graba y las interpreta en directo) es un señor que compone y maqueta sus creaciones – para lo cual tiene que financiarse instrumentos, estudio y músicos – con la esperanza de que sean homologables y demandadas en un mercado de altísima competencia.
En el mejor de los supuestos, sólo una mínima parte de ese material llega a ser grabado e interpretado y una parte aún menor obtiene la cuota de mercado necesaria para generar unos derechos de autor que, una vez descontados los «peajes» de productores, editoriales y/o discográficas, le compense por su inversión de tiempo y trabajo.
La recaudación eficiente y el reparto justo de esos derechos es la única opción para la sostenibilidad del oficio de autor de canciones. El «todo gratis» de internet marca el principio la cuenta atrás para la extinción de la especie y el escándalo de SGAE, la ha acelerado en la medida que refuerza a quienes pretenden abolir el derecho de autor.