He estado toda la semana dándole vueltas.
¿Voy o no voy a la manifestación del 19 de junio?
Muchos de quienes estuvimos en el movimiento 15M desde el principio nunca hemos tenido un sueldo, ni un convenio colectivo, ni un sindicato que nos defendiera. Tampoco sabemos lo que son unas vacaciones pagadas o una baja por depresión. Y trabajamos ocho, diez o doce horas al día, lo que cada proyecto necesite, al precio que el cliente quiera pagar.
No podemos tener miedo del palabro “flexiseguridad” que asusta a los asalariados: estamos acostumbrados a vivir en la inseguridad permanente. Y estoy seguro de que la inmensa mayoría de los autónomos, estarán de acuerdo con los dirigentes europeos en que hay que aliviar la presión fiscal sobre las pequeñas empresas.
Por otra parte, y a pesar de que no me gusta nada la deriva casi comunista que a veces toma el movimiento (yo soy partidiario de más individuo y menos Estado), he de admitir que he disfrutado como un niño viendo a los políticos catalanes correr como conejos asustados ¡Qué placer verlos en furgones policiales!
Estoy completamente de acuerdo con Ricky Mango en que estamos ante una burbuja de democracia. Y estoy harto de la ininteligible jerga de los grandes economistas, de las agencias de calificación, de los mercados, de que todo sea tan difícil de entender, de que auxiliemos a los bancos con nuestro dinero, de que los políticos hayan arruinado las cajas y ahora tengamos que poner nuestra pasta para sanearlas y dárselas, bien apañaditas, a los mismos bancos que han cerrado el crédito, y de que no sepamos hacia quien disparar.
Los políticos elegidos por el pueblo acuerdan medidas que ninguno hemos votado y que, además, son casi secretas. La inmensa mayoría de la gente no tiene ni puñetera de qué es el Pacto por el Euro: hay que dedicar muchas horas a navegar y leer para hacerse una idea. Y, si no eres catedrático de macroeconomía, tampoco te enterarás mucho. Aunque leer te servirá para comprender que estás lejíiiiiiiiiiiiiisimos de quienes detentan el verdadero poder y que los políticos no sirven para nada, porque sólo obedecen a los mercados.
Tenemos que recordar a todos los políticos europeos que ningún ciudadano de la Unión Europea ha votado jamás por un mercado.
Por esa razón, estaré mañana en la manifestación con todos esos comunistas.
Tiempo tendremos de dirimir diferencias en las urnas cuando el pueblo recupere el poder.
3 respuestas a «Razones para echarse a la calle»
A esta señora se le entiende todo:
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También se recomienda leer»El mercader de Venecia» para comprender cómo es la usura.
El tema más grave es que esto estaba programado, y Europa es una trampa en la que el pez grande se come al chico. Europa es un robo y el euro nos ha encalomado una inflación de más del 100% a los países del sur y no a los del norte.
En Francia el salario mínimo es de más de 1.400 euros. Y les va bien. Y los precios son más bajos que aquí. Y eso es lo que buscábamos al entrar en Europa. Y nunca nunca nunca lo conseguiremos. Esto no es unión.
Si Alemania prestaba demasiado a quien no podría pagar, debería sufrir las consecuencias de su mala gestión. La especulación es un negocio arriesgado que puede dar grandes beneficios o grandes pérdidas. Esa es la verdadera ley del mercado. Pero lo que tenemos encima es la tiranía.
Ni flexiseguridad ni hostias.
El especulador ahora gana por ley sí o sí. Y va a chuparnos hasta la última gota de sangre. Y esto va muy en serio. Esto es el puto fin de los tiempos.
Otro día explicaré de dónde salió el origen conceptual del parlamento y la unión europea y te aseguro que lo vas flotar.
Es muy difícil resumir el problema, pero también la temporada de football, con sus entrenadores, jugadores estrella, divisiones, árbitros, competiciones europeas, rumores, declaraciones y dimes y diretes es extremadamente compleja, y cientos de miles de españoles se la conocen al dedillo.
Es cierto que los contratos de hipoteca son extremadamente complejos, sobre todo en la letra pequeña, pero cuando uno firma un contrato está firmando también toda esa letra pequeña, y con su firma está declarando legalmente que se atiene a las consecuencias.
En Holanda, apenas estalló la crisis, los trabajadores llegaron a un acuerdo con los empresarios para reducir las horas de trabajo (y ganar menos). En Alemania los precios de la propiedad inmobiliaria no subieron apenas en los años de la burbuja; el que tenía capital para invertir no invertía en especular con la vivienda, sino en la industria productiva; y los alemanes que no se podían permitir tomarse unas cañas y unas gambas, sencillamente no se las tomaban. En Holanda han quebrado muchísimas menos empresas, y en Alemania están exportando como locos a Brasil, India y China.
Conclusiones:
Los españoles sí somos capaces de informarnos a fondo, pero preferentemente de lo que nos divierte.
No recuerdo que nadie se quejara de la banca cuando los créditos eran generosísimos y ubicuos.
El dinero fácil se gana fácilmente, pero también se pierde fácilmente.
Y lo peor de todo: cuando todo un país es mayoritariamente cretino, siempre pagarán justos por pecadores.
19M: Bienvenidos a Argentina.
Errata: Quería decir 19J (o sea, hoy).