por François Pérez Ayrault
Fotografía en contexto original: genbeta
No tengo cuenta en Twitter, ni en Facebook. No tengo notoriedad pública alguna que compartir, como tampoco tengo necesidad alguna de compañía. Mantengo la de Linkedin, por una cuestión de estética profesional y para no hacerle ningún caso, ni obtener ningún resultado, ni bueno ni malo. Ninguno.
Me huele a bluff. Y si me equivoco me da igual, no tengo apego alguno a tener razón. Me adaptaré, lo he hecho cientos de veces.
Tuve cuenta en Facebook y me di de baja en dos meses, hasta que vi la cantidad de tiempo que me absorbía y la sensación de vacío que me dejaba. A falta de mejor preparación y una gestión más eficiente, se me agregaba gente que quería ser amiga mía sólo por compartir un apellido poco frecuente. Y yo, como un gilipollas, aceptaba: se me llenó el Facebook de gente con la que nada tenía que ver. Aparecían antiguos amigos de empresas en las que trabajé, de mi remota juventud, del colegio…Me daba cuenta de que su misión vital, como la mía, terminó en aquel tiempo; y que, saber de ellos hoy es como ver un programa de recuerdos de la tele de los setenta con Kiko Ledgard, Torrebruno y los Chipiritiflauticos, una sonrisa y poco más. Y seguía agregándose gente sólo porque teníamos amigos comunes, como si eso fuera marchamo de garantía para una posible amistad futura.
La red social, como su propio nombre indica tiene una capacidad de expansión ilimitada e irrefrenable y, por consiguiente, ingobernable. Al final, si uno quiere obtener los mayores réditos de su uso, debe dedicarle todo su tiempo de trabajo, más el de su familia, más el libre, si lo tiene, además de robarle las horas al sueño y gastarse una pasta en colirio. Y como elegir es renunciar, si uno elige red social, renuncia a sí mismo.
Y yo no estoy dispuesto.
Las redes sociales huelen a bluff. Pasarán un par de años y surgirá otra revolución tecnológica que aparcará a estas y creará otra moda fugaz e irrelevante para mayor gloria de los accionistas de las telecos.
Y a mi me pillará resistente y fuera de juego.
24 respuestas a «La Red Social»
Me alegra no ser el único habitante de la Vía Láctea que no quiere ni oír hablar de Facebook ni de Twitter. Me horrorizan esas colecciones de fotos de supuestos ‘amigos’ haciendo el ganso, paseando al perro o enseñando tatuaje. Y en cuanto a Twitter, no sé qué clase de diálogo serio es posible mantener con frases del tamaño de un mosquito. Como no sea un diálogo de mosquitos, naturalmente…
Facebook es como el barrio. Tienes un par de amigos de toda la vida y, cientos de conocidos. A estos, si les ves por la calle, les saludas y a veces, te ves obligado a tomarte una caña con ellos en el bareto y ni te apetece. Te cuentan lo bien que lo han pasado en las vacaciones y lo mucho que ligan cada finde. En Facebook si quieres estar enchufado, lo estas, aceptas los contactos que quieras y frecuentas el espacio, las veces y como quieras y, por supuesto que en mano de cada uno está el que se acumulen esos cientos de ¨amigos¨. Hace 2 años abrí cuenta en Facebook y a los 2 meses cerré la puerta con 5 amigos en mi listado. No cerré el chiringuito porque me estuviese comiendo nada, ni espacio, ni tiempo, ni ante todo, el coco. Lo hice, porque me resultaba tan insignificante, que no merecía la pena tener la cuenta abierta. Hace unos días, recibí una invitación de ¨amistad¨ y sin más, acepté y mi cuenta está nuevamente activa. Esta vez, la voy a dejar así, activada pero no activa. De esta manera, me demuestro a mi misma lo poco que me afecta, lo mucho que paso, ya que puedo saber de su existencia y ni me inmuto.
La red existe y, cada uno se alimenta de ella a su manera y, esta, se alimenta de cada uno de nosotros, también a su manera. El estar aquí, en este instante, está nutriendo esa red. Pero en este caso, me nutre a mi, con lo cual, me satisface. Como lo pueda hacer Facebook o Twitter a otros.
Un abrazo, sila
Yo tengo dos cuentas en Facebook: una mía, que rara vez utilizo -el que quiera saber de mi vida, que venga a leerme aquí- , y otra de Proscritos, que tampoco utilizo mucho pero que me sirve para atraer nuevos amigos a Proscritos y para conocer cosas nuevas. Ésa si es útil. Lo sería más si le dedicara tiempo y dejara de dormir. Pero es que me empeño en descansar al menos cinco horas al día.
Supongo que acabará pasando como con el Messenger: yo hace años le dedicaba varias horas al día. Ahora no lo abro nunca.
La vida es demasiado corta.
Y el barrio, como dice Silasoy, demasiado grande.
O.K. » Todo en su medida y armoniosamente» decía un ex-presidente nuestro,que vivió en el vuestro mucho tiempo. General Juan Domingo Perón. Tenía razón. Por eso no me molestan ni me invaden las cuentas de red.Tampoco me generan adicción.Saludos. Susana ( una mujer argentina)
Efectivamente, yo con mis amigos tomo cañas, voy al cine, a cenar, a pasear…etc.
Vamos que son amigos porque compartimos ideas, intereses, aficiones…. y nos gusta vernos.
Yo tengo cuenta en facebook, y como todo en esta vida, usado en su justa medida puede ser positivo.
Me ha servido para volver a entrar en contacto con personas a las que daba por perdidas, no me quita gran tiempo, entro solo cuando me apetece y lo utilizo para mantener el contacto con aquellos con lo que de otra forma lo habria perdido, recibo solicitudes de amistad de personas que ni conozco y por lo tanto las rechazo, solo acepto aquellos que me apetece.
No me quita, ni sueño, ni tiempo, y mucho menos el tiempo que debo dedicarle a mi familia o mis amigos de carne y hueso
Mis prioriodades las tengo muy claras, y facebook es como todo, si lo sabes usar, si no te osesionas puede ser algo positivo.
Saludos,
Alicia
Estoy totalmente de acuerdo con lo que opina «Silasoy»,
es una cosa que está ahí,
que sirve, a algunos, a muchos,
pero que no molesta y que tampoco tenemos que cargar contra ella,
no son solo redes de amistad
son también vículos de contacto para profesionales,
y si, si encuentras a un antiguo amigo, que en la vida pensaste que volverías a ver, y eso me parece increíble,
yo tengo facebook, solo lo usé para encontrar un amigo, porque la gente insitía en que se podía hacer (claro si estás registrado con tu nombre original, no seudónimos como yo), Abrí la pag. por vigilar a mis hijos y por encontrar a un amigo que de no ser así no hubiera dado con él nunca.
Comparto cosas con el autor del texto,
me encanta cuando ud. dice: «No tengo apego ninguno a tener razón» , se lo copio
Dicen que Facebook es el mejor invento del Pentágono desde que surgió internet. ¿Por qué gastarse ingentes cantidades de dinero en buscar información de la gente, si ellos mismos nos la proporcionan gratis y con una sonrisa en los labios?
Decia Gila que»Los mayores tienen un futuro, que es su pasado». Quizás sea esto lo que nos pasa a las personas que, teniendo ya unos años, nos vemos inmersos en toda esta parafernalia de las redes sociales, casi como puros espectadores. Yo, que siempre he estado preocupado por tener cierta formación personal e intelectual, no entiendo otra forma de relacionarme con personas sino es el telefono, el email y claro esta el bis a bis
Este tema de que todo el mundo se exponga a todo el mundo a través de las redes sociales y que todo el mundo conozca lo que te gusta o no te gusta, los amigos que tienes o lo que has hecho o no has hecho profesionalmente, forma parte de esta moda de comunicación social de «exponerse para captar mas relaciones» impuesta mas por lo novedoso, mas que por una necesidad cultura. Y la leyenda de que si no estas en ellas no existes. Pues de acuerdo no existo.
Y alo habeis dicho aquí, a nada que te des una vuelta por twitter, facebook y algunos de estos ingenios mas, te das cuenta de que el 80% de las personas son descerebrados en su forma de expresarse o de escribir, en su forma de relacionarse y a que ahora a nadie le importa un comino salvaguardar su privacidad. Ahora como luego reciban un email de publicidad te quieren denunciar.
En fin, muy del gusto de las generaciones jovenes; y no puedes ser un joven al día si no te relacionas a través de estas plataformas sociales, y todos hemos sido jovenes y hemos querido estar al día.
Yo no tengo ni estoy enganchado a las RRSS, prefiero otras opciones personales, pero se machaca en exceso a las generaciones esto de que «todo tiene que estar a un clik» y así estabas crenado obesos mentales.
Mucho animo para este blog.
Vicky
Tengo cuenta de facebook y recientemente también en Linkedin. Soy una verdadera inmigrante digital, reconozco que me da mucha pereza utilizar este tipo de tecnologías, al igual que me da pereza el propio uso del teléfono. Prefiero poder tocar y abrazar a la persona con la que estoy hablando. Sin embargo, he ahí el contrasentido, hago mis pequeñas incursiones en estas nuevas tendencias, quizá por una necesidad de estar al día, de aprender nuevas formas de interactuar con los demás, de resistencia a envejecer…
Como todo lo nuevo, las redes sociales, tienen sus ventajas e inconvenientes, lo importante es tener juicio para hacer un uso responsable de ellas y al igual que no abrimos la puerta a cualquiera que quiera entrar a nuestro salón, podemos cerrar el paso a todo aquello que nos resulte perjudicial.
François, muy bueno tu artículo.
Para mí, la verdadera amistad es personal y presencial.
Amistad personal quiere decir entre personas, es decir, alguien a quien has conocido en carne y hueso y por lo menos has podido, en algún momento, intercambiar pensamientos. Hacerse una idea virtual de alguien que “es tu amigo” en una red social y no lo conoces físicamente creo que es algo irreal y puede llevar a equivocaciones de percepción.
Amistad presencial es de tu a tu. No es lo mismo intercambiar emails que sentir la presencia, gestos y conversación con tu amigo. Otro tema diferente es estar en contacto periódico con amigos que viven lejos y para esto Internet es maravilloso, sobre todo a través del email.
Por mucho que avance la tecnología, las relaciones de autentica amistad siempre serán presenciales.
Un abrazote.
Manuel Lajara.
Comparto más o menos la visión del autor: no tengo Facebook y sólo una cuenta de prueba en Twitter que no utilizo. Sin embargo, no creo que sean un “bluff”, porque a la masa le encanta “estar en contacto” y huye de la soledad y el silencio.
El fenómeno de la telefonía móvil es muy similar por esa misma razón. La persona con inquietudes, con hambre de estudio y de saber, o simplemente a la búsqueda de su paz interior, se sienta en el AVE y no articula un sonido en todo el viaje mientras que la masa no para de parlotear por el móvil.
Miguel Díez, profesor de literatura, nos decía hace unos días en lanarrativabreve que “como afirmaba hace algún tiempo César Antonio Molina, incluso se está llegando a la surrealista situación de que muchos chicos admitan con normalidad que las imágenes vigilantes y el ruido anestésico son producto de la alegría del mundo, mientras que el silencio y la soledad equivalen a la tristeza, el aburrimiento y el desasosiego».
Claro que también es posible que simplemente nos estemos haciendo viejos 🙂
sqrt-1
Sinceramente creo que es un globo lleno de uno. El primer mes ves a la velocidad a la que se mueve y la potencia que tiene en localizar personas. Finalmente, te das cuenta que realmente sigues manteniendo el contacto con las mismas personas de antes, y que han sido reencuentros eufóricos que han durado 3 o cuatro publizaciones en un muro.
El facebook se convierte en el opio del pueblo; es nuestro Salvamé de luxe, pero en modo familiar. Respecto al Linkedin, sigo aceptando a mucha gente uqe ni conozco con la esperanza de que alguien me ofrezca un trabajo donde gane mucho y trabaje poco.
Bueno creo que a las cosas hay que darles importancia la justa, e intento no invertir mucho tiempo en estas redes. Puede que desde mi ignorancia, desconozca otras fuentes de riqueza que me puedan ofrecer. Mientras tanto, disfruto de mi familia jugando en el parque.
Opino lo mismo que tu François, yo me quite hace poco de Facebook por todas estas razones pero he vuelto a caer porque tengo algún amigo querido en la lejanía y es una manera de estar en contacto con ellos. Sin embargo, no descarto volver a quitarme cuando regresen. La red social es un arma de doble filo.
Un abrazo
Querido François,
yo creo que sobre este asunto hay un montón de prejuicios.
Las Redes Sociales son herramientas y, en sí, no son malas. Es malo el uso que se puede hacer de las mismas. Como cualquier otra herramienta (la televisión, el teléfono, la radio, el ordenador…) Cada uno es libre de hacer uso de ellas o no. Pero te diré que este blog también forma parte del entramado de Redes Sociales. Un lugar donde la gente se encuentra y comenta. La oporunidad que supone esta herramienta bien utilizada es la divulgación del conocimiento (y otra vez habrá que delimitar lo útil de lo que no es). Hay foros científicos, literarios, cinematográficos…También son redes sociales.
Efectivamente hay que dedicar tiempo pero el aprendizaje implica tiempo; la escritura implica tiempo; cualquier actividad implica tiempo. Cada uno se organiza el tiempo como puede.
Yo las utilizo profesionalmente como fuente de conocimiento y, debo reconocer que ese conocimiento me ha apoyado para dar una nueva dimensión a mi empresa, ha mejorado procesos internos de comunicación y de formación. No busco amistad en las Redes Sociales y, sin embargo, he conocido gente interesante. Gente que no habría conocido de otra forma. Gente con la que he tenido encuentros profesionales que me han aportado negocio.
No comparto contigo la sensación de que son un bluff porque para mi han supuesto beneficios tangibles (no solo económicos). Creo que el bluff está relacionado con nuestras expectativas respecto a lo que nos deberían aportar. Más bien somos nosotros los que debemos descubrir de qué forma nos puede apoyar el uso de las Redes Sociales y cómo debería utilizarlas para mis objetivos (los que sean)
Un abrazo fuerte amigo.
P.S. quizás este intercambio no lo habríamos tenido personalmente y, por suerte, nos hemos encontrado aquí.
Yo estoy d´acuerdo. A mi me aburre muchisimo el estar mirando una pantalla . Prefiero estar con la gente ,sentir su energía y mirarles a los ojos.
Pero Fransuá!! qué te ha pasado con la red social?! que sufrimiento y que rechazo le tienes… te voy a tener que dar un cursillo para que la gestiones bien, no te resulte invasiva y le saques jugo del bueno. Tú que eres un hombre que vive con bastante más paz que la media, te vas a salir ya cuando estés en paz con el Facebook
Besos
He leído con mucho interés vuestras opiniones acerca de la red social. Entiendo los beneficios de quien las disfruta y obtiene algo con ella. Mi preocupación al observar comportamientos tiene que ver con el sentido de la pérdida de conexión con la realidad más inmediata. Es como si los árboles no nos dejaran ver el bosque. Y me explico, el tiempo que paso en una red social es tiempo que quito de otra cosa. Puede ser de tocar con mis amigos la guitarra. Puede ser de observar el paisaje que me rodea cuando viajo en tren. Puede ser de no darme cuenta de la ayuda que me pide alguien a quien no miro. Puede ser de ver jugar a mi hija al voleibol. No pretendo encender ni agriar un debate acerca de su utilidad, como todo, incluso como las armas, en el fondo se trata del uso racional, algo tremendamente subjetivo, pues cada uno puede evaluar su utilidad. A Nacho le ha aportado negocios y una dimensión más extensa de su empresa, sí. A otros les conecta con gente en la distancia, sí. A otros simplemente les permite matar el tiempo, sí, algo tan legítimo como ocuparlo en cualquier otra cosa, productiva o no. Hablar de bluff como lo he hecho en el blog es ciertamente drástico. Como decía, hace ya tiempo me desapegué de tener razón. Es pronto para evaluar su impacto en la sociedad. Lo que si creo es que la red social no acerca más a las personas, y en eso, creo que hay elevadas expectativas. Si alguien se siente solo, y no le gusta esa sensación, probará la red, y al cabo del tiempo volvera a sentirse solo. Es ahí donde la red es un bluff, porque no dará cumplida respuesta a tu soledad.
Otra cuestión es el uso profesional, o como un medio más de comunicación o promoción personal. La capacidad de pegada de una red social es mucho mayor que los medios más tradicionales de promoción, ahí esta youtube para lanzar nuevas estrellas al mercado.
Pero eso, y poco más.
Todo aquello en lo que se emplea tiempo, es tiempo que no se está empleando en hacer otra cosa, eso es así siempre. Se puede estar solo estando rodeado de una enorme multitud, en compañía física pero ficticia. Tanto o más como lo pueda ser
cualquier red social y, no es que lo esté defendiendo pero, entiendo que, igual de vacío se puede sentir uno cuando desconecta el ordenador, como cuando has estado de marcha, solo por el hecho de no encontrarse solo, o, a disgusto consigo mismo.
Acaso todos esos chavales que hacen botellón, están encantados con lo que les rodea, no. Gran número, se encuentran más solos que si en realidad lo estuvieran, lo que ocurre es que la penas en grupo – y si encima están bebidos- son menos . Pero y el vacío del día después? Las personas cuanto más tienden a la agrupación, mas solos se encuentran ya que nadie realmente se dedica a nadie, todos se dedican a todos y a ninguno. La sociedad actual, es un Facebook cualquiera, a pesar de.
Uf! que alegría me ha dado saber que no estoy solo.
No estoy en ninguna red social, me gustó leer el artículo en Canal-Literatura, pasé al blog de l autor y los comentarios me ampliaron más el tema.
Hola Francois. Como siempre, me encanta lo que escribes. En esta ocasión, corto, conciso y directo. Estoy de acuerdo con lo ficticio de tener «526 amigos «, en una red social. Los amigos de verdad son menos y se «tocan» Yo tengo facebook, Y, sobre todo para contactos profesionales. Pocas veces entro a ver que hacen los demás con sus vidas. Me parece como leer una revista de cotilleo pero con gente más o menos conocida y pido a mis contactos se abstengan de pedirme cosas absurdas como ser «fan» de… o jueguecitos mas propios de adolescentes, fumándose el tiempo de estudio con chorradas de este tipo. Pero dentro de todo, le saco su utilidad, sobre todo para trabajo. Me ha gustado mucho leer todos los comentarios. Enhorabuena y, no dejes de enviarme lo próximo que escribas, como siempre. Un gran abrazo!
Hola Francois.
Como siempre, genial.
Un gran abrazo!
Por lo que veo somos muchos los que compartimos lo que dice François.
El fenómeno tiene componentes de fin de época, escatológicos. Pero ha servido para hacer unos pocos mega-millonarios y para poder tener ficheros automatizados de las interrelaciones sociales a nivel mundial.
También para dirigir conductas de modo imperceptible.
En efecto, incluso cuando creemos buscar algo de modo aséptico e indiferente, el «buscador» toma decisiones sobre qué nos muestra y en qué orden en función de sus ingresos poublicitarios y, lo que para algunos es peor, de lo que piensa que nosotros queremos por lo que hemos elegido en búsquedas anteriores o por nuestra forma de «navegar».
Poco a poco el proceso va modelando nuestra mente, nuestro entorno cognoscitivo y nuestras preferencias.
Es bueno ser conscientes de ello.
Estamos viviento tiempos complejos en los cuales todo occidente ha perdido industria de modo masivo.
Este proceso se ha acelerado por la forma como se han expandido las industrias de la Informática (Harware y Software) y las Telecomunicaciones (mismo harware y mismo software).
De todas las formas posibles ha sucedido siempre de un modo concreto: creando monopolios de facto.
En esta etapa del proceso ya toda la estructura «neuronal» y el «sistema circulatorio» del globo están manos de un puñado de compañías, poquísimas, un auténtico monopolio estratégico, que son todas USA. El imperio amigo. Nuestro primo de Zumosol.
El único país que ha percibido esto como un grave problema de naturaleza estratégica es China. La prensa lo ha dibujado como fruto de la censura política, pero se equivoca intencionalmente.
Cuando un país es importante y lo sabe lo último que permite es que los controles sobre su vida sean propiedad de su mejor cliente.
Por eso han desarrollado Baidu en lugar de Google, Renren en vez de «feisbuk», Sina Weibo en vez de Twitter o Youku en vez de Youtube.
Solo el papanatismo de los gobiernos europeos, más preocupados de la subsistencia de sus inmensas burocracias, puede asistir con total pasividad al hecho de que los dos sistemas operativos de la totalidad de los ordenadores personales del mundo sean americanos, o el 99% del sofware de gestión de bases de datos, etc. Todo.
Y, para colmo, el mayor accionista de Apple es Microsoft.
Y ahora nos vienen con «Cloud», la nubecilla inocente, que viene a decirnos: «No pienses, bobo, déjame que yo lo hago por ti. Dame tus ficheros, verás que guai».
Feliz Navidad