por nidiosniamo
Delante de mi, taponando la calle, una caribeña negra, gordísima, de gigantescas caderas apretadas en unas mallas y una camiseta de tirantes; una ecuatoriana cuarentona, también apretada, de rasgos indios y pelo tenido de un rubio rojizo; una anciana española que camina colgada de su brazo muy despacito, y un niño que va dos pasitos por delante de ellas.
No tengo prisa, y acoplo mi velocidad a la suya, atento a su conversación.
– Yo les dejo aquí –dice la mujer negra-, que tengo que coger el catálogo de las ofertas del Día.
– Que pase buen fin de semana, Nancy –contesta la ecuatoriana con una gran sonrisa.
Y antes de que su amiga termine de cruzar la calle, descarga sobre el pequeño un golpe que a él y a mí –y apostaría que también a la viejecita-, nos coge desprevenidos.
– Que ya no va a poder una ni no tener plata –ladra mientras el niño se encoge, lo que no le libra de un segundo pescozón- ¡Que a ésta le debo plata! ¿Para qué has tenido que decir que ayer fuimos al cine?
2 respuestas a «Cuando los mayores hablan, los niños se callan»
– ¡Ay!
juas juas juas juas
En este mundo perverso nuestro ya no puede cargar uno a cuestas con inocentes…