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Mujer en tiempos modernos

por hijadecristalero
Fotografía de planetacurioso

Hoy he currado catorce horas.
Doce, del tirón.
He hecho una pausa para hacer la cena y cenar con mis hijos, a los que no había visto en todo el día, y he seguido trabajando.
Sin mujercita que me lave la ropa, sin sindicato que me defienda ni Estado que me proteja.
Me siento más hombre que ningún hombre que conozca.

Ahora mismo bajaría a la taberna a emborracharme y darme de hostias con el primero que me llevara la contraria.

El desenladrillador que me desenladrille buen desenladrillador será.

0 respuestas a «Mujer en tiempos modernos»

Opino que esta mujer desempeña el rol masculino y femenino (observe el lector que en ningún momento habla de un compañero con el que repartir la carga). Y esto, unas ocasiones hará que se sienta poderosa y libre, y otras, la dejará exhausta. En momentos de gran cansancio (jornada laboral de 14 horas), siente tentaciones de hacer lo que le pide su yo masculino. Pero, seguramente, como es una fémina, en lugar de bajar a la taberna, se quedaría en casa. Planchando.

Mujer= Mujer en tiempos modernos, hijadecristalero
trabajadora = Hoy he currado
cansada = catorce horas
rol de madre= He hecho una pausa para hacer la cena y cenar con mis hijos
rol de proveedor= y he seguido trabajando.
Rol de hombre= Sin mujercita que me lave la ropa/ tentaciones de hacer lo que le pide su yo masculino=Ahora mismo bajaría a la taberna a emborracharme y darme de hostias con el primero que me llevara la contraria.
Confusión de los dos roles: Me siento más hombre que ningún hombre que conozca.

Querida Ariadna, no hace falta ninguna bola, solo leer. Lo único que me he sacado de la manga es lo de que staria planchando

No digo que no haya hombres aptos para realizar las ¨ funciones¨ de las mujeres… pero que tengan los caragües (palabro que mi padre utilizaba para hacer referencia a cojones) como para meterse por completo en el rol de esta y llegar a sentirse como tal… demasiado profundo para ellos.

Pues no lo sé ni yo.
Yo sólo trataba de decir que hay días en los que sólo un desenladrillador puede desenladrillarme porque soy un galimatías para mí misma (y ya sé que lo del desenladrillador es trabalenguas, echen el freno los puristas de la Lengua)

Freud diría que el desenladrillador es la envidia de pene. O que necesito un hombre que me haga un cuadro sinóptico, un esquema resumen o un croquis.

Ya veo, lo tuyo son solo ladrillos por aproximación… son más bien bloques de Lego(c). Juegas con tantos que ni echándole horas te aclaras acerca de la figura final en la que encajarían todos de forma natural.

¿Qué tendría un hombre que le dotara de mayor capacidad que la otra mitad de la especie humana para dibujar un plano útil? A no ser que se trate de matar más de un pájaro, claro.

…mi comentario iba justo por la suposición de acabar el día en casa con el plan relajante y de descanso de la sesión de plancha…a mi me hubiera encantado que la suposición de Freud fuese otra…lo peor de todo es que va Freud y acierta, me temo, o al menos nadie se sorprende de su suposición (es tan factible y pasa por los caminos trillados de nuestras vidas).
Me toca la moral que Freud en el s.XXI siga «explicando» tantas cosas «a priori» de conductas y deseos de hombres y mujeres y envidias del pene y no se le cuestione.

Silasoy: releo tu comentario y creo que estoy de acuerdo. No creo que un homre acabara sintiéndose mujer por mucho que desarrollara ambas tareas.

Ariadna: Lo bueno es que Freud está muerto, jeje

Ningúnotro (vaya nick, por cierto): No acabo de entender la pregunta:
¿Qué tendría un hombre que le dotara de mayor capacidad que la otra mitad de la especie humana para dibujar un plano útil? A no ser que se trate de matar más de un pájaro, claro.

Y no me quedé planchando. Me puse una copa (un remedo de bajar a la taberna) y seguí currando.

Dudo de que una mujer pueda sentirse como un hombre.
Podrá asumir sus roles o imitar sus comportamientos pero los experimentará como mujer, desde su inteligencia emocional, interiorizandolos en su complejo archivo síquico
(enladrillado)donde todo está interrelacionado y resulta dificil descifrar los códigos de acceso incluso para la propia mujer. A menos que hijadecristalero sea la encarnación del mito clásico del hermafrodita al que los dioses, por envidia, dividieron en las dos naturalezas que se buscarán para completarse hasta el final de los tiempos.

Mola, ¿verdad? No me lo masacres sin imperativos técnicos, la primera o no está en mayúscula casualmente. Tiene su pequeña historia, que no quedaría exenta de algún comentario (im)pertinente de parte de nuestro amigo.

Ha de entenderse en el sentido de no ver significativas diferencias en las aptitudes mentales e intelectuales, que son las únicas necesarias para trazar un plan(o), sin descartar que se piense también en lo oportuno de la complementariedad de algunos atributos físicos para otros menesteres.

A mi planchar me cuesta horrores, es lo más inútil que se ha inventado jamás, aparte de la vanidad con la que está emparentada.

Pues será desde mi «inteligencia emocional» y lo interiorizaré en mi «complejo archivo síquico», no digo yo que no. Pero sentirse hombre es una sensación rara-rara. Y hermafrodita no soy: necesito de los otros.

Volviendo a NingúnOtro (vaya prosa rebuscada la tuya, compañero): a mí me gusta la ropa planchada, y no por vanidad, sino porque la ropa planchada me da sensación de hogar, de refugio. Y además, me parece más fácil planchar que andar estirándola para que al final siga hecha una arruga.

Prefiero tumbarme a la bartola a leer, pero planchar no es lo que más molesta. Me pone de peor leche limpiar, por ejemplo.

La prosa supuestamente rebuscada cumple un fin preciso, evitar que el lector corte la lectura a mitad de la frase o el texto pensando que con lo que presupone que significan algunas palabras demasiado comunes (y masacradas) ya se ha enterado de lo que quieres decir. Cuando lo que quieres transmitir es algo próximo a lo que el lector ya está dispuesto a creer, pero sin embargo diferente… no hay otra forma de evitar que aborte la lectura en cualquier punto anterior a aquel en que pasas a comentar las sútiles pero cruciales diferencias, creyendo que ya sabía de sobra lo que querías decirle. Cuanto menos proclive se es al uso de tales atajos, más exagerado suele parecer el uso del recurso, y cuanto más se comprende por qué se usa, menos se cuestiona.

http://ningunotro.blogsome.com/2008/08/14/los-okupas-de-la-soberania/

Admitamos que en tu caso no sea por vanidad. Comprendo que te surjan ciertas asociaciones espontáneas al pensar en ropa planchada, y me alegro de que sean placenteras. En mi caso la energía y el tiempo que me requieren un planchado satisfactorio no compensan la utilidad que le encuentro. Prefiero gastar prendas menos necesitadas de planchado y ni siquiera molestarme en tratar de estirar cualquier eventual arruga. La función estética de las prendas la considero prescindible cuando compite por recursos con cuestiones más urgentes (ni que decir que creo que casi todo en esta vida es más urgente).

Estos tiempos modernos requieren bastante atención, en muchos frentes simultáneos, y aunque puede haber matices que no sean evaluados de igual forma según lo hagan varones o féminas, casi reescribiría para el caso la famosa frase de Ortega y Gasset: «Ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejia moral.»

“La prosa supuestamente rebuscada cumple un fin preciso, evitar que el lector corte la lectura a mitad de la frase o el texto pensando que con lo que presupone que significan algunas palabras demasiado comunes (y masacradas) ya se ha enterado de lo que quieres decir”

Tengo que leerte cuatro o cinco veces para hacerme una idea remota de lo que quieres decir. No creo que los demás lectores de proscritos te dediquen tanto tiempo.
Si los lectores no te leen, tu prosa será una bala perdida en la maleza.
A mí me han bastado unas cuantas palabras simples, sencillas y claritas para que tú te pongas a escribir. ¿O te has saltado la mitad de lo que digo?

Parafrasearé, una vez más, a la Comandante:
«Nuestra arma es la palabra
cualquiera
puede cogerla y disparar»

Quizá debió añadir que, primero, había que saber cargarla, establecer un objetivo y afinar la puntería.

Tiene razón la comandante. Aún con la palabra, acertar en una diana no está al alcance de cualquiera. Ten por seguro que uno no elige la munición al azar.

Eres libre de creer que unas cuantas palabras tuyas han bastado, pero a no ser que todos los días borres cientos de otros mensajes que no lleguen a un nivel suficiente para ser publicados no estaría yo tan orgullosa del nivel de convocatoria de las palabras simples.

Cuando las circunstancias requieren montar una estructura compleja, no tiene sentido usar palabras que le den esperanza o peor aún pretensión de derecho a quienes no son capaces de jugar el papel que se requiere de ellos en esa estructura. No se recluta al estado mayor con las mismas técnicas con las que se alista a la tropa de choque, y se ahorra mucho evitando en lo posible confusiones.

“Eres libre de creer que unas cuantas palabras tuyas han bastado”.

Pues han bastado para que a una humilde recluta del Ejército del Futuro le escriba un “reclutador” de Estado Mayor (con mayúscula, siempre).
Si quisiera que me escribieran millones de subnormales, me expresaría y firmaría como La Princesa del Pueblo. O como Maldito Hijo de Perra.

Tampoco te rebajes tanto, ni caigas en rabietas estériles sobre cuestiones accesorias. Poco sentido tiene, y ninguna utilidad, que intente convencerte del hecho que la falta de mayúsculas en «estado mayor» no fue un error involuntario sino una elección consciente. Uno no tiene por qué guardarle a algunos conceptos el reverencial respeto que nos imponen las normas, ni escudarse en las normas para aparentar un respeto que no se tiene, a no ser que la estrategia lo requiera.

Cada cual tiene sus fines y emplea la mejor táctica que es capaz de concebir en unas condiciones dadas. Se puede pensar lo que se quiera sobre lo que buscan los demás y la forma que tienen de intentar conseguirlo, pero no es prudente ni beneficia a los propios fines descalificar a quien no tienes aún por adversario.

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