Miguel Pérez de Lema
Notas que te estás haciendo viejo cuando tardas cinco años o más en llegar a la última modernez. En la literatura española, que hace tiempo que no existe más que como sucedáneo y folclore/degustación de canapés y crimen ecológico, se fabrica cada década una aparatosa ceremonia de la confusión por la que se nombra rey momo al primero que pasa por allí.
Un muchacho con una buena mata de pelo, ideas gregarias y pose un poco lánguida y un poco así como de portada de disco de cuando los discos tenían portada y había discos.
Y entonces se venden unos cuantos libros.
Pasó en los 80 con Loriga, pasó en los 90 con Mañas, y ha pasado con el temita este de la nocilla, que ya me dirán ustedes.
La cosa es que a las otras modernicidades había llegado uno fresco, un poco rezagado, acaso, pero siempre dentro del pelotón. Había cumplido, porque en España hay que cumplir. Pero a esta última he llegado tardísimo,tan tarde como que la leí anoche mismo. Esto es casi llegar fuera de control a meta. Que el gafapastismo patrio me perdone.
Lo único que se me ocurre decir de la numerosa cantidad de letras que se agrupan formando palabras para engrosar dicho volumen, es que ya va siendo hora de que los alfaguaras levanten la próxima perdiz.
No hay nada que envejezca tan rápido como lo moderno.
0 respuestas a «Moderneces, las justas»
Hum, no sé si estoy de acuerdo con eso. Yo creo que nocilla sí retrata el ritmo frenético de una época, que no sólo es moderno, sino también contemporáneo. Si vivimos lo suficiente, dentro de cincuenta años veremos quién de los dos tenía razón. Aunque eso poco importa. Incluso cuando discrepo, es un placer leerte.
Bueno, no me queda nada claro si merece la pena o no leer el libro de Agustin Fernadez Mallo, pero desde luego el video de la presentación de «Nocilla experience» con las ilustrativas aportaciones musicales de «Costa Brava» y «Sr.Chinarro» no me anima mucho a ello.