por hijadecristalero
Fotografía en contexto original: larazón
Me avisan de que tengo que presentarme en un juzgado y de que, si no lo hago, pueden ponerme una multa de entre 200 y 5000 euros. No me preguntéis qué variables deciden la cuantía que se aplica al que no acude. Tampoco me preocupa demasiado, porque no pienso faltar: necesito una sentencia que, en caso de que yo muera, proteja mis hijos – y su pequeño patrimonio- de su pobre padre.
La Justicia sólo ha tardado 4 añitos en tramitar la demanda por abandono familiar que interpuse en su día. El padre de mis hijos, desaparecido a todos los efectos hace casi cinco años, me debe más de 20.000 euros. Eso sin contar que, desde entonces, han puesto el IVA al 18%, pago 100 euros más de alquiler, han subido la luz, el gas, el teléfono, el gasoil, el pan… Si hiciéramos las cuentas reales, me debería mucho más. Pero es igual, nunca voy a cobrar: se declarará insolvente y en paz. Mientras, yo me he gastado una pasta en abogados y procuradores: es la única manera de conseguir (o mejor dicho, intentar) que quiten la patria potestad a un hombre desnortado que ha hecho un daño inenarrable a sus hijos. Lo de la pasta –aunque muy importante- es lo de menos en todo este asunto, pero es a lo único a lo que me puedo agarrar: un juez no puede obligar a un padre a querer a sus hijos. Nadie puede. Es absurdo obligar a la madre a reclamar justicia.
Es absurdo enfrentar a un hombre y una mujer por algo que no tiene solución.
Ya he hablado alguna que otra vez de esto (ver Resentimiento )
Trabajo una media de once horas al día –los sábados y domingos sólo la mitad- para llegar miserablemente a fin de mes, eso los meses que llego. Con la mierda de sueldos que pagan a los redactores hoy en día, no tenía ni para empezar, de modo que hace tiempo que me busco la vida por mi cuenta. Pero me resulta imposible pagar autónomos: casi trescientos euros al mes. Este mes ni siquiera he podido pagar el recibo del teléfono, y he tenido que coger las pagas que ahorran mis hijos para pagar el recibo del gas (255 euros, juro que en casa no nos podemos quitar el jersey y que resulta imprescindible una buena manta para tumbarse en el sofá a ver la tele).
Cada vez que anuncian una medida para fomentar empleo, me asomo ilusionada al telediario para ver si a alguien se le ha ocurrido que muchos de los que estamos en situación ilegal, aplaudiríamos medidas que favorezcan el empleo, como ayudar a quienes no pueden pagar autónomos, pero generan dinero y puestos de trabajo indirectos. Yo pagaría encantada 90 euros de cuota. Trescientos, no puedo ni planteármelo. Sólo soy un ser humano. Uno. Pero nada, esta gente tiene muy poca imaginación.
Mi contable me dice que cuando el inspector de la SS venga a visitarme, le chupe la polla.
Pero, bien podría ser que fuera “inspectora”.
Alguien afín -aunque sólo sea por el sueldo- a este gobierno de ineptos y feminazis.
Mejor esperarlos con una lata de gasolina.
Como en Túnez.
Pero al revés.
No sé si me explico.